Los dos nuevos incidentes con
minas terrestres que se han producido hoy, en los que
un joven ha perdido la pierna, elevan a tres el número de lugares en los que se sabe que
las autoridades de Myanmar han minado los pasos fronterizos que utilizan los rohingyas que huyen de la violencia, ha declarado Amnistía Internacional. Esta mañana,
un pastor de Bangladesh de poco más de 20 años que estaba con el ganado en una zona tapón en la frontera con Myanmar, cerca del pueblo bangladeshí de Baish Bari, pisó una mina terrestre. Por otra parte, Amnistía Internacional ha sabido por testigos que un hombre rohingya ha tenido que ser trasladado hoy rápidamente a la ciudad de Cox’s Bazar (Bangladesh) para recibir atención médica tras la explosión de otra mina terrestre cerca del pueblo bangladeshí de Amtali, otro conocido paso fronterizo. “Todo indica que
las fuerzas de seguridad de Myanmar están atacando deliberadamente los lugares que las personas rohingyas refugiadas utilizan para cruzar la frontera. Es una forma cruel y despiadada de agravar el sufrimiento de gente que huye de una campaña sistemática de persecución”, ha declarado Tirana Hassan, directora de respuesta a las crisis de Amnistía Internacional, que se encuentra en el lado bangladeshí de la frontera. “Esto es un indicio más de que no se trata de un problema que vaya a resolverse solo. Las autoridades de Myanmar deben poner fin de inmediato a esta repugnante práctica y permitir el acceso de equipos de desminado a sus zonas fronterizas.” Las nuevas explosiones se produjeron en una frontera por la que, en las últimas dos semanas y
según cálculos de la ONU, han cruzado 290.000 rohingyas huyendo de la violencia. Los lugareños afirman que por la zona suele verse patrullando a las fuerzas de seguridad de Myanmar. El ejército de Myanmar es uno de los pocos del mundo, junto con el de Corea del Norte y el de Siria, que en los últimos años han utilizado abiertamente minas terrestres antipersonal, armas que fueron prohibidas por un convenio internacional en 1997.
El 8 de septiembre, Amnistía Internacional confirmó que las fuerzas de seguridad de Myanmar habían colocado minas a lo largo de la zona septentrional de su frontera con Bangladesh, en dos transitadas vías cercanas a Taung Pyo Let Wea [localidad conocida localmente como Tumbro] por donde pasan muchos rohingyas que huyen de la violencia. Al menos tres personas, dos de ellas menores de edad, han resultado gravemente heridas, y todas las explosiones se han producido en vías muy transitadas. “
En vez de negar su responsabilidad, Myanmar debería dar máxima prioridad a la seguridad de las personas en la zona fronteriza. El motivo por el cual el uso de minas terrestres antipersonal es ilegal es que son armas que matan y mutilan indiscriminadamente y no distinguen entre combatientes y personas corrientes”, ha declarado Tirana Hassan. “Debe permitirse a expertos de la ONU investigar las numerosas violaciones sistemáticas que han tenido lugar en el estado de Rajine, incluido el uso de minas terrestres prohibidas por parte de Myanmar, y sus responsables deben rendir cuentas.”