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Los Estados deben instar a Emiratos Árabes Unidos a enmendar su pésimo historial de derechos para contribuir al éxito de la conferencia sobre el clima

La torre Burj Khalifa y otros rascacielos en Emiratos Árabes Unidos
La torre Burj Khalifa y otros rascacielos en Emiratos Árabes Unidos. © Amnistía Internacional.

Amnistía Internacional ha afirmado hoy que los Estados que participarán en la conferencia de Bonn sobre el cambio climático —que dará comienzo el próximo 5 de junio y ayudará a establecer el programa de trabajo de la COP 28 de Dubái, que se celebrará este mismo año— deben instar a Emiratos Árabes Unidos a mejorar su pésimo historial de derechos humanos para garantizar el éxito de la conferencia.

En la declaración conjunta en la que participa Amnistía Internacional, titulada The Human Rights Situation in the UAE ahead of COP28 (La situación de los derechos humanos en Emiratos Árabes Unidos antes de la COP 28) se identifican los principales peligros en materia de derechos humanos que amenazan el éxito de la COP 28 en Emiratos Árabes Unidos, tales como la represión del derecho a la libertad de expresión y el cierre del espacio cívico, el peligro del espionaje y la vigilancia digitales, y la oposición del país anfitrión a acelerar el abandono gradual de los combustibles fósiles.

“El éxito de la COP 28 es vital para los derechos humanos y para el planeta. Este año, todos los Estados deben comprometerse a acelerar el abandono gradual de todos los combustibles fósiles y a mantenerse en la senda adecuada para evitar el agravamiento constante del cambio climático”, ha manifestado Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.

“Sin embargo, en el camino a una conferencia con esos resultados acechan tanto el peligro de cierre efectivo del espacio cívico en Emiratos Árabes Unidos como la práctica emiratí ya conocida de recurrir a la vigilancia digital para espiar a quienes critican al país y la resistencia de Emiratos al abandono gradual de la producción y el empleo de combustibles fósiles”.

“La COP 28 debe ser un foro en el que la sociedad civil pueda participar libremente y sin temor, en el que los pueblos indígenas y los grupos y comunidades afectados por el cambio climático puedan compartir sus experiencias y configurar políticas sin ser intimidados y en el que los derechos a la libertad de expresión y de protesta pacífica estén protegidos. La conferencia de Bonn sienta las bases de la COP 28, y quienes van a participar en ella deben aprovechar la oportunidad para dejar clara la necesidad de un cambio en Emiratos Árabes Unidos”.

La sociedad civil, clausurada

La sociedad civil y los derechos a la libertad de expresión, de asociación y de reunión pacífica —esenciales para el éxito de la conferencia— brillan por su ausencia en Emiratos Árabes Unidos. La legislación emiratí prohíbe criticar al “Estado y a sus gobernantes” y castiga, incluso con cadena perpetua o pena de muerte, la vinculación a cualquier grupo opuesto al “sistema de gobierno” e imprecisos “delitos”, tales como los “atentados contra la unidad nacional” o contra “los intereses del Estado”.

En 2011, el gobierno respondió con una feroz represión a una petición pública firmada por cientos de ciudadanos y ciudadanas en la que se pedían reformas democráticas: decenas de personas —profesionales del derecho o pertenecientes al ámbito académico o al funcionariado— fueron encarceladas, mientras la junta directiva de la Asociación de Juristas Emiratíes, dos de cuyos expresidentes habían firmado la petición a favor de la democracia, quedaba disuelta. Ambos expresidentes permanecen en prisión.

Software espía en los teléfonos

Desde hace tiempo, el gobierno emiratí viene tratando de espiar por medios digitales a los defensores y defensoras de los derechos humanos y a otras voces críticas. Entre las personas que han sido víctimas de ello figura Ahmed Mansoor —galardonado con el prestigioso premio Martin Ennals para defensores y defensoras de los derechos humanos—, que fue detenido en 2017 por su activismo pacífico, incluidas sus publicaciones en las redes sociales. Fue condenado a 10 años de prisión, acusado de “insultar el prestigio de Emiratos Árabes Unidos”.

