En respuesta a la apertura de una causa penal infundada contra el afamado escritor ruso Grigori Chjartishvili —más conocido por su seudónimo Boris Akunin— en la que se le acusa de “difundir información falsa sobre las Fuerzas Armadas rusas” y de “justificar el terrorismo”, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha declarado:
“La persecución continuada de las autoridades rusas contra Boris Akunin y esta causa penal infundada ejemplifican la actitud revanchista de Rusia contra cualquiera que se atreva a expresar disidencia. En cuestión de días, los libros del autor han dejado de estar a la venta, se ha retirado una obra de teatro basada en su trabajo y la policía ha registrado la única editorial que seguía colaborando con él”.
“Todos estos actos han sido en represalia por la oposición pública de Boris Akunin a la guerra de agresión rusa contra Ucrania; el escritor no es la única persona que ha sufrido este tipo de campañas, sino que muchas otras —entre ellas artistas, intérpretes, músicos y cineastas— se han visto perseguidas y aisladas de la vida cultural rusa simplemente por oponerse a la guerra.”
“Estos cargos vergonzosos deben retirarse de inmediato y hay que poner fin a la campaña de denigración y persecución contra las personalidades culturales que se oponen a la guerra.”
Información complementaria
El 18 de diciembre, el Comité de Investigación de la Federación Rusa anunció la apertura de una causa penal contra Boris Akunin —que reside fuera de Rusia desde 2014—, acusándolo de “justificar el terrorismo” (artículo 205.2 del Código Penal) y de “difundir deliberadamente información falsa sobre las Fuerzas Armadas” (artículo 207.3). Un día antes, Rosfinmonitoring, el regulador financiero ruso, había incluido a Boris Akunin en la lista de “terroristas y extremistas”.
Tras darse a conocer los cargos, las principales librerías de Moscú procedieron a retirar los libros de Boris Akunin de sus estantes, mientras que destacadas plataformas digitales como Wildberries y Litres eliminaron casi por completo sus obras. El Teatro Gubernsky de Moscú ha dejado de representar “Las aventuras de Fandorin”, obra de Akunin basada en su saga de novelas de aventuras.
El 19 de diciembre, agentes encargados de hacer cumplir la ley registraron la editorial Zakharov —titular de los derechos de publicación de muchos de los libros de Boris Akunin— y confiscaron todos los ejemplares que hallaron en las instalaciones. Irina Bogat, directora de la editorial, ha declarado: “Obviamente, se debió a que fuimos los únicos que no retiramos de la venta los libros de Akunin”.>