El presidente Biden se reunirá el lunes por la tarde con el presidente chino, Xi Jinping, para debatir la relación política de Estados Unidos y China. Con antelación a esta cumbre virtual, Carolyn Nash, directora de Incidencia para Asia de Amnistía Internacional Estados Unidos, ha declarado:
“El gobierno de Biden debe decidir si va a defender los derechos humanos y hacer que el presidente Xi vea con claridad que los derechos humanos son fundamentales para la relación política entre ambos países.
"Las autoridades chinas han desarticulado la libertad de expresión en Hong Kong. Se niegan a permitir la entrada de investigadores independientes en Xinjiang, donde hay pruebas abrumadoras de que se están cometiendo crímenes de lesa humanidad. Han atacado y encarcelado a periodistas, incluidas personas que ejercían el periodismo ciudadano para exponer la gravedad de la COVID-19. Actualmente se niegan a liberar a la periodista ciudadana Zhang Zhan, quien informó de que las autoridades de Wuhan estaban deteniendo a periodistas y acosando a familiares de pacientes de COVID-19. Zhang Zhan ha sufrido terriblemente, ya que se declaró en huelga de hambre, ha sido alimentada a la fuerza por sonda gástrica y permanece encadenada. Su familia teme que pueda estar a punto de morir".
"Poner fin a estas violaciones de derechos humanos e insistir en la rendición de cuentas deben ocupar el centro de la política estadounidense respecto al gobierno chino y ser el marco que define el mensaje de Biden a Xi. No basta con tratar los derechos humanos como un tema aparte en una reunión dedicada principalmente a gestionar la competencia o buscar intereses comunes. El de China es un gobierno que encarcela arbitrariamente a la ciudadanía, aplasta la oposición política, criminaliza la libertad de expresión y prohíbe el acceso a la información. Terminar con la impunidad por estas violaciones de derechos humanos debe ser un imperativo esencial de la política estadounidense respecto a China, no una preocupación secundaria".