El 11 de mayo de 2011, hace ahora 10 años, nació el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, más conocido como Convenio de Estambul.
Es el instrumento jurídico internacional de ámbito continental más importante y específico para prevenir y luchar contra todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres. Está en vigor desde el 1 de agosto de 2014. Lo han firmado 46 países europeos y ratificado 37, además de la Unión Europea. Para estos países es vinculante. Los países que aún no lo han ratificado son en orden alfabético: Armenia, Azerbaiyán, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, Lituania y República Checa. Turquía, por su parte, hizo oficial su salida del Convenio de Estambul en 2021.
Un grupo de manifestantes sostienen pancartas durante la manifestación del Día Internacional de la Mujer. © SOPA Images/SIPA/2403101244
¿Qué dice el Convenio de Estambul?
El Convenio de Estambul es sumamente importante porque reconoce que: la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos; que es una manifestación del desequilibrio histórico entre la mujer y el hombre que ha llevado a la dominación y a la discriminación de ésta, privándola así de su plena emancipación; y que la igualdad entre mujeres y hombres es un elemento clave para la prevención de dicha violencia machista.
Con estas premisas y aspirando a crear una Europa libre de violencia contra las mujeres, establece los siguientes objetivos fundamentales:
- Proteger a las mujeres contra toda forma de violencia posible, y prevenir, perseguir y eliminar la violencia contra la mujer y la violencia doméstica;
- Contribuir a eliminar toda forma de discriminación contra la mujer y promover la igualdad real entre mujeres y hombres, incluyendo el empoderamiento de las mujeres;
- Concebir un marco global, políticas y medidas de protección y asistencia a todas las víctimas de violencia contra la mujer y la violencia doméstica;
- Promover la cooperación internacional para eliminar la violencia contra la mujer y la violencia doméstica;
- Apoyar y ayudar a las organizaciones y las fuerzas y cuerpos de seguridad para cooperar de manera eficaz y adoptar un enfoque integrado con vistas a eliminar la violencia contra la mujer y la violencia doméstica.
Además, el Convenio de Estambul protege a todas las mujeres y niñas sin discriminación y contiene disposiciones específicas para mujeres y niñas refugiadas y migrantes. Introduce la posibilidad de otorgar a las mujeres migrantes supervivientes de violencia doméstica un permiso de residencia autónomo cuando su estado de residencia depende del de su pareja abusiva. También solicita a los gobiernos que reconozcan la violencia de género contra las mujeres como una forma de persecución y un criterio a tener en cuenta cuando buscan protección internacional en Europa.
Una mujer sostiene una pancarta que dice «Es tu verdad, grítala» durante la manifestación del 8M en Barcelona. © SOPA Images/SIPA/2403091211
¿Por qué es tan importante el Convenio de Estambul?
La vigencia actual del Convenio de Estambul y la necesidad de su cumplimiento lo vemos con numerosos ejemplos en los que se siguen vulnerando los derechos de mujeres y niñas, y también con los resultados positivos de su aplicación:
- La mutilación genital femenina (MGF) es una de las formas de violencia de género y puede considerarse tortura. Tiene graves consecuencias para la salud física y psicológica de mujeres y niñas a lo largo de toda su vida. Aunque es ilegal en la Unión Europea se estima que alrededor de 600.000 mujeres viven en Europa han sido sometidas a la mutilación genital femenina –algunos Estados miembros incluyen en el cálculo las intervenciones que se realizan fuera del país, – y otras 180.000 niñas corren un alto riesgo en 13 países europeos. En España, para prevenir e informar a las familias que viven aquí y proceden de países en los que se practica, se aprobó en 2015 un Protocolo común de actuación sanitaria ante la MGF en el Sistema Nacional de Salud.
- En Europa las encuestas dicen que una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física y o sexual desde los 15 años de edad, y cuando se pregunta a la población europea, el 74% cree que la violencia contra las mujeres es común en su país. Las mujeres europeas se movilizan defendiendo que el sexo sin consentimiento debería considerarse violación. Amnistía Internacional ha analizado la situación en 31 países y sólo 18 tienen leyes que definen como violación las relaciones sexuales sin consentimiento.
Los últimos países en adoptar una definición de violación basada en el consentimiento han sido Polonia y Suiza.
Una mujer –con el símbolo feminista pintado en su mejilla– baila durante el 8M en el calles del centro de Varsovia. © Attila Husejnow / SOPA Im/SIPA/1903091255
- Los confinamientos y las medidas de aislamiento ante la crisis de la COVID-19han expuesto a las mujeres y las niñas a mayores riesgos de abusos a manos de sus parejas o de otras personas de la familia y a menudo las instituciones las dejan sin el apoyo que tanto necesitan. En Europa, en países como Italia, Reino Unido, Alemania, Austria, Dinamarca o España, aumentaron las llamadas a los centros de atención de víctimas de violencia de género. Dinamarca y Bélgica han creado nuevos centros adicionales de cuidados. El Parlamento Europeo, ONU Mujeres y otras organizaciones de Derechos Humanos como Amnistía Internacional han exigido a los gobiernos europeos que tomen medidas de prevención y protección.
- En consonancia con esto último, la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como "Ley de Sólo Sí es Sí" garantiza el derecho a la asistencia integral especializada y accesible (que incluye atención telefónica y especializada) para las mujeres, niñas y niños víctimas de violencia sexual, a través de la creación de Centros de Crisis que atiendan a las mujeres víctimas de violencia sexual 24 horas al día, todos los días de la semana, tal y como recomienda el Consejo de Europa. Sin embargo, no todas las comunidades autónomas han cumplido con su compromiso de abrir un centro de crisis en cada provincia, generando una desigualdad y una desprotección entre las víctimas de violencia sexual según el territorio, tal y como denunciamos.
- En España más de 2,8 millones de niñas y mujeres han sufrido violencia sexual en algún momento de su vida. Casi el 90% de las víctimas de delitos contra la libertad sexual son mujeres, y el 95% de los responsables de estos delitos son hombres, según el Ministerio del Interior. La mayoría de estos delitos quedan impunes. La palabra de la mujer es cuestionada y pasa a ser ella la juzgada en vez del agresor, como alertamos en el informe "Ya es hora de que me creas".
Una activista sostiene una pancarta durante la Marcha del Millón de Mujeres. © SOPA Images/SIPA/2403110931
¿Cuáles son los riesgos para el Convenio de Estambul?
Los avances conseguidos por las mujeres con sus reivindicaciones y movilización frente a la violencia sexual corren el riesgo de caer en saco roto si no van acompañados de medidas legislativas, de recursos económicos y humanos, así como de políticas públicas encaminadas a la igualdad y a la erradicación de la violencia de género a través de la sensibilización que logren transformar la tan arraigada cultura machista en la que vivimos.
En este sentido, el Convenio de Estambul sigue siendo imprescindible en la lucha contra la violencia y por los derechos de las mujeres y las niñas. Debe garantizarse que todos y cada uno de los países de Europa lo ratifiquen lo antes posible y asegurar que ninguno lo abandone, siendo implementado con los recursos materiales y humanos necesarios para conseguir los resultados deseados en materia de igualdad.