En respuesta a los informes confirmados de que el destacado defensor de los derechos humanos emiratí Ahmed Mansoor lleva más de tres semanas en huelga de hambre para protestar por sus condiciones de reclusión y por el injusto juicio al que fue sometido antes de ser condenado, Lynn Maalouf, directora de Investigación de Amnistía Internacional sobre Oriente Medio, ha declarado:
“Evidentemente, a las autoridades de EAU no les basta haber declarado culpable y condenado indebidamente a Ahmed Mansoor a 10 años entre rejas. Parece que quieren aplastarlo aún más convirtiendo su vida en prisión en una experiencia insoportable, que incluye mantenerlo en régimen de aislamiento desde que fue detenido hace dos años”.
“Para empezar, como defensor de los derechos humanos, detenido exclusivamente por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión, Ahmed Mansoor nunca debería haber sido juzgado y encarcelado, y nos preocupa enormemente que su prolongada huelga de hambre provoque un deterioro de su salud.”
“El único 'delito' cometido por Ahmed Mansoor fue expresar sus opiniones pacíficas en las redes sociales”Lynn Maalouf, Amnistía Internacional
“El único ‘delito’ cometido por Ahmed Mansoor fue expresar sus opiniones pacíficas en las redes sociales. Resulta indignante que las autoridades adopten una actitud tan vengativa contra él, especialmente después de declarar 2019 como el ‘año de la tolerancia’. Ahmed Mansoor debe ser puesto en libertad de inmediato y sin condiciones.”
“En espera de su liberación, las autoridades emiratíes deben garantizar que se mejoran las condiciones de reclusión de Ahmed Mansoor, de acuerdo con las normas internacionales, y que este defensor tiene acceso inmediato y periódico a su familia y a la atención médica que pueda necesitar.”
Información complementaria Ahmed Mansoor es bloguero y poeta, además de un destacado defensor de los derechos humanos, galardonado con el prestigioso Premio Martin Ennals para los Defensores de los Derechos Humanos en 2015.
Fue detenido el 20 de marzo de 2017 en su casa del emirato de Ajman (EAU), y un año después comenzó su juicio ante la Sala de Seguridad del Estado del Tribunal Federal de Apelación. El 29 de mayo de 2018 fue condenado a 10 años de prisión y a una multa de 1.000.000 de dirhams emiratíes (unos 270.000 dólares estadounidenses). El tribunal también ordenó que quedara sometido a vigilancia durante tres años después de su excarcelación. Su declaración de culpabilidad y su condena se confirmaron en apelación el 31 de diciembre de 2018.