Tanto las investigaciones de periodistas y organizaciones de la sociedad civil como la sentencia judicial de un tribunal británico han concluido que, probablemente, Emiratos Árabes Unidos está detrás de la vigilancia digital a la que han sido sometidas numerosas figuras públicas, entre ellas la fallecida defensora emiratí de los derechos humanos Alaa al Siddiq y un miembro de la Cámara de los Lores británica. Se sospecha que el país persigue también a escritores y redactores de publicaciones internacionales, como Financial Times, The Economist y The Wall Street Journal.

Dado el historial de Emiratos, existen razones para creer que las delegaciones y personas de la sociedad civil que asistan a la COP 28 podrían ser ilegalmente sometidas a espionaje digital.

Expandir la producción de combustibles fósiles

Las propias políticas climáticas de Emiratos Árabes Unidos son motivo de profunda preocupación para la COP 28. La persona designada por el país para presidir la conferencia — Sultan Al Jaber — preside también la empresa estatal de petróleo, ADNOC, que figura entre los mayores productores de hidrocarburos del mundo y está poniendo en práctica agresivos planes a fin de ampliar la producción de combustibles fósiles.

Mientras que, por un lado, Sultan Al Jaber y Emiratos Árabes Unidos han anunciado su compromiso de transitar a energías limpias, por otro, el planteamiento que han adoptado no conduce a la reducción de los combustibles fósiles. Por el contrario, dicho planteamiento conlleva a menudo la promoción de tecnologías que no han sido probadas en la práctica, como la captura, utilización y almacenamiento de carbono, para limitar las emisiones. El presidente designado de la COP 28 promueve un planteamiento similar en las negociaciones de este año en torno al cambio climático, ya que lo que defiende es la eliminación gradual de las emisiones de combustibles fósiles, no el abandono de su producción y empleo.

En palabras de Heba Morayef, “Emiratos Árabes Unidos habla a menudo sobre formas de producir energía respetuosas con el medioambiente, pero con muchísima frecuencia, lo que en realidad está tratando de hacer es disimular sus intenciones de aumentar la producción de hidrocarburos. No podemos permitirle utilizar la presidencia de la COP 28 para promover ese planteamiento a escala mundial. En la COP 28, la aceleración del abandono gradual de los combustibles fósiles debe ser prioritaria, ya que, de lo contrario, estamos abocados a superar los límites consensuados de aumento de la temperatura mundial, con consecuencias cada vez más demoledoras para la humanidad”.

Información complementaria

La COP 28 es la 28ª reunión anual de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, instrumento en torno al cual giran iniciativas mundiales para tratar de evitar un cambio climático de proporciones catastróficas, limitando el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. La COP 28 se celebrará en Dubái, del 30 de noviembre al 12 de diciembre. La Conferencia de Bonn sobre Cambio Climático, que tendrá lugar del 5 al 15 de junio, es una especie de preludio de la COP.

El año pasado, la COP 27 se celebró en Egipto, mientras el gobierno del presidente Abdel Fattah al Sisi continuaba reprimiendo brutalmente la disidencia. El desdén de las autoridades egipcias por los derechos humanos se tradujo en violaciones que tuvieron lugar antes y durante la conferencia, incluso en la zona bajo control de la ONU que, supuestamente, queda fuera del alcance de la intimidación y vigilancia de cualquier gobierno.

Aparte de los motivos de preocupación relacionados con el espacio cívico, la vigilancia digital y la política climática, el historial de Emiratos Árabes Unidos en materia de derechos humanos es deficiente en cuanto a la protección de los trabajadores y trabajadoras migrantes frente a su detención arbitraria y expulsión del país y frente a la explotación laboral, en cuanto a la igualdad de hombres y mujeres frente a la ley y en cuanto a la penalización de las relaciones sexuales consentidas entre personas adultas. En los conflictos armados de Libia y Yemen, la intervención tanto directa como indirecta del país lo ha involucrado en violaciones graves del derecho internacional. Amnistía Internacional ha preparado completo informe con recomendaciones sobre estos motivos de preocupación. En el siguiente enlace encontrarán la lista completa de recomendaciones de Amnistía Internacional a los Estados con vistas a la conferencia de Bonn sobre cambio climático y a la COP28.

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