Ante los alarmantes datos que indican que el académico iranosueco Ahmadreza Djalali, detenido arbitrariamente en Irán desde abril de 2016, corre grave riesgo de ser ejecutado de forma inminente en ese país como represalia, Diana Eltahawy, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, ha declarado:
“En medio del acusado aumento de las ejecuciones en Irán iniciado en noviembre, hay indicios crecientes de que las autoridades iraníes amenazan con ejecutar a Ahmadreza Djalali como represalia por sus demandas no satisfechas de desviar el curso de la justicia en Suecia. El cruel juego con la vida de Ahmadreza Djalali, que comenzó inmediatamente después de que un tribunal de apelación sueco confirmara la sentencia condenatoria y la pena de cadena perpetua impuestas al ex funcionario de prisiones iraní Hamid Nouri por el papel que había desempeñado en las matanzas penitenciarias de 1988, aumenta la preocupación por la posibilidad de que las autoridades iraníes estén reteniendo a Ahmadreza Djalali como rehén para obligar a Suecia a hacer un intercambio de presos”.
“La comunidad internacional, incluida Suecia, debe pedir inmediatamente a las autoridades iraníes que detengan cualquier plan de ejecutar a Ahmadreza Djalali, acaben con su escandaloso ataque contra el derecho a la vida, pongan en libertad a Ahmadreza Djalali de inmediato y decreten una moratoria de todas las ejecuciones.”
“La comunidad internacional, incluida Suecia, debe pedir inmediatamente a las autoridades iraníes que detengan cualquier plan de ejecutar a Ahmadreza Djalali, acaben con su escandaloso ataque contra el derecho a la vida, pongan en libertad a Ahmadreza Djalali de inmediato y decreten una moratoria de todas las ejecuciones. Las autoridades iraníes deben ser investigadas por el delito de toma de rehenes”.
Información complementaria
El 19 de diciembre de 2023, un tribunal de apelación sueco confirmó la sentencia condenatoria y la pena de cadena perpetua impuestas a Hamid Nouri por el papel que había desempeñado en las matanzas penitenciarias de Irán de 1988. Al día siguiente, 20 de diciembre, medios de comunicación estatales iraníes difundieron un vídeo de propaganda con confesiones forzadas de Ahmadreza Djalali, incluida la de ser un espía para Israel. Ahmadreza Djalali ha negado reiteradamente estas acusaciones y ha afirmado que hizo sus confesiones forzadas bajo tortura y otros malos tratos. El vídeo de propaganda incluye las confesiones forzadas del iranosueco Habib Chaab, a quien las autoridades iraníes ejecutaron arbitrariamente en secreto en mayo de 2023, lo que aumenta la preocupación que suscita el hecho de que Ahmadreza Djalali corre riesgo de ejecución inminente.
Después, el 22 de diciembre de 2023, según información revelada por la familia de Ahmadreza Djalali, un funcionario de la judicatura visitó a éste en prisión y le advirtió de que su sentencia condenatoria y pena de muerte estaban “confirmadas” y de que “se implementarán pronto”. Escandalosamente, el funcionario también dijo que Suecia retenía a Hamid Nouri para presionar a Irán a fin de que liberase a Ahmadreza Djalali. En los últimos días, los medios de comunicación estatales iraníes han repetido estas afirmaciones inverosímiles a pesar de que Ahmadreza Djalali lleva encarcelado en Irán desde 2016, más de dos años antes de la detención de Hamid Nouri.
Las autoridades iraníes condenaron a muerte a Ahmadreza Djalali por “corrupción en la tierra” (efsad-e fel-arz) en octubre de 2017, tras un juicio manifiestamente injusto ante la Sección 15 del Tribunal Revolucionario de Teherán.
Las autoridades iraníes se han embarcado recientemente en otra alarmante oleada de ejecuciones que han acabado con la vida de al menos a 115 personas solamente en noviembre de 2023.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia de la naturaleza del delito, las características de la persona condenada o el método de ejecución utilizado por el Estado para matarla. La pena de muerte es una violación del derecho a la vida y el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante.