Sí, cumplimos 40 años en España y estamos construyendo el Planeta J. Somos un movimiento global de gente corriente que se toma la injusticia como algo personal. Más de 7,8 millones de personas en los cinco continentes, entre socios, socias, activistas y simpatizantes.
En España, más de 84.000 socios y socias financian nuestra labor y nos permiten investigar y actuar en defensa de los derechos humanos. ¡Con total independencia, sin subvenciones de Gobiernos ni partidos políticos! Además, contamos con más de 2.400 activistas y más de medio millón de personas que colaboran asiduamente en nuestras campañas.
“Hasta que no haya sido puesto en libertad el último preso de conciencia, hasta que no haya sido cerrada la última cámara de tortura, hasta que no se haya hecho realidad para las personas del mundo la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, no habremos hecho nuestro trabajo.”
Peter Benenson, fundador de Amnistía Internacional
“La última campaña de Amnistía Internacional contra los profesionales de la seguridad pública de España afianza, aún más, la imagen de una organización que, a fuerza de olvidar el rigor en sus informes para abrazar el amarillismo, se está convirtiendo en un colectivo que ha hecho de la mentira su maxima.”
Confederación Española de Policía (2012), a raíz de un informe sobre abusos de las fuerzas del orden en manifestaciones.
La policía dispersa una manifestación estudiantil en el I.E.S. Lluís Vives (Valencia, 2012) | © Julio González
Manifestación del Orgullo Gay en Madrid. | © AI
Somos una organización de activistas. Sólo en 2017 hemos organizado cientos de actos de calle en más de 220 localidades de nuestra geografía.
Desde 2002 hemos lanzado cerca de 600 ciberacciones a través de nuestra web en España sobre casos de violaciones de derechos humanos en nuestro país, y en otros muchos. Desde el año 2010 han recogido más de 14 millones de firmas. Sólo en 2017, cerca del 50% obtuvieron algún resultado positivo.
En los últimos 10 años nuestra Red de Acciones Urgentes, con 65.000 miembros, ha emitido 5.000 acciones sobre presos y presas de conciencia, casos de tortura, detenciones arbitrarias, ataques a la libertad de expresión... En el 20% de los casos mejoró la situación de las víctimas.
Sólo en España hemos publicado en los últimos 20 años más de 130 informes y otros documentos de investigación sobre la violencia de género, la libertad de expresión, la exclusión sanitaria, la tortura y malos tratos, el comercio de armas, los desalojos, la situación de las personas refugiadas, la política exterior del Gobierno, etc.
Desde 1998, más de 66 defensores y defensoras de derechos humanos y sus familias, en su mayoría procedentes de América Latina, han sido rescatadas de una muerte segura por nuestro Programa de Protección Temporal de Defensores de Derechos Humanos.
“Esto es mentira y Amnistía Internacional se ha equivocado lamentablemente porque en Ceuta no se producen ni reagrupamientos ni se envían menores a su país, lo que ha obligado a crear unos mecanismos de integración social de estos niños”
Luis V. Moro, Delegado del Gobierno en Ceuta (2002) ante nuestros informes sobre devoluciones desde Ceuta y Melilla de menores a Marruecos. En 2017 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a España por dos casos de devoluciones en caliente.
Heridas provocadas por las concertinas en la valla de Melilla. | © AI
Amina conversa con su abogada en los juzgados de Katsina, en Nigeria, el 25 de marzo de 2003. | © AI
Amnistía Internacional España inauguró en 2002 una nueva forma de activismo: las ciberacciones. Gracias a Internet, miles de personas podían sumarse a una causa desde cualquier lugar, firmando en nuestra web. El objetivo era enviar miles firmas a sus destinatarios, normalmente autoridades, ante un caso de violación de derechos humanos hasta lograr que la presión funcionara.
La primera ciberacción intentó evitar que la mujer nigeriana Safiya Hussaini muriera lapidada tras ser condenada por adulterio. ¡A las tres semanas de haber abierto la ciberacción recogimos más de 600.000 firmas!
Nuestro sitio web se colapsaba por la cantidad de personas que intentaban acceder a la vez. Unos días antes de la fecha de la ejecución, depositamos en la embajada de Nigeria las centenares de miles de firmas. ¡¡Y se logró, la sentencia fue anulada!!
Por desgracia, al día siguiente llegó otra noticia similar también desde Nigeria. Amina Lawal también había sido condenada a morir lapidada por adulterio. Y comenzó de nuevo la batalla: en un año recogimos 10 millones de firmas, la ciberacción más apoyada en España hasta hoy. Y la gran victoria: ¡Amina Lawal también evitó la lapidación!
