Según ha manifestado hoy Amnistía Internacional con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, a cuatro periodistas y dos miembros del mundo académico recluidos en cárceles marroquíes se les niega el derecho a leer y escribir.
Según las Reglas Mínimas de la ONU para el Tratamiento de los Reclusos, conocidas también como Reglas Mandela, se debe permitir a la población reclusa leer y escribir, así como el acceso periódico a la prensa o la radio y a una biblioteca. Las personas recluidas en espera de juicio también deben poder adquirir libros, periódicos y material de escritura.
“Hace tiempo que las autoridades marroquíes recluyen a los escritores y periodistas disidentes, y hoy es un día para recordar a todas las personas encarceladas por escribir. Privar de bolígrafo y papel a los periodistas encarcelados es un castigo, además de un ataque innecesario y deliberado contra su libertad de expresión”, comentó Rawya Rageh, directora adjunta interina de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“En este Día Mundial de la Libertad de Prensa, pedimos a las autoridades marroquíes que pongan fin a esta práctica cruel contra periodistas y académicos. Deben poner en libertad a los periodistas y académicos que están encarcelados únicamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión, y garantizar que no se restringe arbitrariamente el acceso de los presos a periódicos, libros y material de escritura.”
“Para matar a un intelectual, lo aíslas.”
Rida Benotmane, escritor y miembro del grupo de derechos humanos Asociación Marroquí por la Defensa de los Derechos Humanos (AMDH), lleva recluido en régimen de aislamiento prolongado en la prisión de Arjate 1 desde septiembre de 2022. Está acusado de cargos falsos únicamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión. A Rida Benotmane, de 46 años, se le ha prohibido hasta disponer de un bolígrafo desde el inicio de la reclusión.
Un familiar contó que las autoridades penitenciarias someten todos los libros a un proceso de censura arbitrario, y sólo autorizan la entrega a Rida de algunos. Nos contó que en las prisiones marroquíes “todo vale: desde humillar a las visitas hasta prohibir cosas tan simples como un bolígrafo Bic para escribir”. A continuación, añadió: “Todo lo de tema político está prohibido”, y citó un caso en que el personal penitenciario había rechazado un libro porque en el título contenía la palabra “Kabul”, lo que ilustraba el grado de arbitrariedad de sus decisiones.
Mohamed Ziane, abogado de derechos humanos de 80 años y exministro de Derechos Humanos de Marruecos, fue encarcelado el 21 de noviembre de 2022 después de que el tribunal de apelación de Rabat confirmarse in absentia una condena a 3 años de prisión por 11 cargos no relacionados, incluidos varios cargos falsos de insultar a funcionarios públicos y un cargo de agresión sexual. Está recluido en régimen de aislamiento, se le ha negado el acceso a la prensa y se le ha prohibido escribir a su abogado.
El hijo y abogado de Mohamed contó a Amnistía Internacional que el personal penitenciario le había dicho que habían trasladado a Mohamed desde la prisión de Arjate 2 a la de Arjate 1 “para meterlo en una celda de aislamiento. Es una práctica habitual con los intelectuales; es una forma de tortura. Para matar a un intelectual, lo […] aíslas para que no pueda comunicarse nadie.”
Prohibido escribir y estudiar
Taoufik Bouachrine, de 54 años, periodista y editor de uno de los últimos periódicos de oposición marroquíes, Akhbar el Youm, está recluido en régimen de aislamiento mientras cumple una condena de 15 años por agresión sexual, de la que ya ha completado 5.
En un principio, Taoufik Bouachrine pudo llevar un diario y estaba escribiendo un libro y estudiando para un doctorado en derecho. No obstante, cuando lo trasladaron de la prisión de Ain Borja a la de Arjate 2 en mayo de 2023, las autoridades penitenciarias le confiscaron el manuscrito y las notas. Ahora, las autoridades de la prisión le permiten utilizar un bolígrafo y un papel para escribir, pero una fuente cercana a la familia dijo que desde que le confiscaron el manuscrito “tiene el bloqueo del escritor por miedo a que le vuelvan a quitar su trabajo”.
A Omar Radi, periodista de investigación abiertamente crítico con el historial de derechos humanos del gobierno, se le prohíbe escribir y se le niegan las cartas que le envían sus familiares y amistades. También se le ha prohibido estudiar un máster. Según su padre, todo lo que escribe es “destruido de inmediato por los guardias penitenciarios”. El 6 de julio de 2021, Omar fue condenado a seis años de prisión por cargos de violación y espionaje tras un juicio manifiestamente injusto.
Entre julio de 2020 y abril de 2022, Omar Radi estuvo recluido en la misma sección de la prisión de Oukacha que su colega, el periodista Soulaiman Raissouni.
Soulaiman Raissouni, de 54 años, era redactor jefe de Akhbar el Yaoum cuando en junio de 2020 fue declarado culpable de agresión sexual. Las autoridades recluyeron a ambos en régimen de aislamiento prolongado, pero Omar y Soulaiman lograron comunicarse entre sí a través de un orificio en la pared. Una fuente contó a Amnistía Internacional que Soulaiman y Omar acordaron escribirse cartas los domingos, con la intención de transformarlas en un libro más adelante. Las llamaron “las cartas de los domingos”. No obstante, los guardias penitenciarios escucharon a Soulaiman comentar la idea con alguien por teléfono y al día siguiente confiscaron todas las cartas que los dos hombres se habían escrito.
Cuando Soulaiman fue trasladado a la prisión de Ain Borja en mayo de 2022, los guardias penitenciarios le confiscaron la novela que llevaba escribiendo desde finales de 2021, tras muchas negociaciones con la administración del centro para que le permitieran tener bolígrafos y papel. Los guardias también destruyeron todas sus notas y su diario. A partir de ese día, Soulaiman mantuvo un voto de silencio durante 10 meses en protesta por este acto cruel y arbitrario contra él.