La Conferencia de Naciones Unidas sobre Armas Ligeras fracasó esta madrugada en Nueva York al no llegar a ningún acuerdo a pesar de que la mayoría de los gobiernos, incluídos los de la Unión Europea y los gran parte de los países africanos y latinoamericanos, apoyaban controles más estrictos sobre el comercio internacional de armas pequeñas y ligeras.
Un pequeño grupo de gobiernos son los responsables de este fracaso. El más destacado de ellos, EEUU, mantuvo un férreo bloqueo en asuntos clave para la conferencia, haciendo imposible cualquier acuerdo. Por su parte, Cuba, India, Irán, Israel y Pakistán bloquearon los intentos de acordar unos controles globales sobre el comercio de armas ligeras, explica la campaña Armas bajo Control, promovida por Amnistía Internacional, Intermón Oxfam e IANSA.
“El mundo ha sido rehén de una ínfima minoría de países. Al ritmo actual de muertes, unas 12.000 personas han sido asesinadas por armas ligeras durante las dos semanas que ha durado esta conferencia. Estas personas han sido traicionadas”, explica Irene Milleiro, responsible del área de conflictos de Intermon Oxfam.
La campaña Armas bajo Control llevará ahora su petición de controles internacionales más estrictos sobre el comercio de armas a la Asamblea General de Naciones Unidas, que abordará esta cuestión en octubre. En ella, las decisiones son adoptadas habitualmente en votaciones, por lo que un pequeño grupo de países no podría bloquear avances en el control de las armas. Varios gobiernos han declarado ya que quieren que se presente en el Primer Comité de la Asamblea General un resolución para el comienzo de las negociaciones de un tratado internacional sobre comercio de armas legalmente vinculante.
“El mundo necesita desesperadamente un tratado internacional estricto y aplicable que pueda parar el flujo actual de armas hacia países en los que se violan los derechos humanos”, afirma Brian Wood, responsable de investigaciones sobre comercio de armas de Amnistía Internacional.
La campaña Armas bajo Control pide a los gobiernos que pongan en marcha este tratado y que acuerden unos principios globales sobre la venta de armas, para evitar que sigan contribuyendo no sólo a que se cometan más violaciones de los derechos humanos sino también al aumento de la pobreza en todo el mundo.
“Al permitir que la reunión fracase, los gobiernos han desperediciado una oportunidad para pasar a la acción que habría salvado muchas vidas. Es inaceptable que se reúnan durante dos semanas para no llegar a ningún acuerdo, en especial cuando 1.000 personas mueren cada día a punta de pistola”, dice Rebecca Peters, directora de IANSA. Más de un millón de personas en 160 países han respaldado la campaña Armas bajo Control uniéndose a la Petición por Un Millón de Rostros con fotografías en las que mostraban su apoyo a un mayor control del comercio de armas. Julius Arile, un atleta superviviente de la violencia armada en Kenia, fue la persona encargada de entregar esa petición al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.
“Vine a esta conferencia para pedirle a los gobiernos de todo el mundo que detengan la llegada descontrolada de armas a la región en la que vivo, en el norte de Kenia. He perdido a muchos amigos y a mi hermano a causa de la violencia armada. Estoy muy decepcionado porque el mundo no ha hecho nada por ayudarme ni a mi ni a un millon de personas como yo”, dice Julius Arile.
Más información en www.armasbajocontrol.org