Una delegación de destacados líderes nacionales de los derechos civiles y de los migrantes, encabezada por la Haitian Bridge Alliance, visitó localidades del Valle del Río Grande de Texas y del estado mexicano de Tamaulipas para dar testimonio del fin del Título 42 y de la aplicación de una serie de políticas punitivas a lo largo de la frontera, incluida una nueva prohibición de asilo.
Tras ser testigos de violaciones de los derechos humanos a lo largo de la frontera, la delegación hace un llamamiento urgente a la administración Biden para que defienda el asilo y el debido proceso, derogue su nueva prohibición de asilo y acoja a las personas con dignidad y respeto por los derechos humanos y la justicia racial. Por el contrario, una política fronteriza humana se centraría en aumentar la comunicación, la coordinación y el apoyo a la ayuda humanitaria, el refugio y la acogida en la frontera y en las comunidades de destino.
Muchos de los solicitantes de asilo y migrantes con los que se reunió la delegación se habían quedado varados en Reynosa y Matamoros por la política del Título 42, y ahora se quedarán varados en condiciones muy peligrosas y difíciles por las restricciones de la nueva barra de asilo. En estas zonas, el nivel de violencia y peligro es tan grave que el Departamento de Estado de EE.UU. aconseja que son demasiado peligrosas para que los estadounidenses las visiten. Los últimos informes sobre la escalada de violencia de los cárteles hacen que estas zonas sean aún más peligrosas para los solicitantes de asilo, los migrantes y los trabajadores humanitarios. Las personas solicitantes de asilo negras, en particular, se enfrentan a la violencia racista y a riesgos agravados en México, como han documentado los informes de derechos humanos.
La delegación y sus expertos escucharon relatos sobre las dificultades a las que se enfrentan las personas que solicitan asilo cuando intentan obtener citas en los puertos de entrada de Estados Unidos a través de la aplicación CBP One, las barreras a las que se enfrentan algunos que esperan e intentan solicitar asilo en los puertos de entrada sin una cita CBP One, las condiciones de vida miserables e inhumanas en las que viven los migrantes en la frontera, y la violencia y el racismo contra las personas negras que sufren mientras esperan en México.
La mayoría de las personas, tras haber viajado durante meses o años en busca de seguridad, llevaban ya muchos meses esperando en condiciones peligrosas. En su inmensa mayoría, expresaron su confusión sobre los cambios en la política estadounidense que se están produciendo y sobre la mejor manera de acceder a su derecho de asilo. Los miembros de la delegación no pudieron responder a muchas de sus preguntas debido a la falta de transparencia e información del gobierno estadounidense.
La delegación se reunió con organizaciones comunitarias, religiosas, humanitarias, de acogida, jurídicas y de otro tipo, grupos y voluntarios que trabajan en situaciones tremendamente difíciles, con una importante falta de recursos y luchando por proporcionar ayuda humanitaria a las personas que solicitan asilo en Estados Unidos. Los miembros de la delegación fueron testigos del asombroso compromiso y trabajo realizado por estas personas y organizaciones, y de su voluntad de colaborar con las agencias y comunidades estadounidenses para garantizar que Estados Unidos cumple sus compromisos en materia de derechos humanos de acoger con dignidad a las personas que huyen de la persecución y la violencia.
