Ante la noticia de que la policía rusa disolvió concentraciones pacíficas y detuvo a cientos de manifestantes pacíficos –decenas de adolescentes incluidos— en Moscú, San Petersburgo y otras ciudades rusas, Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, ha manifestado:
“Vemos una y otra vez cómo se envía a la policía a las calles de Rusia para reprimir manifestaciones pacíficas. Sus palizas a manifestantes y periodistas no son una novedad, como tampoco lo es la detención 'preventiva' de dirigentes de las protestas. Pero la policía ha caído aún más bajo al tratar a jóvenes manifestantes pacíficos como si fueran delincuentes. Es vergonzoso y muy triste.
Mientras que muchos de los ciudadanos rusos de mayor edad ven la reforma de las pensiones como una usurpación de sus derechos económicos por el gobierno, se transmite cada vez más a los jóvenes el mensaje de que no deben esperar que las autoridades rusas respeten sus derechos de expresión, reunión pacífica y libertad personal.”
Información complementaria
El 9 de septiembre, miembros de la oposición política organizaron concentraciones multitudinarias en más de 80 ciudades rusas para protestar por las reformas del sistema de pensiones introducidas por el gobierno en junio de este año. En todas las ciudades excepto dos, las autoridades municipales denegaron la “autorización” para celebrar las concentraciones, requisito imprescindible con arreglo a una legislación rusa indebidamente restrictiva, y a continuación utilizaron esta prohibición para reprimir a las personas congregadas.
En fotografías y vídeos testimoniales de las concentraciones se ve cómo la policía detiene arbitrariamente a adolescentes, algunos muy jóvenes. Según información publicada en medios de comunicación, cinco agentes de policía equipados para operaciones especiales detuvieron a un adolescente en San Petersburgo.
Aunque se han recibido informes sobre varios episodios aislados de violencia leve entre manifestantes y agentes encargados de hacer cumplir la ley, las concentraciones fueron totalmente pacíficas y la policía no actuó en respuesta a la violencia, sino con el propósito de disolver todo tipo de reunión, por pacífica que fuera.
Según OVD-Info, grupo de derechos humanos que vigila regularmente las protestas, el 10 de septiembre había al menos 1.018 personas detenidas en todo el país, 452 como mínimo sólo en San Petersburgo.
El 25 de agosto, Aleksei Navalny, político de la oposición rusa que ha inspirado las concentraciones contra la reforma del sistema de pensiones, fue sometido “preventivamente” a detención arbitraria y condenado a 30 días de “detención administrativa” por su papel en la organización de una protesta en enero de 2018.