La votación del Parlamento griego a favor de ampliar las uniones civiles a las parejas del mismo sexo es un histórico e importante paso en la dirección correcta, aunque aún no garantiza la plena igualdad con las parejas casadas, ha declarado Amnistía Internacional.
“La aprobación de esta ley representa una pequeña victoria, duramente conquistada, para los y las activistas de Grecia, que llevan años luchando sin cesar por el reconocimiento de las relaciones entre personas del mismo sexo”, afirmó Gauri van Gulik, directora adjunta del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.“Esta ley significa que el Estado reconoce la existencia de las relaciones entre personas del mismo sexo y que son importantes. Transmite un mensaje de esperanza, no sólo para las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), sino para todas las personas que luchan por la justicia y la igualdad. El mensaje es que Grecia se está volviendo más tolerante.” La nueva ley, a la que se opusieron enérgicamente la iglesia ortodoxa griega y varios partidos políticos, reconoce el vínculo familiar de las partes de una unión civil y permite que las parejas del mismo sexo disfruten de algunos de los mismos derechos garantizados para las parejas casadas, como los derechos de visita hospitalaria, la toma de decisiones médicas de urgencia y derechos de herencia. Amnistía Internacional subraya que la lucha por los derechos LGBTI está lejos de haber terminado e insta al gobierno griego a que garantice todos los derechos, como la igualdad ante la ley (incluido el matrimonio), los derechos de adopción y el reconocimiento legal de la identidad de género para las personas transgénero. “A pesar de este primer paso, las personas LGBTI en Grecia siguen viviendo en un clima de hostilidad del que las autoridades no las protegen adecuadamente. Las agresiones físicas están aumentando y la apología del odio es habitual, sin que las autoridades la frenen. Incluso la televisión censura las muestras de afecto entre parejas del mismo sexo”, prosiguió Gauri van Gulik. El gobierno griego debería aprovechar este impulso para proporcionar aquello por lo que los y las activistas luchan con valentía: ni más ni menos que la plena igualdad. La ONG Jóvenes de Color declaró a Amnistía Internacional que las denuncias de agresiones contra personas LGBTI ascendieron a más del triple en 2015 en comparación con 2014. Entre las agresiones denunciadas figuran palizas y violaciones debido a la orientación sexual o la identidad de género, real o percibida, de la víctima. La legislación tampoco prevé el reconocimiento legal de la identidad de género para las personas transgénero. “Los derechos de todas las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales deben respetarse y protegerse plenamente. Nadie debe sufrir discriminación o violencia por ser quien es, amar a quien ama o la forma en que expresa su género.”