Alba: Sí, se nos cuestiona nuestra manera de vestir, de hablar, de sonreír, de mirar, de relacionarnos… Nos hacen pensar que la culpa es nuestra por provocar deseo sexual en los hombres. Tenemos que tener cuidado con qué ropa usamos, con quién hablamos, por dónde caminamos, a quién besamos…
Belén: La ropa es algo que se cuestiona permanentemente. En las discotecas las chicas que van más escotadas son las más acosadas por los chicos. Piensan que van provocando. A veces para pedir en la barra los propios amigos te dicen que vayas tú porque los camareros te atienden antes. Nosotras sabemos que la cantidad de ropa que llevamos no determina la cantidad de respeto que merecemos, pero ellos parece que se resisten a entenderlo. Aún así, nuestro mensaje está muy claro: Es mi cuerpo, no lo toques sin mi consentimiento.
¿Os sentís acosadas?
Alba: Sí, y donde más lo noto es en las redes sociales. Personalmente tengo mi cuenta de Instagram abierta y recibo mensajes obscenos y desagradables de chicos que no conozco. Me parece de muy mal gusto. Que mi cuenta sea pública no da permiso a nadie a faltarme al respeto y a enviarme mensajes subidos de tono y ofensivos. Lo más increíble es que incluso sin contestar, me siguen acosando.
Elena: Lo malo es que a veces pagan justos por pecadores. Hace poco me metieron en un grupo de Whatsapp por error y escribí al administrador para decírselo. Este chico me hizo alguna pregunta y me puse muy a la defensiva. Después me di cuenta de que era un buen chaval que no tenía intención de nada y pensé “pobre, me he pasado con él”, pero es que es tan fácil pensar que va a ser más de lo mismo...