“La lapidación y la amputación son siempre tortura, así como la flagelación tal como se practica en Afganistán. Todas estas formas de castigo están estrictamente prohibidas en los tratados internacionales de derechos humanos vinculantes para Afganistán”, ha afirmado Horia Mosadiq, investigadora sobre Afganistán de Amnistía Internacional.
Amnistía Internacional pide al Parlamento afgano que rechace de plano los proyectos de enmienda, proceda a la abolición de todas las formas de castigo físico y establezca de inmediato una moratoria formal de las ejecuciones con el fin de abolir la pena de muerte