Seis cosas que pasan en Qatar (diga lo que diga Xavi Hernández)
Por Alberto Senante (@asenante), responsable de Medios en Amnistía Internacional,
Desde esta semana Xavi Hernández es el entrenador al Fútbol Club Barcelona tras pasar seis años en el equipo qatarí de Al-Sadd, primero como jugador y posteriormente como preparador. En varias ocasiones, la leyenda blaugrana ha dicho que la gente en Qatar “es muy feliz”, pero eso no cuadra con lo que desde Amnistía Internacional hemos documentado en este país los últimos años.
La situación de las personas extranjeras que trabajan en Qatar es, desde luego, de todo menos feliz. No pueden afiliarse a ningún sindicato y las trabajadores domésticas pueden trabajar jornadas de 18 horas sin ningún día de descanso y no tener nunca un día libre. No sólo no les pagan adecuadamente, muchas cuentan que sus empleadores las insultan, abofetean o escupen. “Me tratan como a un perro”, lamentaba una de ellas. Además, a pesar de que no sea legal, a muchos trabajadores les confiscan el pasaporte.
En las labores de construcción los migrantes trabajan bajo un calor que ronda los 50º. Pese a los avances en la normativa, siguen sin tomarse las medidas necesarias para atenuar esta circunstancia y evitar los peligros que conlleva. Así ha sido en las obras de las instalaciones de cara al Mundial de Fútbol que se celebrará el año que viene, por lo que, según The Guardian, 6.500 trabajadores han perdido la vida debida a las durísimas condiciones de trabajo en estas construcciones. Las autoridades de Qatar no reconocen la causa de estas miles de muertes y por tanto tampoco ofrecen ninguna indemnización a las familias que quedan en una situación de absoluto desamparo en países como India, Nepal o Bangladesh.
Con la irrupción de la #Covid-19, Amnistía Internacional detectó que numerosos casos de impago de salarios a los trabajadores extranjeros. Además, en el mes de abril se expulsó del país a un grupo de nepalíes tras decirles que solo les trasladaban para hacerles pruebas médicas y retenerles en condiciones terribles durante días.
Una nueva ley pone aún más trabas a la libertad de expresión en el país. De forma imprecisa, si se considera que una información es "tendenciosa" el castigo pueden ser de cinco años cárcel y una multa de hasta 25.000 dólares. Además, se puede imponer prohibiciones de viajar sin un proceso judicial.
Desde luego, en Qatar las mujeres lo tienen aún más difícil para ser felices. Hay impedimentos para el divorcio, y si lo consiguen se ven perjudicadas económicamente. Las menores de 25 años necesitan permiso de sus tutores para actividades como viajar al extranjero, firmar un contrato, o incluso salir de casa.
6. El año pasado volvió a practicarse la pena de muerte. Tras 20 años sin realizar ninguna, se reiniciaron las ejecuciones.
Si Xavi Hernádez, o cualquier otra persona, quiere conocer más sobre las vulneraciones de derechos humanos en Qatar, solo tiene que pinchar en este enlace.
Hossein Shahbazi tiene 22 años y está condenado a muerte en Irán. Su ejecución se ha aplazado hasta cinco veces, pero podrían ejecutarlo en cualquier momento. Ayúdanos a impedirlo.