Gambia ha vuelto a demostrar su desprecio manifiesto por los derechos humanos al impedir que un equipo de la ONU investigue las denuncias de tortura y ejecuciones extrajudiciales en el país, ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
A Christof Heyns, relator especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, y a Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre la cuestión de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, se les impidió el acceso a centros de detención donde, al parecer, los reclusos corren grave peligro de tortura.
“Los observadores de derechos humanos de la ONU han confirmado lo que nosotros llevamos denunciando desde hace tiempo al describir la tortura como 'práctica habitual' en Gambia, donde las autoridades reprimen con una fuerza brutal lo que consideran opiniones disidentes. Que se impida el acceso de los observadores a las cárceles del país sólo puede significar que las autoridades tienen algo que ocultar”, ha dicho Stephen Cockburn, director regional adjunto de Amnistía Internacional para África Occidental y Central.
La visita ha sido bloqueada a las pocas semanas de que Gambia recibiera duras críticas por su historial en materia de derechos humanos durante el examen periódico universal de la ONU.
“Tras las punzantes críticas de más de 62 países en la ONU el mes pasado, el bloqueo de esta visita debe servir para movilizar la presión internacional sobre Gambia y conseguir que ponga fin al uso de la tortura para amordazar la disidencia. No es posible ignorar este incumplimiento flagrante del derecho internacional de los derechos humanos”, ha añadido Cockburn.
Aunque Gambia aceptó inicialmente el mandato de los representantes de la ONU, después les impidió acceder a determinadas zonas penitenciarias. Una de estas zonas era el módulo de seguridad de la prisión de Mile 2 en la capital, Banjul, donde están recluidos los condenados a muerte, a menudo soportando torturas y largos periodos en régimen de aislamiento.
El equipo de la ONU criticó también la reanudación del uso de la pena de muerte en Gambia.
“El historial de Gambia en relación con la pena de muerte supone asimismo un retroceso. Después de 27 años sin aplicar esta forma extrema de pena cruel e inhumana, su reanudación en 2011 constituye otra mancha en el historial de derechos humanos de Gambia”, ha afirmado Stephen Cockburn.