Migrantes contratados para trabajar en los almacenes de Amazon en Arabia Saudí fueron engañados por agencias de contratación y empresas proveedoras de mano de obra, estafados respecto a su sueldo, alojados en condiciones espantosas y, además, se les impidió encontrar un empleo alternativo o irse del país, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
Un nuevo informe, Don’t worry, it’s a branch of Amazon, (No se preocupe, es una filial de Amazon), muestra cómo Amazon no evitó que trabajadores contratados en Arabia Saudí estuvieran reiteradamente expuestos a sufrir abusos de derechos humanos, a pesar de que denunciaron directamente a la empresa el trato que recibían durante largo tiempo. En muchos casos, es muy probable que los abusos constituyeran trata de personas, a juzgar por cómo fueron engañados al contratarlos y la explotación que sufrieron una vez en el país.
“Los trabajadores, que pensaban que habían conseguido una oportunidad magnífica de trabajo en Amazon, acabaron sufriendo abusos que dejaron a muchos traumatizados. Sospechamos que hay cientos más que sufrieron un trato igual de terrible. Muchos de los trabajadores a los que entrevistamos habían sufrido unos abusos tan graves que probablemente constituyen trata de seres humanos con fines de explotación laboral”, afirmó Steve Cockburn, director de Justicia Económica y Social de Amnistía Internacional.
“Amazon podría haber evitado este terrible sufrimiento y acabado con él hace mucho tiempo, pero sus procedimientos no protegieron a estos trabajadores contratados en Arabia Saudí de sufrir traumáticos abusos. Amazon debe indemnizar urgentemente a todos los perjudicados, y asegurarse de que jamás vuelve a pasar algo así.
“El gobierno de Arabia Saudí también tiene una gran responsabilidad en este asunto. Debe investigar con carácter de urgencia estos abusos y reformar su sistema laboral para garantizar a trabajadores y trabajadoras sus derechos fundamentales, incluido el de poder cambiar libremente de entidad empleadora y poder irse del país sin condiciones.”
El informe se basa en información proporcionada por 22 ciudadanos nepalíes que trabajaron en los almacenes de Amazon en Riad o Yeda entre 2021 y 2023, contratados por dos empresas proveedoras de mano de obra: Abdullah Fahad Al-Mutairi Support Services Co. (Al-Mutairi), o Basmah Al-Musanada Co. for Technical Support Services (Basmah).
Los nombres de los entrevistados se han cambiado para proteger su identidad. Amnistía Internacional hizo llegar detalles de la investigación a Amazon, Al-Mutairi y Basmah, así como al gobierno saudí. Las respuestas de Amazon pueden verse aquí. Las otras partes no han respondido.
Engaño, tasas de contratación, miseria y explotación
Para conseguir trabajar en las instalaciones de Amazon en Arabia Saudí, todos los entrevistados menos uno pagaron a agencias en Nepal una media de 1.500 dólares estadounidenses en concepto de tasas de contratación, que en algunos casos consiguieron pidiendo préstamos con un elevado interés.
Durante el proceso de selección, las agencias, en connivencia con las empresas saudíes proveedoras de mano de obra, engañaron a muchos de los trabajadores, haciéndoles creer que serían empleados directamente por Amazon.
Algunos comenzaron a sospechar que Amazon no era su empleador directo al recibir sus contratos y su documentación horas antes de tomar el avión hacia el país, pero como ya habían pagado las tasas de contratación, pensaron que no tenían más alternativa que seguir adelante. Otros no se dieron cuenta hasta después de llegar a Arabia Saudí.
Uno de los entrevistados, Bibek, contó: “Me di cuenta de que se trataba de una empresa distinta el día del vuelo [...] cuando vi que en mi pasaporte decía ‘Al Basmah Co.’, pero la agencia me dijo: ‘no se preocupe, es una filial de Amazon’.”
En Arabia Saudí, la mayoría de los trabajadores estuvieron alojados durante meses en lugares sucios y masificados, en ocasiones con chinches. Trabajaban en almacenes de Amazon, pero las empresas proveedoras de mano de obra solían retener parte de su salario o su asignación para alimentación, o ambas cosas, sin explicación alguna, y les pagaban menos por las horas extras.
Según dijeron los trabajadores, en los almacenes los obligaban con frecuencia a cargar artículos muy pesados y forzar el ritmo para cumplir objetivos de rendimiento agotadores, los vigilaban constantemente y no les permitían descansar bien. En algunos casos esto les provocó lesiones y enfermedades. Un trabajador contó que fue al médico al sospechar que se había roto el brazo y éste le firmó una baja de un mes, pero como la empresa proveedora de mano de obra no pagaba a los trabajadores el subsidio por enfermedad, se vio obligado a volver al trabajo a las dos semanas.
La mayoría de los trabajadores habían firmado contratos de dos años con las empresas proveedoras de mano de obra, pero muchos pasaron menos de 12 meses en las instalaciones de Amazon y después el trabajo se acabó, algo que algunos equipararon a ser “despedidos”.
Las empresas proveedoras trasladaron a estas personas “sin empleo” a alojamientos aún peores y dejaron de pagarles el sueldo y, en algunos casos, las asignaciones para alimentación. Sin protección ni apoyo social alguno por parte del Estado saudí, algunos sobrevivieron comiendo pan y sal y bebiendo agua salada.
