“Amr no está solo. Los tribunales militares han condenado a miles de egipcios a pesar de que eran civiles. Muchos de ellos están en espera de un segundo juicio, tras haber apelado contra su condena, o son demasiado pobres para pagar la apelación o sencillamente no saben que tienen derecho a apelar”, afirmó Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Próximo y el norte de África de Amnistía Internacional. Amnistía Internacional se congraluta de la puesta en libertad del activista egipcio Amr El Beheiry, por quien llevaba meses haciendo campaña y pidiendo su liberación, pero recuerda que los tribunales militares no pueden hacer justicia a los civiles.
Amr El Beheiry fue puesto en libertad el pasado 20 de febrero después de que un tribunal militar redujera su condena inicial de cinco años de prisión a seis meses y una multa durante un segundo juicio celebrado el 15 de febrero.
El hermano de Amr nos contó la terrible historia de su hermano: “Amr está muy cansado psicológicamente después de su experiencia. Ha perdido su trabajo y su vida ha quedado destrozada sólo porque salió a defender a su país”.
Durante su detención y reclusión, Amr fue golpeado, insultado, humillado y encarcelado en la prisión de Wadi El Guedid, en el sureste del país, en cuya ciudad de Tanta vive su familia. Finalmente lo trasladaron a la prisión de Wadi Natroun, donde lo recluyeron junto con presos condenados por robo y delitos relacionados con las drogas.
Amnistía Internacional condena estos juicios civiles, pues considera que son fundamentalmente injustos y que violan varias garantías procesales.
“Si las autoridades egipcias desean realmente romper con la época de Mubarak, deben abolir totalmente esta legislación de excepción y poner fin a los juicios de civiles a manos de los tribunales militares”, concluyó Hassiba Hadj Sahraoui.