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Solicitantes de asilo –incluidos menores no acompañados– están sufriendo abusos violentos, devoluciones instantáneas ilegales y detenciones ilegítimas a manos de las autoridades policiales y de inmigración húngaras, en virtud de un sistema claramente concebido para disuadirlos de entrar en el país.
“Huimos de la guerra, huimos del dolor. ¿Por qué en la frontera nos tratan como animales”Entrevista con I. en el campo de Horgoš, agosto de 2015
Descárgate el informe:
Hungary: Stranded hope. Hungary's sustained attack on the rights of refugees and migrants
Una crisis evitable
A. y E., dos mujeres afganas entrevistadas en Horgos:
Estamos agotados de dormir a la intemperie. No hay aseos adecuados para los menores. Están teniendo alergias, dolor de estómago.
Hungría terminó la construcción de una valla inmensa a lo largo de su frontera con Serbia
“zonas de tránsito”
Sólo 30 personas en total son admitidas cada día en estas zonas de tránsito para solicitar asilo;
devolución inmediata”
se estaba usando fuerza excesiva contra los solicitantes de asilo, a los que daban golpes y patadas y perseguían con perros.
Serbia,se quedan atrapados y sin poder solicitar asilo.
centros de alojamiento para solicitantes, unos abiertos y otros cerrados, cuyas condiciones son pésimas.
casi el 60% de los 1.200 solicitantes de asilo registrados en Hungría estaban bajo custodia.
Z., mujer de 27 años de Afganistán
Tuve que secar las lágrimas de mi hija cada día. Por eso mi mayor sueño es verla feliz en Europa [...]. Espero que, en unos años, venga y me diga: 'Mamá, hiciste bien en marcharte, tomaste la decisión correcta'.