Kiran, un trabajador, explicó que su alojamiento “estaba sumamente sucio. No había aire acondicionado ni ventiladores. La temperatura era de 50°C [...] Había demasiados trabajadores [...] no había camas, combustible para cocinar ni agua para beber. No había Internet, así que no podíamos comunicarnos con nuestras familias.”
Atrapados en Arabia Saudí
A la mayoría de los entrevistados no les dieron más trabajo, pero las empresas proveedoras de mano de obra se aprovecharon del sistema de patrocinio de Arabia Saudí (kafala), que a pesar de algunas reformas recientes vincula a los trabajadores y trabajadoras extranjeros a sus entidades empleadoras, les impide cambiar de trabajo sin su consentimiento y restringe su capacidad de irse del país libremente.
La dirección de la empresa proveedora de mano de obra se negó a proporcionar los documentos de “autorización de transferencia” que la normativa saudí exige para que los trabajadores/as cambien de entidad empleadora el primer año de trabajo en el país. Si los trabajadores y las trabajadoras se van sin permiso, se arriesgan a que los detengan por “fuga”. Muchos de los trabajadores entrevistados querían volver a su país antes de que acabaran sus contratos, pero la dirección de Al-Mutairi no compraba los billetes de avión que estaban obligados a proporcionar y les decía a los trabajadores que tendrían que pagar una “multa” de entre 1.330 y 1.600 dólares estadounidenses para conseguir documentos de salida.
Como consecuencia, los trabajadores se quedaron varados en terribles condiciones a merced de las empresas contratistas de Amazon.
Algunos pensaron en suicidarse. Según contó Dev: “Intenté saltar desde lo alto de un muro, traté de matarme. Se lo conté a mi madre y ella me dijo: ‘No lo hagas, conseguiremos un préstamo’. Hace ya ocho meses que le dieron el préstamo y los intereses se acumulan.”
Incumplimientos de Amazon
La vulnerabilidad de los trabajadores y las trabajadoras migrantes en Arabia Saudí ya estaba bien documentada antes de que Amazon comenzara a operar en el país en 2020, y aparecía señalada en una valoración de riesgo que realizó la propia Amazon en 2021, lo cual quiere decir que la empresa era conocedora del elevado peligro de abusos laborales existente en el país..
Los trabajadores comenzaron a hacer llegar sus quejas directamente a la dirección de Amazon en Arabia Saudí en 2021, escribiéndolas en pizarras colocadas para ello en los almacenes, o expresándolas verbalmente en reuniones diarias, pero casi nunca se les hizo caso y los abusos continuaron en 2023.
Kiran, un trabajador, dijo: “Amazon conoce todos y cada uno de los problemas que tenemos con la empresa que les suministra mano de obra. En las reuniones diarias, Amazon pregunta a los trabajadores los problemas y situaciones a los que se enfrentan.”
Algunos trabajadores que se quejaron a Amazon sufrieron represalias de los contratistas. Uno dijo que les descontaban dinero de sus salarios cuando se quejaban a Amazon por sus condiciones de vida. Otro contó que, tras quejarse a Amazon sobre la calidad del agua en el alojamiento, lo habían llevado a una oficina de la empresa contratista, donde un supervisor de Al-Mutairi lo empujó y lo abofeteó, y que cuando informó a un directivo de Amazon sobre la agresión, éste le dijo: “Eso no es cosa nuestra”.
La conclusión del informe es que Amazon ha contribuido a los abusos al no cumplir sus propias políticas ni los Principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos de la ONU, y puede que se haya beneficiado de los servicios de víctimas de trata de personas, tal como definen esta figura el derecho y las normas internacionales.
Reforma y reparaciones
Además de indemnizar a los trabajadores, el informe recomienda que Amazon investigue urgentemente las prácticas laborales en todas sus instalaciones y cadenas de suministro, refuerce la diligencia debida y se asegure de que los trabajadores y las trabajadoras pueden denunciar y ser escuchados sin temor a represalias.
Para una mejor salvaguardia de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, Amnistía recomienda que Amazon contrate directamente más personal y recurra menos a empresas proveedoras de mano de obra, especialmente en los casos en que esto supone mayor riesgo de abusos. Cuando se utilizan los servicios de estas empresas, debe haber controles mucho más estrictos para evitar abusos.
Amazon dijo a Amnistía Internacional que, entre marzo y junio de 2023, había realizado auditorías en Al-Mutairi y otros contratistas y había encontrado abusos que coincidían con nuestras conclusiones. La empresa afirmó que había contratado recientemente servicios de consultoría para examinar las prácticas laborales de las empresas de suministro de mano de obra y proporcionar reparación para algunos abusos, como reintegrar las tasas de contratación que habían pagado las personas entrevistadas para este informe, aunque hasta la fecha ninguna ha recibido cantidad alguna. Las medidas propuestas son importantes, pero llegan años después de que los trabajadores comenzaran a denunciar los abusos. En términos más generales, es indispensable que Amazon proporcione reparación a todos los trabajadores migrantes que pagaron tasas de contratación y los indemnice por todos los abusos sufridos, incluidos los que se les infligieron después de ser “despedidos” de la empresa, y los que denunciaron que sufrían en los almacenes de Amazon.
Steve Cockburn ha declarado: “Es hora de que Amazon haga las cosas bien con trabajadores que han sufrido tanto, y que Arabia Saudí lleve a cabo una reforma sustancial de su sistema laboral basado en la explotación.”