Washington, DC.– Amnistía Internacional hizo público ayer, 7 de noviembre, el informe titulado Secret Detention in CIA "Black Sites", en el que se detalla la detención de tres ciudadanos yemeníes que habían “desaparecido” en 2003 en el laberinto de los centros secretos de detención gestionados por Estados Unidos. Estos tres hombres –Muhammad al-Assad, Salah Ali y Muhammad Bashmilah– permanecieron en régimen de total aislamiento en una serie de centros secretos de detención gestionados por Estados Unidos, sin revisión judicial, sin que se notificara su detención a su familia y sin contacto con el mundo exterior.
Este documento, que se ha hecho público justo después de los informes aparecidos en los medios de comunicación en los que se sacaba a la luz la existencia de centros secretos de detención estadounidenses conocidos como “lugares negros”, proporciona información detallada –incluidas sus denuncias de que fueron torturados– sobre los tres ciudadanos yemeníes que estuvieron recluidos en centros secretos gestionados por Estados Unidos antes de reaparecer bajo custodia de las autoridades de Yemen. El hecho de que estos hombres fueran devueltos a las autoridades yemeníes indica que no se trataba de detenidos de alto valor, y demuestra que prácticamente todos los sospechosos pueden ser sometidos a esta práctica ilegal. Los casos sugieren además que la red de centros de interrogatorio clandestinos no se reserva exclusivamente para los detenidos de alto valor, sino que puede ser más amplia y más profunda y estar más organizada de lo que se sospechaba.
“Cada uno de estos hombres describe centros y procedimientos que no pueden haberse creado y mantenido exclusivamente para tres sospechosos de bajo nivel”, ha manifestado el doctor William F. Schulz, director ejecutivo de la Sección Estadounidense de Amnistía Internacional. “Tememos que lo que hemos escuchado de boca de estos tres hombres sea sólo una pequeña porción de la imagen, mucho más amplia, de los centros secretos de detención que Estados Unidos mantiene en todo el mundo.”
“Es absolutamente indignante que el gobierno del presidente Bush, el autodenominado defensor de los valores democráticos del mundo, retenga y torture –o ‘subcontrate’ torturas– en centros secretos a personas sin imputarles cargos, sin juzgarlas y sin permitirles el acceso al mundo exterior. Se trata de una violación flagrante de las obligaciones contraídas por Estados Unidos en virtud del derecho internacional. No podemos ignorar lo evidente. Estos centros de detención, unidos a la tortura, la detención indefinida y la ‘desaparición’ de personas bajo custodia, suponen un impulso adicional para que el Congreso cree una comisión independiente que investigue todos los aspectos de las políticas estadounidenses de detención e interrogatorio”, ha añadido el doctor Schulz.
En el informe, Amnistía Internacional pide al gobierno estadounidense que aclare su postura sobre la situación legal de los tres ciudadanos yemeníes. Si Estados Unidos no mantiene ningún control sobre ellos, debe manifestarlo claramente, subrayando que Estados Unidos no ha puesto ninguna condición a su traslado. La organización también insta al gobierno estadounidense a hacer pública la ubicación de los centros de detención donde estuvieron recluidos estos tres hombres, a desvelar la identidad de todas las demás personas recluidas en estos lugares y a invitar al Comité Internacional de la Cruz Roja y a otras organizaciones de derechos humanos independientes como Amnistía Internacional a visitar periódicamente y con pleno acceso a los detenidos. Deben cesar de inmediato todas las detenciones secretas y en régimen de incomunicación.
Amnistía Internacional pide asimismo al gobierno yemení que acuse sin demora a los tres hombres de delitos comunes reconocibles y los juzgue de plena conformidad con las normas internacionales, o de lo contrario los ponga en libertad sin condiciones.