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Centroamérica da la espalda a cientos de miles de personas que huyen de una violencia casi bélica

Jóvenes observan un mapa de Centroamérica en el Centro de receptción de Guatemala. Copy: Josefina

Los gobiernos de Centroamérica alimentan una crisis de refugiados cada vez más intensa al no abordar la violencia desenfrenada y los altísimos índices de homicidio de El Salvador, Guatemala y Honduras, que obligan a cientos de miles de personas a huir. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional en un nuevo informe publicado hoy.

¿Hogar dulce hogar? El papel de Honduras, Guatemala y El Salvador en la creciente crisis de refugiados muestra la forma en que los tres países eluden proteger a la gente frente a la violencia. También los responsabiliza por no establecer un plan integral de protección para las personas deportadas a las que países como México y Estados Unidos obligan a regresar a situaciones que amenazan su vida.

"El Salvador, Guatemala y Honduras se han convertido prácticamente en zonas de guerra en las que la vida parece prescindible y en las que millones de personas viven con el terror constante a lo que los miembros de las maras o las fuerzas de seguridad pública pueden hacerles a ella o a sus seres queridos", asegura Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional

Estos millones de personas son ahora las protagonistas de una de las crisis de refugiados menos visibles del mundo.
Salil Shetty

“Aunque países como México y Estados Unidos están eludiendo por completo su responsabilidad de proteger a las personas refugiadas y solicitantes de asilo procedentes de Centroamérica, ya es hora de que las autoridades de El Salvador, Guatemala y Honduras reconozcan su papel en la crisis y tomen medidas para abordar los problemas que obligan a estas personas a abandonar sus hogares.”

“Millones de personas centroamericanas se encuentran en un callejón sin salida, víctimas de países que no cumplen con su responsabilidad de proporcionarles la protección internacional que necesitan, y de la falta absoluta de capacidad y de voluntad de sus propios gobiernos para mantenerlas a salvo del más trágico de los finales.”

La organización lanza una campaña para presionar a las autoridades de Honduras, Guatemala y El Salvador para que protejan a su población frente a la violencia y asuman su responsabilidad de proteger a las personas deportadas.

Una violencia que bate récords

Los índices de homicidio en El Salvador han aumentado espectacularmente en los últimos tres años, a medida que la gente se va viendo cada vez más atrapada en las despiadadas luchas entre maras rivales que intentan imponer su control sobre el territorio.Los índices de homicidio en Guatemala y Honduras también se encuentran entre los más altos del mundo.

La ONU ha clasificado a El Salvador como uno de los países más mortales del mundo fuera de una zona de guerra, con más de 108 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2015. En Honduras, el índice fue de 63,75 y en Guatemala de 34,99 por cada 100.000 habitantes.

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