Declaraciones de la delegación
Patrice Lawrence, directora ejecutiva de UndocuBlack Network:
“Lo que hemos presenciado en este viaje es a la administración Biden-Harris imitando la crueldad de la intención y las consecuencias del Título 42 al perpetuar el daño desproporcionado que se inflige a las personas solicitantes de asilo negras con el despliegue de una nueva y opresiva prohibición de asilo. Estos últimos dos días hemos hablado con personas migrantes negras, y todas y cada una de ellas dijeron que CBP One, la aplicación en la que la administración se basa para tramitar el asilo, no funciona debidamente. Las personas solicitantes de asilo a las que conocimos llevan meses esperando una cita mientras tratan de navegar por una aplicación que no reconoce su piel oscura y da mensajes constantes de error. La administración Biden-Harris debe basarse en la moral y en la opción legal de dar a las personas el derecho a solicitar asilo. Punto. Hay un tratamiento claramente dispar: migrantes y organizaciones nos contaron que las personas migrantes europeas, sobre todo las que llegan de Rusia y Ucrania, aunque estaban también en tiendas esperando una cita para cruzar la frontera, se les permitía un paso seguro a Estados Unidos, dejando rápidamente atrás a nuestros hermanos y hermanas procedentes de lugares tan cercanos de nuestro patio trasero como Haití. No es humano lo que ocurre en los campos de Reynosa, Matamoros y otras localidades de la frontera sur adonde se ha arrinconado a quienes buscan asilo para que se queden indefinidamente.
Estados Unidos sigue desbaratando los esfuerzos por mantener albergues seguros. Lo que vimos eran violaciones manifiestas de los derechos humanos y el secretario Mayorkas no ha hecho lo que debía”.
Mary Meg McCarthy, directora ejecutiva del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NIJC):
“Hoy pudimos presenciar el sufrimiento, la confusión y el dolor consecuencia directas de las políticas del gobierno de Estados Unidos. A orillas del Río Grande, tratamos de informar a la gente de los cambios, opacos y arbitrarios, en la legislación estadounidense que acababan de anunciarse y en los que deben navegar para acceder sin riesgos a través del sistema de asilo de Estados Unidos. Esta norma desmantela el sistema de asilo de Estados Unidos y el cumplimiento por nuestro gobierno de las leyes nacionales e internacionales”.
Deirdre Schifeling, directora nacional de política de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU):
“Durante este viaje hemos presenciado con nuestros propios ojos el dolor y el sufrimiento de miles de familias a las que han fallado las políticas de inmigración de la administración Biden. Padres, madres y niños y niñas de corta edad que huyen de la violencia no tienen más remedio sino esperar meses en campos, en condiciones sumamente antihigiénicas y peligrosas, una cita que puede que nunca obtengan. Cada día, dedican horas a tratar infructuosamente de hacer que funcione la aplicación CBP One, mientras los niños y niñas están cada vez más enfermos y los frágiles entoldados salen volando. Lo que hemos presenciado es una catástrofe humanitaria y la administración Biden debe actuar. Nuestro país es mejor que esto. Seguiremos luchando para asegurarnos de que nuestro país cumple sus propias leyes y valores, y su historia como faro de esperanza y libertad para quienes huyen de la persecución, la violencia, la guerra y las violaciones de derechos humanos”.
Maricarmen Garza, jefa de Programas del Centro de Justicia Tahirih:
“Lo que hemos presenciado en los últimos dos días ha sido nada menos que descorazonador a pesar de la resiliencia de quienes siguen luchando por el derecho legal a buscar asilo y una vida de seguridad y dignidad en Estados Unidos. Lo que hemos visto deja meridianamente claro que nuestro sistema de inmigración no protege a quienes llegan a nuestras fronteras en busca de seguridad. Esto es lo que ha ocurrido con el Título 42 y es probable que sólo empeore en los próximos días, cuando se aplique la nueva prohibición de asilo.
Esta nueva política hará que, inevitablemente, personas migrantes con solicitudes creíbles de asilo sean rechazadas y devueltas a situaciones de peligro, a veces de amenaza vital. Esta administración debe cambiar rápidamente de rumbo e implementar soluciones políticas que respeten la dignidad humana y la legislación estadounidense e internacional en lugar de volver la espalda a las personas migrantes sobrevivientes de abusos, la violencia en el ámbito familiar, la trata, la violación y otros daños debidos al género. No podemos decir que luchamos por los derechos humanos en otros países cuando impedimos el paso a quienes buscan una oportunidad de sobrevivir y un futuro mejor en nuestras propias puertas”.
Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional:
“Hemos escuchado historias devastadoras de personas que se dirigen a la frontera en busca de asilo. Procedentes de Venezuela, Haití, Cuba, Centroamérica, Colombia y otros muchos lugares, no sólo sufren violaciones masivas de derechos humanos en su país de origen, sino que además afrontan los horrores de políticas migratorias crueles e inhumanas en el camino. El gobierno de Estados Unidos está externalizando el control de sus fronteras a México y ahora a Colombia y Guatemala, pero no está dispuesto a asumir la responsabilidad del caos que han creado sus políticas. Ya es hora de dar un paso adelante y abordar esta crisis humanitaria y el sufrimiento que causa”.
Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos:
“Después de más de tres años y la expulsión de más de dos millones de personas que ejercían su derecho humano a buscar seguridad, por fin expira el Título 42. Lo que debería ser un día de celebraciones es, en cambio, el comienzo de unas nuevas medidas fronterizas que amenazan los derechos humanos de quienes buscan seguridad.
La administración Biden tuvo más de dos años para invertir en sistemas de acogida y seguridad para que quienes llegaran a nuestra frontera pudieran entrar de un modo humano y ordenado y presentar su solicitud de asilo en las comunidades, con el respaldo de servicios jurídicos y sociales. En cambio, la administración ha vuelto la espalda a los derechos humanos y planea implementar unas nuevas medidas fronterizas draconianas que permitirán devolver a personas a lugares donde sufren daños, aumentar la detención por motivos de inmigración y obligar a la gente a esperar, en peligro, en México hasta tener la buena suerte de conseguir una cita con una aplicación problemática. Amnistía Internacional Estados Unidos pide a la administración Biden que abandone la prohibición de asilo y, en su lugar, invierta en sistemas de acogida”.
Kica Matos, presidenta entrante de la National Immigration Law Center:
“Buscar seguridad es un derecho legal y humano. A pesar de las promesas del presidente Biden de reafirmar el compromiso de Estados Unidos con quienes buscan asilo y apoyar su derecho humano a buscar seguridad, la administración ha hecho exactamente lo contrario. Con esta nueva prohibición de asilo, han seguido el ejemplo de las mortales políticas de Trump. Nuestro país cuenta con los recursos y la capacidad de respaldar un sistema imparcial y ordenado que acoja dignamente a las personas. Pedimos a la administración que restablezca inmediatamente el acceso completo e imparcial al asilo para todas las personas que lleguen a Estados Unidos en busca de libertad y seguridad. La ciudadanía estadounidense quiere soluciones reales, no retórica política, porque hay vidas en juego”.
Eleanor Acer, directora general de Protección de las Personas Refugiadas en Human Rights First:
“Hoy deberíamos estar celebrando el fin de las políticas que entregaron a quienes buscaban asilo a espantosos peligros. En cambio, estamos presenciando el inicio de una política de la administración Biden que hará que personas que tienen derecho a pedir asilo no reúnan los requisitos para obtener esa protección que salva vidas. Esta nueva prohibición de asilo es un tremendo error legal, moral y político. Refuerza los discursos xenófobos y racistas de quienes, desde la política, se oponen a la inmigración y describen como amenazas a las personas que buscan asilo.
La administración Biden debe revocar esta política inhumana, aumentar al máximo la capacidad de tramitar el asilo en los puntos de entrada y centrarse en las medidas que está tomando correctamente para aumentar el reasentamiento y la libertad condicional. Además, debe trabajar con México y con la comunidad internacional para poner remedio a las atroces condiciones que sufren las personas refugiadas y migrantes en Matamoros, Reynosa y otras ciudades de la frontera. Estados Unidos es un donante destacado de ayuda a la población refugiada en el mundo, pero en sus propias puertas, quienes buscan refugio quedan a merced de unas condiciones inhumanas y no gozan del tipo de servicios y protecciones que exigiría en otros lugares.
//
Puedes ver la rueda de prensa con las conclusiones de la visita de la delegación en el siguiente enlace.
>