Amnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid Icons
Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo

Las mujeres del medio rural, perdedoras en la respuesta ante el VIH

Amnistía Internacional ha revelado hoy la magnitud del efecto del VIH y el sida sobre las mujeres pobres del medio rural de Sudáfrica con un nuevo informe sobre las abrumadoras dificultades a las que se enfrentan estas mujeres en medio de la grave epidemia de VIH que afecta al país.   
El informe, basado en entrevistas con mujeres del medio rural que viven con VIH, describe la opresión a la que se enfrentan las mujeres del campo sudafricano en sus relaciones con sus parejas masculinas y dentro de la comunidad en general debido a su género, su condición de seropositivas y su marginación económica. “La pobreza y el desempleo afectan desproporcionadamente a las mujeres del medio rural en Sudáfrica”, ha afirmado Mary Rayner, investigadora de Amnistía Internacional sobre Sudáfrica. “Siguen siendo víctimas de actitudes y prácticas discriminatorias –especialmente por parte de sus parejas masculinas–, y en el entorno en el que viven hay un elevado nivel de violencia sexual y de género.”
 
A pesar de las mejoras graduales de la respuesta del gobierno a la epidemia de VIH, y de la adopción de un plan quinquenal muy bien acogido, en Sudáfrica hay cinco millones y medio de personas seropositivas, una de las cifras más elevadas del mundo. El 55 por ciento de estas personas son mujeres. Las mujeres sudafricanas menores de 25 años tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de contagio por VIH que los hombres del mismo grupo de edad. Muchas mujeres entrevistadas por Amnistía Internacional dijeron que a menudo no podían protegerse contra la infección por VIH porque tenían miedo de sufrir una reacción violenta si sugerían el uso del preservativo. Una mujer contó a Amnistía Internacional que su esposo, camionero, pasaba la mayor parte del tiempo en la carretera. En sus días libres iba a verla, pero se negaba a usar preservativo cuando ella se lo pedía. Cuando el hombre abandonó a la familia, ella cayó enferma y en la clínica local le dijeron que era seropositiva. Esta mujer no sabe cuál es el estado de salud de su esposo desde que los dejó. Varias mujeres más entrevistadas por Amnistía Internacional dijeron que sus maridos les pegaban y las obligaban a tener relaciones sexuales sin preservativo. “La vida de las mujeres sudafricanas del medio rural está marcada por la persistente violencia en sus familias, en sus hogares y en comunidades inseguras y con escasa presencia policial”, ha dicho Michelle Kagari, subdirectora del Programa Regional para África de Amnistía Internacional. "La existencia simultánea de dos epidemias, la de VIH y la de la violencia contra las mujeres, ha incrementado el coste de la violencia para las mujeres y las niñas sudafricanas, tanto desde el punto de vista físico como psicológico”, ha dicho Kagari. Si bien hay muchas buenas razones para incrementar el número de pruebas de VIH realizadas en toda Sudáfrica, la desigualdad entre los géneros y la violencia de género, la pobreza y el estigma social complican la situación. Actualmente son más las mujeres que los hombres que se hacen la prueba. Cuando reciben poco apoyo psicosocial, revelar su condición de seropositivas puede hacerlas vulnerables ante el abandono, las amenazas de violencia y otras consecuencias del estigma y la discriminación.
 
La gran mayoría de las mujeres del medio rural entrevistadas por Amnistía Internacional dijeron que sus parejas masculinas se mostraban reacias o se negaban a hacerse la prueba del VIH, aunque hubiera claros signos de que pudieran estar infectados.
 
Muchas de las mujeres sufrían abusos por parte de sus parejas cuando intentaban acceder a los servicios de salud para recibir tratamiento y atención para el VIH. “Cuando la pareja de una mujer niega su propia condición de seropositivo, puede molestarle que ella vaya a la clínica o se medique”, ha dicho Rayner.
 
"En el marco de las desigualdades de género, el estigma y la violencia omnipresentes a los que tienen que hacer frente las mujeres, quienes realizan las pruebas de VIH deben prestar especial atención a prever y resolver las posibles consecuencias adversas que las mujeres pueden sufrir una vez revelan su condición de seropositivas e inician el tratamiento”.
 
Un tratamiento eficaz para el VIH y el sida exige visitas regulares a hospitales y clínicas para recibir tratamiento y atención. Las mujeres también necesitan una alimentación diaria adecuada con la que ingerir su medicación. Las mujeres del medio rural que viven con VIH en circunstancias de pobreza y desempleo se enfrentan a constantes dificultades para tener un acceso regular a la alimentación y a menudo no pueden costearse el transporte hasta los centros de salud designados para proporcionar tratamiento. "La falta de acceso físico a los centros de tratamiento equivale a negar el acceso a servicios de atención a la salud, y el gobierno debe asumir más responsabilidad a la hora de garantizar este acceso”, ha dicho Michelle Kagari.
 
Otro obstáculo para el tratamiento en las zonas rurales es el hecho de que el sistema de salud de Sudáfrica actualmente experimenta un grave déficit de personal –médico y de otro tipo–fundamental para proporcionar un servicio integral, especialmente en estas zonas. El informe de Amnistía Internacional ofrece recomendaciones específicas a las autoridades nacionales y provinciales sobre cómo resolver los retos a los que se enfrentan las mujeres del medio rural que viven con VIH. También formula recomendaciones para las instituciones y los países donantes de ayuda que apoyan iniciativas de salud en Sudáfrica. "Las mujeres del medio rural deben vencer considerables dificultades y mostrar gran determinación para poder seguir con su tratamiento y tratar de mejorar su salud, y el gobierno tiene la responsabilidad de ayudarlas en esta lucha.”>

Contigo somos independientes

Amnistía Internacional lo forman personas que defienden una humanidad justa y libre alrededor del mundo. Personas como tú, que creen en nuestro trabajo. Por eso, si tú también defiendes los derechos humanos, te necesitamos para seguir siendo independientes. Puedes hacerlo desde aquí en menos de un minuto, con cuotas a partir de 4 € al mes.

Nos mantenemos firmes con nuestros principios: no aceptamos ni una sola subvención de ningún gobierno, ni donaciones de partidos políticos.

Haz posible nuestra independencia.