El asedio
En febrero de 2017, el gobierno sirio se hizo con el control de las zonas de Al Qaboun y Barze, adyacentes a la ciudad de Harasta (Guta Oriental), y cerraron todos los túneles utilizados para hacer contrabando, que llevaban años garantizando una afluencia mínima de alimentos, agua y material médico.
El 3 de octubre, el gobierno sirio intensificó aún más el asedio cerrando el único punto de entrada a Duma que quedaba —el puesto de control de Al Wafideen—, impidiendo el acceso a la ayuda médica y humanitaria y prohibiendo la circulación de civiles.
Sólo se ha permitido la entrada a tres convoyes humanitarios desde entonces, que contenían muchos menos productos de los necesarios para atender las necesidades humanitarias de la población, y el gobierno retiró todo el material médico.
Desde octubre, la situación humanitaria en Guta Oriental se ha deteriorado considerablemente, y los precios de las medicinas y de alimentos básicos como la leche y el pan se han disparado.