Un activista egipcio ha sido condenado a tres años de prisión tras ser declarado culpable de “difamación de la religión”, una declaración de culpabilidad que Amnistía Internacional ha calificado de ataque indignante a la libertad de expresión.
El tribunal de El Cairo declaró a Alber Saber Ayad, activista y licenciado en ciencias informáticas de 27 años de edad, culpable de difundir en Internet material que difamaba la religión.
Se espera que Alber Saber Ayad sea puesto en libertad bajo fianza de 1.000 libras egipcias (160 dólares estadounidenses) el jueves 13 de diciembre, en espera de la apelación. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia, detenido exclusivamente por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión, y ha pedido su libertad inmediata e incondicional.
“Se trata de una declaración de culpabilidad y una condena indignantes para una persona cuyo único 'delito' ha sido publicar sus opiniones en la web”, ha manifestado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Esta declaración de culpabilidad le arruinará la vida, cumpla la condena o no. El tribunal debería haber rechazado el caso el primer día, y sin embargo ahora Alber Saber Ayad lleva la marca de haber insultado a la religión”.
Alber Saber Ayad fue detenido en su casa de El Cairo el 13 de septiembre de 2012, después de que unos grupos de hombres enfurecidos rodearan la casa y pidieran su muerte, acusándolo de herejía y ateísmo y de promover La inocencia de los musulmanes, una película considerada por muchos ofensiva.
La policía esperó hasta el día siguiente antes de responder a la llamada de la madre de Alber Saber Ayad. Cuando finalmente llegaron, los agentes detuvieron a Alber Saber Ayad y confiscaron su ordenador personal y varios CD.
El abogado del activista dijo a Amnistía Internacional que el juicio de su cliente se había visto enturbiado por la negativa del juez a permitir que la defensa citara a testigos clave, como por ejemplo los agentes responsables de la detención y la investigación, y las personas que habían presentado las primeras denuncias contra Alber Saber Ayad.
Mientras el activista estuvo detenido en la comisaría de policía de El Marg, en El Cairo, un agente, según los informes, incitó a otros detenidos a atacarlo. Asimismo, durante el juicio Alber Saber Ayad permaneció recluido en malas condiciones en la prisión de Tora: estuvo en una celda situada junto a una alcantarilla y sin luz ni agua limpia hasta que unas organizaciones de derechos humanos presentaron una queja ante la fiscalía en su favor.
La madre de Alber Saber Ayad dijo a Amnistía Internacional: “Es pura injusticia […] No puedo creer que, durante las investigaciones, le preguntaran sobre su religión y sobre las maneras en que la practica, eso no es asunto suyo. Han pasado tres meses y no puedo comer ni dormir porque sólo puedo verlo 10 minutos a la semana. Pido que Alber sea liberado, sólo es alguien que dice lo que cree, y pido que, por otra parte, [las autoridades] intenten atrapar a las personas que realmente incitan a la violencia.”
Amnistía Internacional ha presentado el caso de Alber Saber Ayad a los mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas.
Una amenaza más amplia a la libertad de expresión La declaración de culpabilidad de Alber Saber Ayad se ha producido tan sólo unos días antes de que la población egipcia vote una nueva constitución que, si se aprueba, prohibirá las críticas a la religión y a las personas, y abrirá la puerta a muchos más casos como este.
Aunque el artículo 45 del proyecto de constitución protege la libertad de expresión, esta protección se ve socavada por los artículos 44 y 31, que prohíben insultar y difamar a la religión y las personas, respectivamente.
“Las disposiciones de la nueva constitución egipcia violan la obligación internacional del país de proteger y defender la libertad de expresión, y tendrían un efecto devastador sobre dicha libertad en el futuro”, ha manifestado Hassiba Hadj Sahraoui.
“Egipto debe dejar de utilizar leyes de ‘blasfemia’ para procesar a personas. Toda nueva legislación o medida de otro tipo debe proteger y defender el derecho de las personas a criticar las religiones y otras creencias e ideas, como parte fundamental del derecho a la libertad de expresión”.
El derecho internacional de los derechos humanos protege la expresión de las ideas incluso cuando éstas sean consideradas ofensivas o insultantes.