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Refugiados y refugiadas hmong sacados a rastras de sus celdas y sometidos a gases lacrimógenos

Londres.- El gobierno tailandés debe suspender de forma permanente la expulsión a Laos de 153 refugiados pertenecientes a la minoría hmong, según ha declarado Amnistía Internacional hoy, 30 de enero. Funcionarios de inmigración sacaron a rastras de sus celdas a mujeres y niñas, que lloraban y gritaban, en el centro de inmigración de Nong Khai, y utilizaron gas lacrimógeno contra los hombres y los niños, que llevaban horas atrincherados en la celda de los hombres.

"Estos hombres, mujeres, niños y niñas han sido reconocidos como refugiados por la ONU y correrían peligro de sufrir abusos graves contra los derechos humanos si fueran devueltos a Laos", ha declarado Brittis Edman, investigadora de Amnistía Internacional sobre el Sureste Asiático. "El gobierno tailandés debe suspender su expulsión y permitir que se reasienten en un tercer país."

A las mujeres y las niñas las cargaron hoy mismo en autobuses y las condujeron a la frontera. Dos de las mujeres estaban embarazadas de ocho meses, y una tiene un bebé que nació hace unas semanas en el centro de detención. En los autobuses metieron también a dos hombres, a los que sacaron de las camas de hospital en las que estaban recibiendo tratamiento, uno por una grave enfermedad hepática y otro por una herida de bala en la cara.

Por razones que se desconocen, a las mujeres y las niñas las llevaron más tarde de vuelta al centro de inmigración de Nong Khai, en el nordeste de Tailandia.

Los funcionarios de inmigración habían pedido a la policía que obligara a los hombres y los niños a salir de la celda en la que se habían atrincherado. La policía utilizó gas lacrimógeno y trató de serrar los barrotes, pero no pudo acceder al interior de la celda. Los testigos afirman que la policía arrojó gas lacrimógeno tres veces, pese a que en la celda había 20 niños, todos ellos varones.

"Resulta especialmente preocupante saber que se ha utilizado la violencia contra estas personas refugiadas, algunas de las cuales ni siquiera han llegado a la edad adulta", ha manifestado Brittis Edman. "Son personas que han huido de la persecución y los abusos en su propio país. Las autoridades tailandesas tienen el deber de protegerlas, no de agravar su sufrimiento." Nota para la prensa El pueblo hmong es una minoría étnica. Algunos de sus miembros lucharon junto a las fuerzas estadounidenses en la guerra de Vietnam, y desde entonces esta minoría ha sufrido la persecución de las autoridades de Laos.

Los 153 refugiados hmong que se encuentran en el centro de detención de Nong Khai han sido reconocidos como tales por el organismo de la ONU que vela por los refugiados.

En virtud del derecho internacional, ningún gobierno puede devolver a la fuerza a personas a un país en el que corran peligro de sufrir abusos graves contra los derechos humanos.

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