La condena de los dirigentes opositores Aleksei Navalny y Leonid Volkov a 20 días de detención administrativa es una prueba más del implacable control de las autoridades rusas sobre la sociedad civil, ha afirmado Amnistía Internacional. La organización pide la libertad inmediata y sin condiciones de estos dos hombres.
“La detención de Aleksei Navalny y Leonid Volkov no resulta sorprendente. Es un intento flagrante de las autoridades rusas de reprimir y ahogar toda voz disidente y de intimidar a las personas que intentan ejercer su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica”, ha afirmado Denis Krivosheev, director adjunto para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.
“La protesta pacífica es un derecho, no un delito ni un privilegio que las autoridades puedan otorgar a su antojo a las personas en Rusia. El encarcelamiento de los activistas pone de manifiesto el hostigamiento al que se somete a diario a la sociedad civil en todo el país, incluidos muchos partidarios de Navalny. En los últimos meses, decenas de activistas han sido objeto de detención arbitraria, multas de cuantía excesiva, palizas e intimidación en toda Rusia.”
Aleksei Navalny y Leonid Volkov fueron declarados culpables de “violación reiterada del procedimiento establecido para la organización o celebración de reuniones, concentraciones, manifestaciones, marchas o piquetes”. Fueron juzgados el mismo día en dos tribunales distintos en Moscú. Los dos fueron condenados a 20 días de detención administrativa.
“Es la tercera vez este año que Aleksei Navalny está entre rejas únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica. No ha cometido ningún delito, pero habrá pasado dos meses en prisión por el mero hecho de cuestionar las leyes represivas rusas en actos públicos”, ha afirmado Denis Krivosheev.
Información complementaria
Aleksei Navalny, activista contra la corrupción y aspirante a candidato presidencial, fue detenido por la policía el 29 de septiembre en el vestíbulo de su edificio de apartamentos. Se dirigía a la estación de ferrocarril para viajar a Nizhnii Novgorod (Rusia central), donde iba a participar en una concentración.
Aunque quedó en libertad ese mismo día por la noche, se presentaron cargos en su contra en virtud del artículo 20.2.8 del Código de Infracciones Administrativas ruso (“violación reiterada del procedimiento establecido para la organización o celebración de reuniones, concentraciones, manifestaciones, marchas o piquetes”). Su jefe de campañas, Leonid Volkov, estuvo detenido durante un breve periodo el mismo día en Nizhnii Novgorod y fue acusado del mismo delito.
La concentración había sido acordada con las autoridades locales, con arreglo a una legislación rusa excesivamente restrictiva que exige la expresa autorización previa de las autoridades. Sin embargo, esa misma semana la administración municipal de Nizhnii Novgorod retiró su autorización para la concentración, una medida que Navalny calificó de ilícita. La concentración se llevó a cabo. Según testigos presenciales, la policía detuvo en Nizhnii Novgorod a unos 12 manifestantes pacíficos.
La detención de Navalny y Volkov se ha llevado a cabo unos días antes de otra concentración que estaban organizando en San Petersburgo para el sábado 7 de octubre, cumpleaños del presidente Vladimir Putin. Las autoridades locales no han respondido todavía a la solicitud de los organizadores para celebrar la concentración.