Arif Elsawi, fundador del Sudan Facts Center for Journalism, se estableció en Nairobi mucho antes de que comenzaran los combates actuales entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF por sus siglas en inglés) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RFS, por sus siglas en inglés).
Ahora vive en Kenia y es una de las caras detrás de Atar, una publicación semanal que arroja luz sobre la difícil situación de la población civil sudanesa atrapada en los combates.
El 15 de abril, día en que estallaron los combates en Jartum (Sudán), yo estaba en Nairobi. Debía viajar a Jartum un martes, pero la guerra empezó el sábado por la mañana.
La mayoría de los sudaneses y sudanesas que conozco esperaban que ocurriera algo. Había muchos indicios de guerra, pero nadie pensaba que fuera a ocurrir a tan gran escala. Como otras personas, yo pensaba que los combates durarían unos dos meses, pero ya llevan un año. Se ha complicado, otras partes se están involucrando y ya no se trata de las dos partes, las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que luchaban al principio.
La situación se prolongará mucho más si no se implican las iniciativas internacionales y regionales, como la Unión Africana, la IGAD (Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo) y los países vecinos de Sudán.
Contar nuestras propias historias
Soy periodista desde hace casi 20 años y cubro historias en Sudán y África Oriental. Decidí venir a Nairobi en 2009, para ver qué podía hacer por mi carrera.
Al principio fundé el Facts Center for Journalism, donde trabajé y formé a jóvenes periodistas profesionales y a jóvenes que querían labrarse una carrera en el periodismo. El objetivo era formarles durante seis meses, tras los cuales se graduaban.
Tras el estallido de la guerra, decidimos formar Atar, junto a 12 de nuestros aprendices, con el objetivo de compartir historias de Sudán. Los y las jóvenes periodistas con los que trabajamos son el corazón de Atar porque la mayoría son corresponsales de distintas ciudades y pueblos de Sudán.
Algunos y algunas siguen viviendo en Sudán, mientras que otros están en Etiopía, Uganda y Egipto. Sin embargo, siguen escribiendo y enviándonos historias sobre Sudán. Ahora tenemos una red de más de 20 periodistas en todo Sudán, de distintas ciudades y regiones.
Conseguir noticias de Sudán es difícil, especialmente durante el corte de las comunicaciones, pero estamos trabajando para evitarlo, utilizando Starlink, que es un servicio de Internet por satélite. Otros periodistas recorren kilómetros para enviarnos sus historias.
Estos jóvenes periodistas están entusiasmados y entusiasmadas con la idea de compartir sus historias desde el interior de Sudán, lo que da un significado especial a las historias locales.>
Arif, periodista sudanés.
Noticias en tiempos de conflicto
Ejercer el periodismo en tiempos de conflicto no es inútil. A veces te produce una sensación positiva; otras, negativa, dependiendo de las historias.
Después de un día trabajando en estos reportajes, podemos sentir tristeza por la situación en Sudán. Otras veces, sentimos esperanza por nuestras comunidades, sobre todo después de leer cómo la gente está tratando de encontrar maneras de vivir, sobrevivir, conseguir comida y viajar de A a B. La gente está siendo muy creativa e innovadora, a pesar de vivir en condiciones muy duras.
No puedes ni imaginarte a alguien viviendo en esa situación. No hay electricidad ni agua potable desde hace casi cuatro meses. Pero también somos testigos de cómo la gente utiliza sus conocimientos para encontrar la manera de sobrevivir a estas duras condiciones.
Periodistas bajo amenaza
Los/as periodistas lo están pasando mal. Nos enfrentamos a amenazas de ambos bandos: en las zonas controladas por la RSF y en las controladas por las SAF. No es fácil informar con independencia y claridad. Siempre se nos acusa de tomar partido, de ser parciales, pero no somos el único país del mundo testigo de una guerra.>
Sí, nos jugamos la vida intentando difundir las historias, pero también aprovechamos los conocimientos de colegas de todo el mundo, observando cómo utilizan la tecnología u otros métodos para difundir las historias.
Por ejemplo, en 2017 realizamos una encuesta para averiguar cómo se comunica la gente en Sudán. Descubrimos que utilizan las redes sociales, como WhatsApp, como fuente principal de noticias y de historias.
Para quienes viven en Sudán hasta la diáspora sudanesa, queríamos que Atar fuera atractivo y fácil de compartir. Teniendo en cuenta lo débil que puede ser nuestra red e Internet, no queremos que tengan que buscarnos. Queremos que sea fácil para todas las personas leer nuestras historias y compartirlas. Empezamos con una publicación en árabe, y en marzo publicamos por primera vez en inglés. También estamos creando un sitio web.
Echo de menos todo lo relacionado con Sudán. Pero intento ser realista cada día. Sé que algunas cosas ya no están. Ni siquiera puedo imaginar que volverán. Pero también es una oportunidad. La guerra es lo más duro que viviremos, pero es una oportunidad para aprender hacia dónde podemos ir. A través de nuestro periodismo, queremos dar a la gente de Sudán la información que necesita para tomar mejores decisiones y construir una vida mejor.>