El 28 de octubre, medios estatales iraníes informaron de que Armita Garawand, de 16 años, había muerto. Estaba en coma desde el 1 de octubre, cuando perdió el conocimiento en el metro de Teherán tras sufrir graves lesiones a manos de un agente encargado de hacer cumplir las degradantes leyes iraníes sobre el uso obligatorio del velo. Además, varias personas presentes en su entierro y que guardaban duelo, como la abogada de derechos humanos Nasrin Sotoudeh, fueron detenidas sin pudor alguno para silenciar cualquier reivindicación de verdad y justicia.
Cuatro días antes, las periodistas Niloufar Hamedi y Elaheh Mohammadi fueron condenadas a más de 10 años de cárcel cada una. Ellas fueron las primeras periodistas que informaron sobre la hospitalización de Mahsa/Zhina Amini tras ser detenida por la “policía de la moral” iraní.
Tanto la condena de Niloufar y Elaheh, como la muerte de Armita, coinciden con una intensificación de la opresión contra las mujeres y las niñas por parte de las autoridades iraníes en los últimos meses. Opresión contra la que se han levantado miles de mujeres en Irán tras la muerte bajo custodia de Mahsa/Zhina Amini, en septiembre de 2022.
Hace poco más de un año, en septiembre de 2022, Mahsa/Zhina, de 22 años, fue detenida en Teherán y golpeada violentamente. Más tarde fue llevada a un hospital en coma y tres días después murió. Su muerte desató una oleada de indignación en todo el país que las fuerzas de seguridad han reprimido de forma desproporcionada y sangrienta. En el último año, más de 500 personas han muerto, más de 22.000 han sido detenidas y al menos 7 han sido ejecutadas en relación con las protestas.
Si alguien ha sido protagonista de este levantamiento, esas son mujeres como Mahsa/Zhina, Niloufar o Elaheh, y niñas como Armita o las miles de chicas que han sido envenenadas y hospitalizadas en una clara campaña contra las estudiantes que muestran su cabello en público. Mujeres y niñas a quienes la “policía de la moral” persigue de forma habitual por no cumplir con las leyes abusivas, degradantes y discriminatorias que las obligan a cubrirse el pelo con un velo y cuyo incumplimiento puede ser motivo de detención, pena de prisión, multa o latigazos.
Esta represión es un símbolo del desprecio de las autoridades iraníes a la dignidad humana y los derechos de las mujeres y las niñas. Firma para que respeten los derechos de las mujeres y detengan la represión.
Ayúdanos a llegar a 10.000
Firma y enviaremos esta petición en tu nombre a las autoridades de Irán.
Enviaremos esta petición junto con tu nombre, apellidos y país.
Señor Gholamhossein Mohseni Ejei:
Hace un año, la joven de origen kurdo Mahsa Amini fue detenida por la policía de la moral. Murió tres días después. Tras su muerte, miles de personas salieron a la calle, liderados por las mujeres iraníes, para reclamar derechos y libertades. Por su parte, las autoridades respondieron con violencia y represión. Se calcula que más de 500 personas han muerto y que más de 22.000 han sido detenidas. Al menos 7 han sido ejecutadas en relación a su participación en las protestas.
Entre las graves violaciones de derechos humanos cometidas por las autoridades iraníes figuran homicidios ilegítimos tras el uso injustificado de fuerza letal, detenciones y encarcelamientos arbitrarios y masivos, desapariciones forzadas, tortura y otros malos tratos y condenas a largas penas de prisión o a muerte tras juicios manifiestamente injustos. Especialmente preocupante es la persecución a mujeres y niñas que se atreven a desafiar las degradantes leyes sobre la obligatoriedad del uso del velo.
Como Presidente de la Magistratura iraní, le pido que:
• Pongan en libertad a todas las personas detenidas por ejercer pacíficamente sus derechos humanos, incluido el derecho a la protesta, así como a la libertad de expresión.
• Proporcionen a las personas detenidas acceso a sus familias y a abogados de su elección, sean protegidas de la tortura y otros malos tratos y se investiguen las denuncias de tortura.
• Lleven ante la justicia a los responsables de haber cometido tortura contra manifestantes
• Concedan a los observadores independientes pertenecientes a embajadas acceso a los juicios relacionados con las protestas.
• Procedan a abolir todas las leyes y prácticas abusivas, degradantes y discriminatorias, como la obligatoriedad de uso del velo, que degrada a las mujeres y las niñas y violan su derecho a la igualdad, la intimidad y la libertad de expresión y de creencias.
Atentamente,
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