Manifestación en protesta por la decisión del gobierno de Dinamarca de despojar a los refugiados de Siria de la residencia bajo la falsa suposición de que Damasco y las áreas circundantes ahora son seguras para el retorno. © Amnistía Internacional Dinamarca
En Amnistía Internacional tenemos la visión de un mundo en que todas las personas disfrutan de los derechos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Paradójicamente, esto nos convierte en una organización incómoda para los poderosos, pero la experiencia nos dice que es posible cambiar las cosas, porque todos llevamos dentro el poder de la humanidad.
Principales áreas de trabajo de Amnistía Internacional
Trabajamos por el derecho a la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de abusos graves, como los juicios injustos, lasdesapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias, las ejecuciones extrajudiciales o la violencia de género.
Defendemos a las personas migrantes, solicitantes de asilo, refugiadas, desplazadas o víctimas de trata.
Exigimos la protecciónde la población civil en los conflictos armados y que se respeten los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Defendemos a las víctimas de la violencia a manos de los Estados (policías, ejércitos, etc.) y de otros actores (empresas, grupos armados, etc.)
Hacemos campaña por el derecho a la salud y por los derechos sexuales y reproductivos, incluido el derecho al aborto.
Luchamos contra la tortura y los malos tratos, por la abolición de la pena de muerte, y por un control efectivo sobre el comercio de armas.
Denunciamos los abusos que causan o agravan la pobreza y defendemos que los derechos económicos, sociales y culturales, se hagan realidad para todas las personas, como el acceso a atención sanitaria o a una vivienda adecuada.
“En Amnistía Internacional creemos en un mundo donde todas las personas disfruten plenamente sus derechos”
Protegemos el derecho de todas las personas a expresarse libremente, y a protestar pacíficamente.
Denunciamos la tecnología que atenta contra los derechos de las personas, como su derecho a la privacidad, a no sufrir interferencias indebidas en sus comunicaciones o a recibir una información veraz.
Exigimos que los presos y presas de conciencia sean liberados y que las personas que denuncian abusos en cualquier país obtengan protección.
Apoyamos la labor de las defensoras y defensores de derechos humanos y exigimos que los gobiernos faciliten, apoyen y reconozcan su labor.
Luchamos contra la discriminación y la violencia hacia las mujeres y niñas en todas sus formas, en la ley y en la práctica y abogamos por la igualdad de derechos para las personas LGBTI.
Combatimos la desigualdad y la discriminación por motivos de raza, situación migratoria, religión, discapacidad u otras desde un enfoque interseccional.
Trabajamos por la justicia climática y exigimos a los gobiernos que luchen contra la crisis climática que es una crisis de derechos humanos.
El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo
Miles de personas corrientes de todo el mundo lo han demostrado pidiendo responsabilidades, desde nuestro nacimiento en 1961, a quienes socavan los derechos humanos. Cuando empezamos, pocos habrían anticipado que los torturadores acabarían convertidos en delincuentes internacionales, que la mayoría de los países aboliría la pena de muerte y que gobernantes que parecían intocables se verían obligados a responder por sus crímenes. Hoy no hay gobierno libre de escrutinio. No hay situación sin esperanza.
Nuestro trabajo combina el rigor en la investigación de abusos a los derechos humanos, el diálogo y la presión a autoridades y otros actores, la movilización, la comunicación pública y ante todo, un apoyo incondicional a los y las activistas que actúan allí donde se producen las injusticias.>