2021 es un año especialmente importante para celebrar los logros de las mujeres, no sólo porque el mundo está necesitado de buenas noticias, sino porque hay muchos motivos para la esperanza. He aquí diez cosas que ocurrieron en 2020 y que demuestran que el cambio siempre es posible, incluso durante una pandemia.
1. La marea verde triunfó en Argentina
Tras años de incansable campaña, el aborto fue por fin legalizado en Argentina en diciembre de 2020. Ya es legal abortar en Argentina hasta la semana 14 de gestación, y más tarde en casos de violación y riesgo para la vida o la salud de la madre. Es una ley que salvará vidas: durante los últimos 30 años, los abortos en condiciones de riesgo han sido la principal causa de muerte materna en el país.
Lo que hace que esta noticia sea especialmente alentadora es el hecho de que, sólo 18 meses antes, el Senado argentino había rechazado un proyecto para legalizar el aborto. Aquello fue un duro golpe, pero las activistas continuaron luchando. Mariela Belski, directora de Amnistía Argentina, describió entonces la votación del Senado como “una base de partida y no un revés”.
El hecho de que sólo dos años más tarde el tiempo le diera la razón, debería servir de inspiración a otras en todo el mundo. En los malos momentos, el cambio puede parecer imposible, pero no lo es.
El aborto ya es legal en Argentina. © Amnesty International/Tomás Ramírez Labrousse
2. Las activistas siguieron luchando contra las leyes restrictivas sobre el aborto
Necesitamos más que nunca el ejemplo de Argentina. Durante el último año, varios gobiernos han tomado medidas draconianas para restringir los derechos sexuales y reproductivos, a menudo utilizando la pandemia como pretexto para la represión.
En octubre, el Tribunal Constitucional de Polonia, sumamente politizado, emitió un fallo favorable a la prohibición casi total del aborto, desencadenando protestas multitudinarias de activistas de los derechos de las mujeres en todo el país, mientras que en enero el Congreso de Honduras dio apoyo, a través de una reforma constitucional, a una de las leyes sobre el aborto más duras del mundo. Y si bien algunos gobiernos hicieron cambios para mejorar el acceso al aborto durante los confinamientos, incluso a través de la telemedicina, en muchos países la atención de la salud reproductiva se paralizó.
En Polonia las mujeres siguen protestando haciendo frente al hostigamiento y la detención. © Grzegorz Żukowski
Pero las mujeres no se han quedado esperando a que la actuación de sus gobiernos mejore: se han puesto manos a la obra, iniciando peticiones, organizando protestas, dirigiendo talleres y proporcionando apoyo y atención sanitaria. Por ejemplo, en Polonia, los grupos de mujeres siguen protestando, haciendo frente al hostigamiento, la detención, el procesamiento y el uso excesivo de la fuerza por la policía. Las activistas se echaron e a la calle el 8 de marzo y protestaron ante embajadas de Polonia o edificios emblemáticos en Europa en solidaridad con las mujeres polacas y su derecho a la autonomía corporal.
Este activismo puede tener resultados reales, como vimos en enero con la despenalización del aborto en Corea del Sur, una decisión impulsada en parte por el auge del movimiento #MeToo en el país. Y en Tailandia, el Parlamento aprobó una ley que autoriza el aborto en las primeras 12 semanas de gestación, un gran paso para un país donde hasta entonces las mujeres podían ser encarceladas por abortar en cualquier etapa del embarazo.
3. En Sierra Leona, las niñas embarazadas pudieron volver a la escuela
En marzo de 2020, Sierra Leona anuló la prohibición de que las niñas embarazadas asistieran a la escuela y se presentaran a exámenes. Desde 2015,a muchas niñas embarazadas se las había estigmatizado y se les había negado el derecho a la educación, perjudicando sus perspectivas de encontrar empleo. Ahora la prohibición ha quedado acertadamente relegada a los libros de Historia, un importante avance hacia la igualdad en el derecho a la educación.
Sierra Leona anuló la prohibición de que las niñas embarazadas asistieran a la escuela y se presentaran a exámenes
4. Se reformaron leyes sobre la violación
En diciembre de 2020, tras años de acciones de campaña por parte de grupos de sobrevivientes y de defensa de los derechos de las mujeres, el parlamento de Dinamarca aprobó una ley que tipifica como violación el sexo sin consentimiento. Como la mayoría de los países europeos, Dinamarca tenía hasta entonces leyes anticuadas que reconocían la violación sólo cuando había violencia física, amenaza o coacción.
Kirstine, periodista danesa, explicaba así lo difícil que le había resultado conseguir justicia tras denunciar que había sido violada:
“Lo peor de todo fue la insistencia de la policía, los abogados y el juez en si había pruebas de violencia física: en si yo había opuesto resistencia, en vez de en si había dado mi consentimiento”.
© Gabriel Bouys/AFP/Getty Images
En otros países se están produciendo cambios similares: en 2019, Grecia modificó su legislación para reconocer que el sexo sin consentimiento constituye violación; el año pasado, Croacia también modificó su ley, y España y Países Bajos anunciaron planes de hacer lo propio. Cambiar las leyes no hará que cesen las violaciones, pero es un paso importante para que las actitudes cambien. Consagrar en la legislación el concepto de consentimiento transmite el mensaje de que la violación es un delito que los gobiernos se toman en serio.
