En respuesta a la noticia de que Tenzin Wangmo, monja tibetana de 20 años, se prendió fuego y murió el lunes cerca del monasterio de Kirti, en la comarca de Ngaba, provincia de Sichuán, Amnistía Internacional ha declarado: “Se trata de la novena autoinmolación de personas de etnia tibetana en los últimos meses, e indica un nuevo nivel de desesperación entre la población tibetana por la represión que el gobierno chino ejerce sobre su cultura y su libertad de religión”. Se trata de una declaración de Sam Zarifi, director del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional. “Las autoridades chinas deben atender las demandas de la población tibetana, que desea practicar libremente su religión y disfrutar de su cultura. En lugar de eso, han optado por una respuesta dura que sólo servirá para acrecentar e intensificar el resentimiento”, ha manifestado Sam Zarifi.
El gobierno chino ha respondido a las protestas con detenciones masivas –incluida la de 300 monjes del monasterio de Kirti–, desapariciones forzadas, encarcelamiento, “reeducación patriótica de monjes” y posibles homicidios a manos de las fuerzas de seguridad.
“La fuerte presencia de las fuerzas de seguridad en estas regiones contribuye a deteriorar un clima ya de por sí tenso. Las personas encarceladas por realizar protestas pacíficas deben ser puestas en libertad de inmediato”, ha manifestado Sam Zarifi.
El monasterio de Kirti se encuentra en la comarca de Aba (Ngaba), en una zona de etnia tibetana de la provincia de Sichuán que ha sido escenario de repetidas protestas contra la negación de los derechos religiosos y culturales. Siete monjes y ex monjes del monasterio se han prendido fuego en los últimos meses. Un octavo monje, del monasterio de Nyitse, se prendió fuego en la comarca de Ganzi (Kardze), también en la provincia de Sichuán.