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Aceite de palma

1 de diciembre de 2016

Ben & Jerry’s, Colgate, Dove, Pantene y KitKat son sólo algunas de las miles de marcas conocidas que usan aceite de palma. ¿Pero de dónde procede el aceite de palma?

El aceite de palma es una materia prima cuya demanda es masiva debido a su uso en una gran diversidad de productos básicos, desde el helado y el chocolate hasta el champú, pasando por el dentífrico.

La mayoría de las empresas dicen que el aceite de palma que usan es “sostenible”, lo que significa que es ecológico y que los trabajadores reciben un trato justo. Pero una investigación de Amnistía Internacional ha revelado que algunas de las mayores empresas del mundo, como Colgate, Nestlé y Unilever, contribuyen al trabajo infantil y a condiciones miserables para otros trabajadores y trabajadoras en las plantaciones de aceite de palma.

También se cometen abusos en las plantaciones de las empresas certificadas como “sostenibles”, lo que significa que incluso las marcas que compras que llevan la etiqueta “sostenible” o “aceite de palma certificado” podrían estar consintiendo abusos contra los derechos humanos.

No voy a la escuela. [...] Llevo yo solo el saco con los frutos [...] Es difícil llevarlo, pesa mucho [...] Me duelen las manos y todo el cuerpo.

Niño de 10 años que abandonó la escuela para ayudar a su padre

Demanda en el sector del aceite de palma en el mundo

Recolector con un dodo (herramienta cortante de mango corto que se usa para recoger los frutos de árboles de hasta tres metros de altura).
Recolector con un dodo (herramienta cortante de mango corto que se usa para recoger los frutos de árboles de hasta tres metros de altura). © Amnesty International/Watchdoc
Trasladando el fruto de la palma a un molino.
Trasladando el fruto de la palma a un molino. © Amnesty International/WatchDoc

El precio del aceite de palma

La demanda global de aceite de palma la convierte en un negocio lucrativo, pero a costa del sufrimiento de la mano de obra. Amnistía Internacional investigó las plantaciones indonesias de aceite de palma que proveen al mayor vendedor de aceite de palma del mundo, Wilmar, y descubrió trabajo forzoso, salarios bajos, exposición a sustancias químicas tóxicas y discriminación de las mujeres, que son empleadas como trabajadoras eventuales, sin pensión ni seguro médico.

Para satisfacer el ansia de los sectores alimentario y doméstico de un producto barato y versátil que pueda usarse para fabricar cualquier cosa, se presiona y amenaza a los trabajadores para que trabajen cada vez más horas en tareas físicamente extenuantes, como cortar a mano los frutos de árboles de 20 metros de altura.

Para cobrar su salario, los trabajadores y trabajadores tienen que cortar, transportar, fumigar y recoger un gran número de frutos de palma para cumplir unos objetivos absurdamente altos. Esto les puede causar un considerable dolor físico, pero además hacen frente a diversas sanciones por cosas como no recoger los frutos de palma del suelo o recoger frutos que no están maduros.
Es difícil trabajar porque el objetivo es horrendo [...] Me duelen los pies, me duelen las manos y me duele la espalda después de hacer el trabajo.
Trabajador de una plantación
Un niño lleva una carretilla llena de pesados racimos por un estrecho puente en una plantación de Sumatra Septentrional que fue investigada; no se revelan el nombre de la empresa ni su ubicación por razones de seguridad.
Un niño lleva una carretilla llena de pesados racimos por un estrecho puente en una plantación de Sumatra Septentrional que fue investigada; no se revelan el nombre de la empresa ni su ubicación por razones de seguridad. © Amnesty International/Watchdoc
Los trabajadores del aceite de palma tienen que cumplir unos objetivos tan extenuantes para recibir un salario suficiente para mantenerse que muchos llevan a sus familias para que los ayuden.
Los trabajadores del aceite de palma tienen que cumplir unos objetivos tan extenuantes para recibir un salario suficiente para mantenerse que muchos llevan a sus familias para que los ayuden. © Amnesty International/WatchDoc

Niños de sólo ocho años hacen un trabajo físico duro y peligroso en las plantaciones de aceite de palma.

