La nueva dirección de la oposición siria debe actuar para controlar e impedir las violaciones del derecho internacional humanitario a manos de las fuerzas de la oposición, ha declarado hoy Amnistía Internacional.
La organización ha instado a la recién creada Coalición Nacional de Fuerzas Revolucionarias y de la Oposición de Siria y a la nueva dirección del Consejo Nacional Sirio, principal grupo sirio de la oposición en el exilio, a que establezcan mecanismos de supervisión efectivos para controlar la conducta de los grupos armados de la oposición, a fin de impedir que se cometan nuevos crímenes de guerra y otros abusos.
La organización ha reiterado asimismo su llamamiento al gobierno sirio, cuyas fuerzas armadas y milicias paramilitares son responsables de la mayoría de las violaciones, para que ponga fin de inmediato a los ataques cada vez más frecuentes contra civiles que no participan en el conflicto, sobre todo mediante bombardeos aéreos indiscriminados —incluso con bombas de racimo, prohibidas internacionalmente— y ataques de artillería.
Los comandantes y otras personas con autoridad podrían incurrir en responsabilidad penal si no impiden que se cometan crímenes de guerra y otras violaciones del derecho internacional humanitario. Los combatientes de ambos bandos deben saber que no podrán esgrimir la excusa de que “sólo cumplían órdenes” y que deberán rendir cuentas de sus actos, ha afirmado la organización.
Los combates siguen poniendo a la población civil en grave peligro, sobre todo debido a los bombardeos aéreos y ataques de artillería indiscriminados que realizan las fuerzas armadas sirias contra zonas residenciales densamente pobladas y a su empleo de armas intrínsecamente indiscriminadas y prohibidas internacionalmente, como las bombas de racimo.
Mientras tanto, las fuerzas de la oposición se han apoderado de cantidades significativas de armas pesadas de las posiciones militares del gobierno que han tomado recientemente y suelen usar estas armas de un modo temerario que pone en peligro a los residentes civiles.
La espiral de violencia ha provocado una crisis de refugiados: el 9 de noviembre, el organismo de la ONU para los refugiados (ACNUR) anunció un aumento repentino del número de sirios que buscan refugio en los países vecinos, con la huida de alrededor de 11.000 personas en 24 horas. Aparte de los más de 300.000 sirios que han huido del país, los combates han desplazado a una cifra muy superior al millón de personas que permanecen en Siria, muchas en condiciones humanitarias desesperadas.
Amnistía Internacional ha declarado que el desplazamiento masivo e incesante de civiles de sus hogares es una clara medida de la gravedad de la crisis que afronta la nueva dirección de la oposición, que pide el apoyo de la comunidad internacional a su alzamiento contra las continuas medidas represivas del gobierno sirio. La organización ha pedido a la nueva dirección que demuestre, tanto de palabra como de obra, que no tolerará que la oposición armada cometa nuevos abusos.
Abusos de los grupos armados
En los últimos meses, los grupos armados de la oposición de toda Siria —tanto las fuerzas que combaten bajo la bandera del Ejército Sirio Libre como otras no vinculadas a éste— han sido acusadas de un número creciente de abusos graves y posibles crímenes de guerra, incluidos homicidios ilegítimos de prisioneros.
Amnistía Internacional pide a la nueva dirección de la oposición siria que establezca unos mecanismos de supervisión que contengan los abusos que cometen los grupos armados que están bajo su control. Esto incluye la creación de una estructura de mando efectiva capaz de garantizar que los combatientes conocen su obligación de respetar el derecho internacional humanitario, incluidas las precauciones necesarias para proteger la vida de los civiles capturados, y que pueda hacer cumplir las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional humanitario.
Violaciones cometidas por el gobierno sirio
La principal causa de muertes de civiles durante el conflicto armado es, con diferencia, el uso implacable por las fuerzas armadas sirias de bombardeos aéreos y ataques de artillería indiscriminados contra zonas civiles densamente pobladas.
Las fuerzas gubernamentales también han intensificado su uso de las bombas de racimo, prohibidas internacionalmente, contra ciudades y pueblos situados en zonas controladas por la oposición.
Estos ataques constituyen crímenes de guerra, han exacerbado la crisis de refugiados e incrementado de forma dramática el número de personas desplazadas en el interior de Siria.
El uso de armas prohibidas, como las bombas de racimo, por parte de las fuerzas armadas sirias, y los bombardeos aéreos de zonas urbanizadas han causado la muerte ilegítima, así como heridas, a un gran número de civiles y han destruido viviendas e infraestructuras, agravando una crisis de refugiados cada vez mayor.
Amnistía Internacional ha reiterado su llamamiento a los países vecinos de Siria para que mantengan abiertas sus fronteras a todos los refugiados que huyen del conflicto y les permitan acceder a un lugar seguro sin demora. La organización ha instado también a la Unión Europea a que intensifique sus esfuerzos para compartir la responsabilidad respecto de los refugiados y aliviar la presión a la que están sometidos los países vecinos de Siria.
Desde que comenzaron los disturbios en Siria a principios de 2011, Amnistía Internacional ha pedido en reiteradas ocasiones al Consejo de Seguridad de la ONU que remita la situación del país a la Corte Penal Internacional, congele los bienes del presidente Bashar al Assad y de otros altos cargos del gobierno, y pida a Rusia y a otros países que detengan el envío de armas al gobierno sirio.