5. Aumentó el número de países que reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo
La pandemia ha sido devastadora para muchas personas LGBTI. Los obstáculos existentes para el acceso a la atención de salud, el empleo y la vivienda se han agravado, y los confinamientos han obligado a muchas personas a aislarse en entornos no seguros. Pero incluso en este preocupante marco ha habido destellos de buenas noticias.
En el último año, Costa Rica se convirtió en el primer país de Centroamérica que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, y en Irlanda del Norte se celebró el primer matrimonio de este tipo. Gabón votó a favor de despenalizar las relaciones sexuales consentidas entre personas adultas del mismo sexo, y en Angola entró en vigor una ley que anulaba la prohibición de las relaciones homosexuales. Montenegro aprobó la legalización de las uniones civiles homosexuales, y Croacia legalizó la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
Y en Japón y Corea del Sur se han presentado y están debatiéndose dos proyectos de ley cuyo objetivo es la protección de la población —incluidas las personas LGBTI— frente a la discriminación.
Todos los anteriores son pasos cruciales para conseguir la igualdad de derechos para todas las personas. Poco a poco, país a país, el panorama va cambiando.
6. Se protegieron los derechos de las personas LGBTI en el lugar de trabajo
En junio, la Corte Suprema de Estados Unidos falló que la Ley de Derechos Civiles protege a las personas LGBTI de la discriminación en el empleo por motivos de orientación sexual o identidad de género. Esta decisión constituyó un reconocimiento largo tiempo esperado de la igualdad ante la ley de las personas LGBTI, y una necesaria reprimenda a la administración Trump y su reducción de las protecciones de los derechos humanos de este colectivo.
Para muchas personas trans en todo el mundo la pandemia ha sido una época terrible. El cierre de los servicios de apoyo y el carácter excluyente de las medidas de protección social han incrementado el peligro de violencia que sufren y las han empujado hacia la marginación. Ante la inexistencia de ayudas oficiales o de planes de incentivos específicos, muchas personas trans han tenido que recurrir a la ayuda de otros miembros de la comunidad trans o de la comunidad LGBTI en general.
Hay ejemplos alentadores de activistas y comunidades trans que se han unido para apoyar a quienes más lo necesitan, pero no debería ser preciso que el activismo supliera a la actuación gubernamental en los ámbitos donde ésta no ha dado la talla.
7. Sudán prohibió la mutilación genital femenina
Sudán tiene una de las mayores incidencias del mundo de mutilación genital femenina, pero en julio de 2020 esta práctica fue declarada ilegal. Si la ley se cumple, millones de niñas y mujeres quedarán protegidas frente a una vida de potencial sufrimiento.
8. Quedaron en libertad activistas defensoras de los derechos de las mujeres
En febrero de 2021, Loujain al Hathloul, una de las más destacadas activistas en pro de los derechos de las mujeres de Arabia Saudí, quedó en libertad tras casi tres años de prisión.
Loujain al Hathloul © Particular
La labor de Loujain fue fundamental para anular la prohibición de que las mujeres condujeran, pero para cuando se introdujo este cambio en la ley, ella estaba encarcelada por enfrentarse a las leyes sobre tutela masculina. Desgraciadamente, este mes de marzo el Tribunal Penal Especializado de Arabia Saudí ha confirmado la declaración de culpabilidad de la defensora de los derechos de las mujeres tras un juicio sumamente injusto. Seguiremos luchando por su libertad.
En Arabia Saudí hay innumerables personas que siguen entre rejas por su activismo. La verdadera justicia sólo será posible cuando el gobierno reforme leyes represivas y comience a exigir responsabilidades a los torturadores.
9. En Reino Unido se suprimió el “impuesto sobre los tampones”
En enero de 2021, el gobierno británico suprimió el “impuesto sobre los tampones” tras años de campaña de las organizaciones de mujeres. Anteriormente, estos productos higiénicos estaban clasificados como “artículos de lujo”, y por tanto sometidos a un 5% de IVA. Actualmente la UE está en proceso de eliminar el “impuesto sobre los tampones” en todos sus Estados miembros.
10. Las protestas contra la violencia de género fueron más intensas que nunca
Durante los confinamientos, los índices de violencia de género en el ámbito familiar se dispararon en todo el mundo. La pandemia ha sacado a la luz la magnitud del problema y ha hecho que activistas de todo el mundo adopten una postura firme. En 2020 vimos incontables ejemplos de mujeres que elevaron sus voces para exigir mejor protección contra la violencia. En Namibia, las manifestantes paralizaron la capital al tomar las calles en protesta por la violencia sexual y el femicidio.
En Turquía y Ucrania hubo grandes protestas para pedir el apoyo gubernamental al Convenio de Estambul (tratado regional sobre violencia contra las mujeres y violencia de género en el ámbito familiar), mientras que en Sudamérica millones de mujeres fueron a la huelga en marzo para protestar contra la violencia y la desigualdad.
Mujeres durante una protesta contra los recientes feminicidios y violencia contra las mujeres en Estambul, Turquía, el 5 de agosto de 2020. © NurPhoto via Getty Images
La rendición de cuentas es fundamental para disuadir a los perpetradores de la violencia de género, pero no es necesario que participes en una protesta para hacer oír tu voz.
Amnistía Internacional está haciendo campaña para que se haga justicia en los casos de Berta Cáceres, defensora de los derechos humanos hondureña asesinada hace cinco años, y de Popi and Bongeka, dos estudiantes asesinadas en Sudáfrica.
También puedes unir tu voz a nuestra campaña para proteger a Jani Silva, amenazada de muerte por su labor de defensa de la Amazonía colombiana.