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El comercio de armas aviva los abusos contra los derechos humanos en Darfur

  • "Los pilotos del helicóptero atacaron de forma deliberada e indiscriminada el asentamiento no oficial de desplazados internos, sabiendo perfectamente que eran civiles inocentes."
  • Informe de la Comisión sobre la Violación del Alto el Fuego, de la Unión Africana, sobre el ataque contra los poblados de Hashaba y Gallab el 26 de agosto de 2004
  • "Lo único que abunda en Darfur son las armas. Es más fácil conseguir un Kalashnikov que una barra de pan."
  • Jan Egeland, coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, 1 de julio de 2004
Londres/Madrid.- Amnistía Internacional ha revelado hoy los detalles sobre las exportaciones incontroladas de armas que han avivado los abusos en masa contra los derechos humanos en Sudán, abusos que incluyen el homicidio, la violación, la tortura y el desplazamiento de más de un millón de civiles desde que comenzó el conflicto de Darfur, en febrero de 2003. Elizabeth Hodgkin, investigadora de Amnistía Internacional sobre Sudán, ha declarado: “Los gobiernos deben dejar de hacer oídos sordos a las consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo de este comercio absolutamente irresponsable. Deben asegurarse de que el Consejo de Seguridad de la ONU impone un embargo de armas, preceptivo y rigurosamente vigilado, a todas las partes del conflicto de Sudán, incluidas las fuerzas armadas gubernamentales. El embargo debe tener como finalidad detener todas las exportaciones de armas que tengan probabilidades de ser utilizadas para cometer violaciones de derechos humanos”. En una conferencia de prensa celebrada en Nairobi en vísperas de la reunión que el Consejo de Seguridad celebrará esta semana en esa misma ciudad, los delegados de Amnistía Internacional presentaron un informe en el que se identifican los principales tipos de armas enviadas a Sudán y los gobiernos que, deliberada o inconscientemente, han permitido su envío. El informe, titulado Sudán: Armas para los responsables de los graves abusos cometidos en Darfur (Índice AI: AFR 54/139/2004, próximamente disponible en español), muestra cómo las fuerzas gubernamentales sudanesas y sus milicias aliadas han utilizado esas armas para cometer violaciones graves de derechos humanos, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. “Dos aviones Antonov, cinco helicópteros y dos MiG atacaron nuestro poblado hacia las seis de la mañana. Luego llegaron cinco tanques. El ataque duró hasta las siete de la tarde [...] Dieciocho hombres y dos niños de nuestra familia murieron en la huida”. Este fue el testimonio que en mayo de 2004 dieron a Amnistía Internacional Aziza Abdel Jaber Mohammed y su hermanastra Zahra Adam Arja sobre el ataque de diciembre de 2003 contra Kornoy, en Darfur Septentrional. Basándose en el testimonio de centenares de supervivientes recogido por Amnistía Internacional y en documentos comerciales, datos de la ONU sobre comercio de armas y otras fuentes, el informe llega, entre otras, a las siguientes conclusiones: - desde la Federación Rusa, China y Bielorrusia se han vendido a Sudán aviones militares y componentes, y desde Lituania se han vendido repuestos para helicóptero, a pesar del repetido uso de esos aparatos para bombardear poblados y apoyar los ataques por tierra contra civiles; - se han transferido a Sudán tanques, vehículos militares y artillería desde Bielorrusia, Rusia y Polonia, a pesar de que ese material se ha utilizado para ayudar a lanzar ataques indiscriminados y directos contra civiles; - se han exportado a Sudán granadas, rifles, pistolas, munición y otras armas pequeñas y ligeras desde numerosos países, pero principalmente China, Francia, Irán y Arabia Saudí; - recientemente, empresas de intermediación de venta de armas británicas e irlandesas han tratado de proporcionar grandes cantidades de aviones Antonov y vehículos militares desde Ucrania y pistolas desde Brasil; - Bielorrusia, India, Malaisia y Rusia han ofrecido cooperación y formación militar. “Algunos gobiernos como Bulgaria, Lituania y Reino Unido ya han empezado a tomar medidas para detener el flujo de armas a Sudán, y la Unión Europea ha impuesto un embargo, pero otros gobiernos no han dado señales de querer cerrar el grifo que alimenta estas atrocidades”, ha declarado Brian Wood, director de investigación de Amnistía Internacional sobre comercio de armas y de material de seguridad. Amnistía Internacional pide al Consejo de Seguridad de la ONU que dicte un embargo preceptivo de armas para detener todas las exportaciones de armas que tengan probabilidades de ser utilizadas para cometer violaciones de derechos humanos. El embargo debe ir acompañado de una vigilancia rigurosa de la ONU tanto dentro como fuera de Sudán. La organización pide a todos los Estados mencionados en el informe que tomen medidas concretas inmediatas para suspender todas las transferencias de esos tipos de armas y de suministros logísticos y de seguridad afines que se están utilizando para cometer graves violaciones de derechos humanos en Sudán. Para impedir que el comercio de armas contribuya a estos desastres, Amnistía Internacional hace campaña también para que todos los Estados establezcan controles mucho más rigurosos sobre las armas convencionales, con medidas como el establecimiento de un tratado sobre comercio de armas que prohíba las exportaciones de armas a personas y entidades que tengan probabilidades de utilizarlas para violar los derechos humanos y el derecho internacional. Envío masivo de faxes En el contexto de la crisis de Sudán, ayer lunes la Sección española de Amnistía Internacional realizó un envío masivo de faxes al Embajador de Sudán en Madrid, para expresar la preocupación de la organización por la crisis que se vive en la región de Darfur. En dicho fax, se pide al Gobierno sudanés que reconozca su responsabilidad en la crisis y condene los ataques cometidos contra civiles por las milicias armadas a su servicio y sus propias fuerzas militares.

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