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Es hora de hacer realidad los derechos de los pueblos indígenas

  • Día Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo

Londres.- A pesar de que en la última década se han realizado algunos avances, los pueblos indígenas de todo el mundo siguen viviendo en la penuria y el peligro debido a que los Estados no respetan y defienden sus derechos humanos fundamentales. Los pueblos indígenas han sido desarraigados de sus tierras y comunidades a consecuencia de políticas gubernamentales discriminatorias, conflictos armados e intereses económicos privados. Al privarlos de recursos y tradiciones fundamentales para su bienestar y supervivencia, muchos pueblos indígenas no pueden disfrutar plenamente de derechos humanos como el derecho a la alimentación, la salud, la vivienda o los derechos culturales, y sufren marginación, pobreza, enfermedades, situaciones de violencia y, en algunos casos, su extinción como pueblos. La interrupción de sus formas de vida tradicionales supone una especial dificultad para las mujeres indígenas, que pierden su posición en su propia sociedad o ven cómo la frustración y las luchas en la comunidad se reflejan en la violencia en el hogar. A las mujeres indígenas que, en número cada vez mayor, han migrado a entornos urbanos o viven en tierras en las que existe una gran presencia militar, la discriminación racial y sexual de la sociedad en su conjunto puede conllevar un mayor riesgo de violencia y un acceso no equitativo a la protección del sistema de justicia. En Brasil, algunos pueblos indígenas, como los macuxi de Raposa Serra do Sol, en el estado de Roraima, han conseguido que el Estado brasileño les reconozca los derechos a sus tierras ancestrales tras varias décadas de lucha. Sin embargo, muchos pueblos indígenas siguen viendo negados sus derechos económicos, sociales y culturales, y se enfrentan a amenazas y agresiones mientras estos derechos no les son reconocidos plenamente. Los pueblos guarani-kaiowá, en el estado de Mato Grosso do Sul, siguen sufriendo una grave superpoblación en muchas de sus reservas. Durante la lucha que mantienen por su derecho a sus tierras ancestrales, es frecuente que surjan disputas entre miembros de las comunidades indígenas y hacendados que se han asentado en las zonas indígenas. Según los informes, el 26 de agosto de 2003 pobladores bengalíes agredieron sexualmente a nueve mujeres e incendiaron cientos de casas tribales con impunidad en el distrito de Khagrachari, en Bangladesh. Incluso después de la firma de los Acuerdos de Paz de Chittagong Hill Tracts, a finales de 1997, han seguido produciéndose abusos a gran escala contra los derechos humanos de los indígenas, con la evidente connivencia del ejército. El 24 de julio de 2005, decenas de habitantes de las tribus indígenas fueron sometidos a brutales palizas y malos tratos –según los informes, a manos de personal del ejército– en Fakinala Nee Aung Karbari Para, en el subdistrito de Manikchari, Khagrachari; Las estadísticas del gobierno canadiense muestran que las jóvenes indígenas tienen cinco veces más probabilidades que el resto de las mujeres de morir violentamente. Las organizaciones de mujeres indígenas afirman que no se está haciendo lo suficiente para abordar factores críticos que colocan a las mujeres indígenas en situación de riesgo, incluida la marginación económica y la parcialidad en el sistema de justicia. En Kenia, los masai están luchando contra décadas de impunidad por las violaciones que se cometen contra ellos. En septiembre de 2004, la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a miembros de esta comunidad que se manifestaban por las tierras que habían perdido en la época colonial. Varios manifestantes fueron detenidos y uno murió por disparos de la policía. Los soldados británicos estacionados en Kenia para entrenarse allí han sido acusados de muchas violaciones y violaciones en grupo entre 1965 y 2001. Según los informes, Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega, mujeres de la comunidad indígena tlapaneca en el estado de Guerrero, México, fueron violadas por miembros del ejército en febrero y marzo de 2002, respectivamente. Otras cuatro mujeres indígenas han presentado también denuncias de violación por soldados en Guerrero en los últimos 10 años. Sin embargo, ninguno de estos casos ha sido investigado eficazmente y los responsables no han comparecido ante la justicia. Muy al contrario, los investigadores militares han intentado refutar las denuncias de violación, haciendo recaer el peso de la prueba en las víctimas y pasando por alto las normas internacionales. Los casos de Valentina e Inés están ahora ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que estudia su admisibilidad. Amnistía Internacional insta a todos los Estados a que colaboren estrechamente con los pueblos indígenas para garantizar la adopción de un sistema eficaz de salvaguardias tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Entre las medidas críticas que exigen una actuación inmediata están las siguientes: - garantizar el reconocimiento de los derechos sobre la tierra de los pueblos indígenas y su protección mediante la demarcación y la resolución justa de las disputas pendientes; - aprobar una enérgica declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, que se base en las actuales normas de derechos humanos y que las consolide; - ratificar el Convenio 169, Derechos de los Pueblos Indígenas (1989), de la Organización Internacional del Trabajo, y poner en práctica sus disposiciones. Información general El Día Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo se celebró por primera vez el 9 de agosto de 1994, coincidiendo con el inicio del primer Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo. Este año comienza el segundo Decenio. En julio de 2004, Amnistía Internacional lanzó una acción global pidiendo la oportuna adopción de una Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. El proyecto de declaración de las Naciones Unidas dispone que se reconozca y proteja una amplia gama de derechos cruciales para la supervivencia y el bienestar de los pueblos indígenas como culturas diferenciadas. En los instrumentos internacionales de derechos humanos, el término “indígena” suele referirse a los grupos culturales distintivos cuya relación con la tierra o el territorio es anterior a la colonización o la formación del Estado moderno y que mantienen tradiciones e instituciones exclusivas del lugar de que se trate. En los diferentes contextos nacionales pueden utilizarse otros términos, como pueblos “aborígenes”, “nativos” o “tribales”.

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