Londres.- Los informes que indican que el Gobierno de Palaos ha ofrecido acoger temporalmente a un total de hasta 17 personas detenidas en Guantánamo, dejan muchas preguntas sin respuesta y, aún en el caso de que se aceptara esta oferta, ello no eximiría a las autoridades estadounidenses de su responsabilidad por estos hombres.
El presidente de Palaos, Johnson Toribiong, dijo hoy que esa nación insular del Pacífico había aceptado acoger de forma temporal a 17 hombres de etnia uigur detenidos en Guantánamo desde 2002 sin cargos ni juicio “como gesto humanitario”, sujeto a revisión periódica. Según informes posteriores, una autoridad estadounidense sin identificar habría manifestado: “No hay una decisión final, no se han acordado los detalles. Seguiremos manteniendo conversaciones con Palaos”.
“Aunque Amnistía Internacional ha instado a otros países a ofrecer protección internacional a los detenidos de Guantánamo, el anuncio sobre la iniciativa de Palaos entraña más preguntas que respuestas y no dispensa a EE.UU. de sus obligaciones hacia estos hombres”, señaló hoy Daniel Gorevan, de la campaña “Contra el Terror, Justicia”, de Amnistía Internacional.
Los informes sobre la oferta de Palaos no aclaran si los hombres se enfrentarían a un periodo adicional de detención en ese país.
No se dispone de información alguna sobre la cuestión de si al adoptarse esta decisión se han tenido en cuenta los deseos de los detenidos, ni si Estados Unidos tomaría las medidas necesarias para facilitar la reunificación familiar o si a estos hombres se les proporcionaría el apoyo necesario para adaptarse a una nueva vida en un país con el que no están familiarizados, tomando en consideración sus necesidades específicas producto de años de detención indefinida.
“El anuncio de que la medida sería temporal también plantea cuestiones muy serias. Estos uigures, que han estado detenidos en Guantánamo en un limbo jurídico durante más de siete años, necesitan algo más que medidas a medias tintas de carácter temporal. Necesitan –y se les deben– soluciones permanentes y duraderas”, ha añadido Daniel Gorevan.
Estados Unidos fue quien comenzó las detenciones en Guantánamo y, por consiguiente, recae sobre él la responsabilidad primaria de ponerles fin, y debe hacerlo de una manera que se ajuste a sus obligaciones internacionales. No obstante, Amnistía Internacional lleva ya mucho tiempo exhortando a otros países a que hagan su contribución acogiendo a algunos detenidos que no puedan ser devueltos a sus países de origen. Muchos países se han negado a hacerlo, esgrimiendo como excusa la resistencia del propio EE.UU. a ofrecerles la oportunidad de ser acogidos en el territorio continental estadounidense.
Información complementaria Los 17 uigures están recluidos en Guantánamo, sin cargos ni juicio, desde 2002, y permanecen detenidos indefinidamente en la base más de ocho meses después de que un juzgado federal estadounidense concluyera que su detención era ilegítima y ordenara su puesta en libertad inmediata en territorio de EE. UU. Las autoridades de este país apelaron con éxito contra esta orden, que ahora se halla sometida al estudio de la Corte Suprema, y siguen manteniéndolos privados de su libertad, argumentando que la cuestión de quién debe ser admitido en territorio estadounidense es del dominio de las ramas políticas del gobierno.
Aunque el anuncio del presidente Toribiong no deja claro si la transferencia temporal de los 17 uigures a Palaos sería una repuesta apropiada, es indudable que la puesta en libertad de estos hombres ya debería haber ocurrido hace mucho tiempo. Su liberación ha sido autorizada en distintas fechas entre 2003 y 2008, pero las autoridades estadounidenses no han podido encontrar ningún país dispuesto a acogerlos. Incluso después de dictarse el mandamiento judicial de octubre de 2008 mediante el cual se ordenaba su liberación en territorio estadounidense, EE. UU. incumplió su deber de ofrecerles la oportunidad de reconstruir sus vidas en el territorio continental estadounidense y, en su lugar, ha seguido tratando de conseguir que otros países asuman esa responsabilidad. En 2006, Albania acogió en su territorio a otros cinco hombres de etnia uigur detenidos en Guantánamo.
Los 17 hombres son oriundos de la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, en China. No pueden ser devueltos a China porque allí correrían grave peligro de convertirse en víctimas de tortura o de ser ejecutados. La administración Bush afirmó que había solicitado a más de 100 países que acogieran a los detenidos pero que todos se habían negado. Para más información, véase:
- Estados Unidos: Detención indefinida por litigio - Continúa el "monstruoso absurdo" de los uigures detenidos en Guantánamo, Amnistía Internacional, noviembre 2008
- USA: Justice Years Overdue. Federal court hearing for Uighur detainees in Guantánamo, Amnistía Internacional, octubre 2008
- USA: Federal judge orders release of Uighurs held at Guantánamo, government appeals, Amnistía Internacional, octubre 2008
- USA: US Court of Appeals blocks release of Guantánamo Uighurs as government resorts to ‘scare tactics’, Amnistía Internacional, octubre 2008
- USA: Right to an effective remedy. Administration should release Guantánamo Uighurs into the USA now, Amnistía Internacional, febrero 2009