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Un hombre junto a un coche dañado, después de que una fuerte tormenta y lluvias torrenciales azotaran Libia, el 12 de septiembre de 2023. © REUTERS/Esam Omran Al-Fetori

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Emergencia climática: sabemos lo que ha pasado el último verano

Por Alberto Senante (@asenante), responsable de Medios en Amnistía Internacional,

El verano es seguramente el periodo del año donde se observan con más claridad las devastadoras consecuencias del cambio climático. Olas de calor que rompen récords, incendios devastadores, sequías persistentes e inundaciones se suceden mientras las escasas medidas que se adoptan siguen muy lejos de la magnitud de este desafío. Estos son diez acontecimientos relacionados con el cambio climático que se han producido en estos últimos meses. Diez motivos más para unirse a la protesta internacional por la descarbonización que tendrá lugar este 15 de septiembre.

1.- Récord de temperaturas globales

El pasado mes de julio fue el más caluroso jamás registrado a nivel global, según la agencia de la Unión Europea Copernicus. Así, la temperatura media del planeta fue 1,5º más cálida que la del periodo preindustrial (1850-1900). Un récord que pocos días después confirmó la NASA, que cifró en 1,1º los grados por encima de la media del mes de julio entre 1951 y 1980.

Este video de la agencia espacial norteamericana lo dejaba así de claro:

Aunque quizás lo más preocupante del comunicado de la NASA fue su alerta de que 2024 será un año aún más caluroso…

2.- Y en España

Los récords de temperatura se sucedieron por todo el mundo. En el Valle de la Muerte, en California, un termómetro digital alcanzó los 54,4º. También en España, numerosas localidades alcanzaron sus cotas máximas de temperatura. Durante una ola de calor en julio más de 140 estaciones de la AEMET midieron temperaturas superiores a los 40º. Como la localidad de Figueres que alcanzó los 45,4º, la máxima que se haya registrado nunca en Catalunya. Mientras que en agosto fue el aeropuerto de Valencia el que batió su marca con 46’8º, casi 3,5º más respecto a la máxima anterior.

3.- Incendios incontrolables

Este verano hemos asistido de nuevo a incendios se sexta generación, también llamados megaincendios, en Rusia, Mongolia, Centroamérica, y Grecia. También en Canadá, donde unos 6.000 focos han devastado más de 15 millones de hectáreas, una superficie similar a la mitad de Italia.

Más cerca, en Tenerife, otro incendio imparable quemó el 7% de toda la isla, un tercio de la corona forestal que rodeaba El Teide. Cerca de 15.000 hectáreas fueron calcinadas, el equivalente a una ciudad de Barcelona y media...

Bomberos forestales trabajan durante la extinción del incendio forestal en Tenerife, 16 de agosto de 2023. © REUTERS/Borja Suarez

Estos megaincendios son en gran parte fruto de las condiciones generadas por el cambio climático, y a la vez contribuyen a su aceleración, ya que generan enormes cantidades de CO2. Además, suponen una amenaza inmediata para la salud de la población en grandes zonas.

4.- Sequía mortal en el Cuerno de África

Ya son cinco las temporadas consecutivas de escasas lluvias en la región. Muchas cosechas han quedado destruidas y cada vez es más difícil mantener con vida al ganado. Naciones Unidas advirtió que más de 20 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia se encontraban en peligro de hambruna debido a la peor sequía en la zona desde hace cuatro décadas.

Además, los problemas generados por la escasez de lluvias se han unido en los últimos tiempos con los provocados por el aumento de los precios de los alimentos y los conflictos en Sudán y Eritrea. La consecuencia de este “cóctel letal”: en África Oriental el hambre se podría cobrar una vida cada 28 segundos según los cálculos de Oxfam Intermón.

5.- Océanos “con fiebre” y deshielo completo

Los océanos absorben el 90% del calor generado vinculado el calentamiento global. El 31 de julio la temperatura media de la superficie marina mundial era exactamente de 20,9 grados centígrados, superando el récord anterior establecido en 2016. La agencia meteorológica de Naciones Unidas habla de “oceános con fiebre”. También el Mediterráneo registro un máximo histórico a finales de julio.

Además, este junio se publicó un estudio en Nature que advertía que el Polo Norte podría desaparecer durante los meses de verano a partir de 2030. Según esta investigación, el hielo ártico se ha reducido en un 12% cada década desde 1980.

Mapa con las variaciones de temperatura registradas en julio de este año. Fuente NASA.

6.- Grecia y Libia, las otras caras del cambio

Estos dos países mediterráneos han vivido consecuencias destructivas del cambio climático y que muestran que este fenómeno es mucho más que un aumento de temperaturas. Si a finales de agosto el noroeste de Grecia vivía el incendio más extenso registrado jamás en un país de la Unión Europea (más de 90.000 hectáreas calcinadas), a principios de septiembre el país heleno sufrió una tormenta que inundaba extensas zonas y se cobraba la vida de al menos 10 personas.

Apenas una semana después, un ciclón en Libia habría provocado más de 6.000 muertes y 10.000 desapariciones (quizás mañana dan nuevas cifras...). Se registraron lluvias de 400 ml por hora, una cifra que no se había alcanzado en las últimas cuatro décadas.

7.- Una amenaza global para la salud

El pasado 6 de septiembre, un informe de la Organización Meteorológica Mundial mostraba cómo la frecuencia y la intensidad de las olas de calor, unido a los incendios forestales y el polvo del desierto, dañan de forma considerable la calidad del aire. Esto supone una amenaza para el derecho humano a la salud y a un medioambiente saludable.

Asimismo, otro informe de la prestigiosa revista The Lancet señalaba cómo el calor extremo se asocia con lesiones renales agudas, insolaciones, efectos adversos en el embarazo, impacto en la salud mental, así como empeoramiento de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

En España, el año pasado se calculó que el calor había sido la causa de 4.813 fallecimientos según el Instituto de Salud Carlos III. A falta de que termine el verano parece que esta dramática cifra podría superar los 6.000.

8.- G20: bonitas palabras, ningún compromiso

Los líderes de los países más poderosos de la tierra -y muchos de los más contaminantes- se reunieron en Nueva Delhi en una nueva cumbre del G20. A pesar de las buenas intenciones expresadas en su declaración final, no se adoptó ningún compromiso concreto para frenar el cambio climático ni para cancelar la deuda de los países que más están sufriendo sus consecuencias, tal y como reclaman numerosas organizaciones, entre ellas Amnistía Internacional.

9.- Y mientras tanto, Neymar...

Si no era ya suficiente con contribuir al blanqueamiento deportivo de un país como Arabia Saudí, el jugador de fútbol brasileño presumió de viajar desde París a Riad en un Airbus 747, con capacidad para más de 300 personas. El físico Alejandro Cencerrado calculaba que las emisiones producidas por ese viaje eran de 230.000 kilos de CO2, es decir, 32 veces lo que contamina de media una persona ¡en todo un año!

10.- Ambición climática

Cartel de la Acción Global por el Clima

Ante la gravedad de la situación, sus efectos en los derechos humanos, y la falta de medidas concretas y ambiciosas, Amnistía Internacional reclama al gobierno español pasar del 23% actual al 55% la reducción de emisiones totales de gases de efecto invernadero para 2030, así como eliminar todas las subvenciones, directas e indirectas, a los combustibles fósiles. Por ello, se sumará a las movilizaciones globales que arrancan este 15 de septiembre para exigir el abandono de los combustibles fósiles de forma justa, rápida y definitiva.

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