Esta campaña ha finalizado. Consulta la información actualizada sobre la violencia contra las mujeres en España.
Sufrir una violación es algo que ninguna mujer debería vivir. Pero el trauma no acaba aquí. Continua cuando los prejuicios, los estereotipos y la violencia institucional se ceba con ellas. Un camino lleno de piedras en el que al final, muchas víctimas son tratadas como culpables. ¿Lo vas a consentir?
“ Fallamos de manera alarmante como sociedad, cuando a las víctimas de violencia de género, y especialmente a las de violencia sexual, se las trata como acusadas, y cuando la noticia es si su relato es veraz o no.
El problema de la violencia sexual
¿Qué es la violencia sexual? ¿Qué denunciamos?
La violencia sexual, incluida la violación, es una grave violación de derechos humanos y una de las manifestaciones más extendidas de la violencia contra las mujeres y niñas, basada en la discriminación por motivos de género tanto en España como en otros países del mundo.
Además, la violencia sexual es cualquier acto de carácter sexual contra una persona sin su consentimiento. El Código Penal español regula varios tipos de violencia sexual. La diferenciación de la violación como agresión sexual o abuso sexual, según se produzca con o sin violencia o intimidación, ha sido especialmente cuestionada por la sociedad en general, y especialmente por los movimientos feministas en su defensa de las víctimas de violencia sexual.
¿Cuáles son las consecuencias de la violencia sexual?
En España, las mujeres que se atreven a denunciar la violencia sexual se enfrentan, además de a las propias agresiones sexuales, a un duro y largo camino marcado por la violencia institucional en todas las etapas. Un terrible recorrido plagado de piedras que les suponen dificultades casi insalvables cuando acuden a la comisaria, al hospital o en el juicio. En muchas ocasiones, las víctimas de violencia sexual son maltratadas por quienes deberían garantizar su recuperación y el acceso a la justicia.
“De las 69 medidas del Pacto de Estado dedicadas a la asistencia de víctimas de violencia de género, únicamente una de ellas está enfocada a la violencia sexual”
La violencia sexual, ausente en las políticas públicas
Un camino lleno de piedras
En 2016, Blanca (nombre ficticio) regresaba a casa por la noche. Al entrar en el portal un hombre la atacó, la violó y la dejó inconsciente.
“Cuando en la comisaría me preguntaron: ¿Qué ropa llevabas puesta?, sentí que era yo la delincuente”
“Después de más de una hora esperando, el forense llegó gritando delante de todo el mundo: ¿A ver, quién es la víctima?”
“Desde el día de la agresión hasta hoy, nadie ha sido detenido y nadie ha contactado conmigo para informarme.”
El caso de violencia sexual de Blanca ejemplifica los prejuicios, los estereotipos y la falta de medidas por parte del Estado a la hora de atender a las víctimas de violencia sexual. Miles de mujeres y hombres no consentimos que Blanca y otras víctimas de la violencia sexual tengan que enfrentarse a un camino de piedras.
Qué queremos / La solución contra la violencia sexual
La obligación del Estado es garantizar una asistencia digna y especializada a las víctimas de violencia sexual, una asistencia policial, sanitaria y judicial que estén libres de estereotipos y prejuicios, que sean un apoyo para las mujeres objeto de violencia sexual. Esta asistencia debe concretarse en medidas urgentes:
- Crear servicios especializados como teléfonos de atención las 24 horas del día, los 365 días del año, y centros especializados en violencia sexual.
- Formar y sensibilizar a todos los profesionales que están en contacto con las víctimas de violencia y agresión sexual.
- Reformar todo lo referente a los delitos sexuales en el Código Penal para garantizar la autonomía sexual y el consentimiento libremente otorgado.
- Facilitar asistencia letrada gratuita e inmediata a las víctimas.
- Recopilar datos que permitan dimensionar este problema.
La violencia nuestra de cada día
Alba, Tea, Elena y Belén, estudiantes universitarias de entre 20 y 22 años, nos han contado cómo lo viven ellas en su día a día.