El presidente tunecino Kais Saied anunció su postura a favor de restablecer la pena de muerte durante la reunión del Consejo de Seguridad Nacional del lunes, afirmando que “el asesinato merece la pena de muerte”. Hizo esta observación tras el reciente asesinato de una niña en Ain Zaghouan. En respuesta a este anuncio, Amna Guellali, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado:
“Túnez no lleva a cabo ejecuciones desde 1991. El anuncio del presidente a favor de la pena de muerte es alarmante y contrario a las décadas de arraigada práctica de no llevar a cabo ejecuciones. El presidente Saied es el primer presidente que anuncia su intención de poner en práctica las condenas a muerte en Túnez.
“El anuncio del presidente a favor de la pena de muerte es alarmante y contrario a las décadas de arraigada práctica de no llevar a cabo ejecuciones”
Amna Guellali, Amnistía Internacional
“Reanudar las ejecuciones sería una bofetada para todos los avances que ha hecho el país en materia de derechos humanos hasta ahora. Instamos al presidente tunecino a que corrija inmediatamente este inquietante anuncio que haría retroceder en lugar de avanzar la situación de los derechos humanos en Túnez. También pedimos a las autoridades de Túnez que establezcan de inmediato una moratoria oficial de las ejecuciones con vistas a abolir la pena de muerte.
“No hay duda de que el asesinato es un crimen abominable y que quienes lo perpetran deben enfrentarse a la justicia. Pero por horribles que sean los crímenes cometidos, no debe haber excusa para matar a un ser humano. No existen pruebas verosímiles que demuestren que la pena de muerte disuada de cometer delitos de forma más eficaz que una pena de prisión impuesta en un juicio justo”.
Información complementaria
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia de la naturaleza del delito, las características de la persona condenada o el método de ejecución utilizado por el Estado para ejecutarla. La pena de muerte es la forma extrema de pena cruel, inhumana y degradante y una violación del derecho a la vida proclamado en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Desde 2012, Túnez vota a favor de la resolución de la Asamblea General de la ONU sobre una moratoria del uso de la pena de muerte.