Amnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid Icons
Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo

En Amnistía Internacional tenemos la visión de un mundo en que todas las personas disfrutan de los derechos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Paradójicamente, esto nos convierte en una organización incómoda para los poderosos, pero la experiencia nos dice que es posible cambiar las cosas, porque todos llevamos dentro el poder de la humanidad.

Principales objetivos de Amnistía Internacional

Trabajamos por el derecho a la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de abusos graves, como los juicios injustos, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias, las ejecuciones extrajudiciales o la violencia de género.

Defendemos a las personas migrantes, solicitantes de asilo, refugiadas, desplazadas o víctimas de trata. También a la población civil en los conflictos armados.

Defendemos a las víctimas de la violencia a manos de los Estados (policías, ejércitos, etc.) y de otros actores (empresas, grupos armados, etc.)

Hacemos campaña por el derecho a la salud y por los derechos sexuales y reproductivos.

Luchamos contra la tortura y los malos tratos, por la abolición de la pena de muerte, y por un control efectivo sobre el comercio de armas.

Defendemos la dignidad de las personas pobres, denunciando los abusos que causan o agravan la pobreza, y luchamos para que sus responsables rindan cuentas ante la justicia, porque disfrutar de atención sanitaria sin discriminación, de una vivienda adecuada, de agua limpia, de un medio ambiente sano... es un derecho humano.

Protegemos el derecho de todas las personas a expresarse libremente y a no sufrir discriminación.

Denunciamos la tecnología que atenta contra los derechos de las personas, como su derecho a la privacidad, a no sufrir interferencias indebidas en sus comunicaciones o a recibir una información veraz.

Exigimos que los presos de conciencia sean liberados y que las personas que denuncian abusos en cualquier país obtengan protección.

Activistas de Amnistia Internacional corren contra la tortura en un acto celebrado en Marruecos.

El mundo puede cambiar

Miles de personas corrientes de todo el mundo lo han demostrado pidiendo responsabilidades, desde nuestro nacimiento en 1961, a quienes socavan los derechos humanos. Cuando empezamos, pocos habrían anticipado que los torturadores acabarían convertidos en delincuentes internacionales, que la mayoría de los países aboliría la pena de muerte y que gobernantes que parecían intocables se verían obligados a responder por sus crímenes. Hoy no hay gobierno libre de escrutinio. No hay situación sin esperanza.

Nuestro trabajo combina el rigor en la investigación de abusos a los derechos humanos, el diálogo y la presión a autoridades y otros actores, la movilización, la comunicación pública y ante todo, un apoyo incondicional a los y las activistas que actúan allí donde se producen las injusticias.

Escucha, tengo algo muy obvio que decirte. No puedes rendirte. Si deciden matarme, significa que somos increíblemente fuertes

Aleksei Navalny, opositor ruso muerto bajo custodia