Desde 2002 hemos lanzado cerca de 600 ciberacciones en España. Y solo en 2017 cerca del 50% de las ciberacciones obtuvieron algún resultado positivo.
“[El estudio de AI] en algunos casos no se ajusta a la realidad (…) generalizado a partir de unos casos concretos (…) ¿Dónde está escrito que todo lo que diga Amnistía Internacional sea verdad y lo que dicen las fuerzas de Seguridad sea falso? Amnistía también se equivoca. España es un Estado de derecho. Si se producen torturas se juzgan.”
Mariano Rajoy, ministro del Interior del Gobierno de España, 2002, ante la publicación del informe ”Crisis de Identidad. Tortura y malos tratos de índole racista a manos de agentes del Estado”.
La policía interviene en las protestas de inmigrantes en Melilla (2011) | © Antonio Ruiz
“Vería con agrado que, en cualquier momento y sin previo aviso, Amnistía Internacional visite un cuartel de la Guardia Civil o una comisaría de Policía, con el objeto de comprobar que en este país no se practica la tortura.”
José Barrionuevo, ministro del Interior, responde en 1984 a un informe de AI sobre torturas por parte de fuerzas de seguridad. España ha sido condenada hasta en 10 ocasiones por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por no investigar casos de tortura.
Fotos de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, presuntos miembros de ETA, colocadas en la fosa donde se descubrieron sus cadáveres. Busot (Alicante), 1995. | EFE/Joaquín de Haro.
Manuel Casanoves fue el primer presidente de Amnistía Internacional España. En la fotografía sostiene un ejemplar del periódico The Observer donde Peter Benenson publicó el artículo "Los prisioneros olvidados". | © AI
El Consejo de Ministros legalizó a Amnistía Internacional en España en 1978, un año después de que la organización fuera galardonada con el Premio Nobel de la Paz, y solo unos años después de que naciera en la clandestinidad. Muerto Franco, el sacerdote Manuel Casanoves fue convocado en 1976 en Barcelona junto a otros colaboradores de Amnesty International. Fue la primera vez que se vieron las caras para formar parte de este movimiento internacional. Casanoves se convertiría en su primer presidente en España en 1978.
Pero nuestro país ya estaba presente en el trabajo de Amnistía Internacional desde que Peter Benenson, fundador de Amnesty International, publicara en 1961 el artículo Los prisioneros olvidados en el diario británico The Observer sobre dos estudiantes portugueses detenidos por brindar por la libertad durante la dictadura de Salazar. En él se citaba el caso del abogado español Antonio Amat, que por tratar de crear una coalición democrática estuvo en la cárcel sin juicio desde 1958, o el del profesor universitario Enrique Tierno Galván, que se convertiría más tarde en alcalde de Madrid.
Hasta su legalización, la organización denunció la situación de presos como el asturiano Ramón Álvarez; siguió de cerca procesos como el de Burgos en 1970; la ejecución de Salvador Puig Antich y la de Heinz Chez en 1974; Y trabajó, entre otros, por los casos de Simón Sánchez Montero del Partido Comunista o Marcelino Camacho de Comisiones Obreras.
Los primeros años de la transición hasta 1978 también estuvieron llenos de casos que motivaron la intervención de Amnistía Internacional, desde el juicio de los militares de la Unión Militar Democrática en 1975, hasta el proceso contra Albert Boadella por su obra La torna que denunciaba las últimas ejecuciones del régimen franquista.
En sus primeros años en España, Amnistía Internacional se pudo sostener económicamente, en parte, gracias a la venta de carteles del cuadro El abrazo de Juan Genovés. En 1978 contaba con 49 socios y socias en España, una cifra que ha crecido hasta los de más de 84.000 de la actualidad.
La sede de Amnistía Internacional en la calle Columela de Madrid sufrió varios ataques, entre ellos una bomba incendiaria en 1979. Un momento delicado fue el 23 de febrero de 1981, día del intento de golpe de Estado, cuando se decidió proteger los listados de socios y socias de la organización, enviándolos a la embajada francesa.
En estos primeros años Amnistía Internacional se afianzó como referente en la defensa de los derechos humanos desde la más absoluta independencia. Las campañas sobre presos de conciencia en la URSS o las primeras noticias sobre las desapariciones en Chile o Argentina alejaban a la organización de cualquier posicionamiento político.
El conocimiento masivo del público llegó en 1988 cuando 90.000 personas asistieron en Barcelona al concierto Derechos Humanos, ¡Ya!
Has llegado hasta aquí porque algo dentro de ti te dice que hay millones de razones para colaborar. La fundamental es que quieres cambiar el mundo, y no sabes cuánto nos alegra, porque sabemos que podemos contar contigo para lograrlo. Gracias por creer en un mundo más justo.