Esto se debe a que los trabajadores del aceite de palma tienen que cumplir unos objetivos tan extenuantes para recibir un salario suficiente para mantenerse que muchos llevan a sus familias para que los ayuden.

La mayoría de los menores ayuda a sus padres por la tarde, al salir de la escuela, y durante los fines de semanas y los periodos vacacionales. Sin embargo, algunos han dejado la escuela para ayudar a sus padres y trabajan todo el día, recogiendo y transportando frutos de palma.

Los niños trabajan sin equipo de seguridad, en un entorno lleno de riesgos, como la caída de ramas y la exposición a sustancias químicas peligrosas.

El trabajo físicamente exigente y agotador puede causar lesiones a los niños de corta edad, que llevan sacos de frutos de palma que pueden pesar entre 12 y 25 kilos y manejan carretillas llenas de frutos por estrechos puentes.
Ayudo a mi padre cada día desde hace unos dos años. Estudié hasta sexto grado en la escuela. Dejé la escuela para ayudar a mi padre porque él no podía hacer ya el trabajo. Estaba enfermo [...] Lamento haber dejado la escuela. Me habría gustado ir a la escuela para ser más listo. Me gustaría ser profesor.
Niño de 14 años que recolecta y transporta frutos de palma en una plantación

El sector del aceite de palma en Indonesia

Unas fumigadoras trabajan sin equipo de protección en una plantación propiedad de un proveedor de Wilmar. Sin guantes ni gafas protectoras, llenan con sustancias químicas sin diluir las botellas que deben llevar cada una de ellas.
Unas fumigadoras trabajan sin equipo de protección en una plantación propiedad de un proveedor de Wilmar. Sin guantes ni gafas protectoras, llenan con sustancias químicas sin diluir las botellas que deben llevar cada una de ellas. No se revela el nombre de la empresa por razones de seguridad. © Particular
Yohanna, de 45 años, estuvo trabajando como “capataza” en una unidad de mantenimiento de plantas. Sufrió salpicaduras en la cara de un herbicida tóxico a base de Paraquat cuando trataba de cargar un depósito en la bicicleta.
Yohanna, de 45 años, estuvo trabajando como “capataza” en una unidad de mantenimiento de plantas. Sufrió salpicaduras en la cara de un herbicida tóxico a base de Paraquat cuando trataba de cargar un depósito en la bicicleta. El herbicida le causó erosión e inflamación corneal en un ojo. Debido al retraso en recibir tratamiento adecuado, sufrió una infección que le dañó el nervio óptico. © Amnesty International

La exposición a agentes químicos tóxicos provoca terribles sufrimientos.

La vida de los trabajadores y trabajadoras del aceite de palma puede ir de mal en peor si son expuestos a los pesticidas y fertilizantes tóxicos que se usan para mantener las lucrativas plantas de palma aceitera.

Las trabajadoras que fumigan las plantas con sustancias químicas tóxicas sufren vómitos, dolor de estómago y la caída de las uñas de las manos. Peor aún: debido al equipo defectuoso que usan, las sustancias químicas pueden salpicarles periódicamente en las manos y la espalda, causando lesiones graves.

Una trabajadora, Yohanna, sufrió salpicaduras de un fertilizante tóxico cuando trataba de cargar un depósito de pulverización en la bicicleta. El accidente le causó lesiones permanentes en los nervios, la ceguera de un ojo, mareos y dolores de cabeza. Los fertilizantes y pesticidas causan tantos daños porque contienen Paraquat, una sustancia química tóxica prohibida en la UE. Wilmar dice que empezó la retirada progresiva del Paraquat en 2012, pero las trabajadoras de la plantación siguen usándolo, con consecuencias trágicas.
No veo con este ojo. Tengo dolores en parte de la cabeza, y cuando me pasa, se me hincha mucho el ojo. Todavía me mareo un poco. Si uso mucho la mano derecha, me duele la cabeza. Me gustaría poder caminar estable como antes
Yohanna, trabajadora en la industria del aceite de palma