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Dos meses después, continúan las detenciones

Londres.- Amnistía Internacional condena las nuevas detenciones de activistas políticos en Myanmar, practicadas pese al compromiso formulado a principios de noviembre por el primer ministro Thein Sein al representante especial de la ONU Ibrahim Gambari de que no habría más detenciones.

“Dos meses después de la violenta represión de las manifestaciones pacíficas, las detenciones arbitrarias continúan imparables como parte de la supresión sistemática de la libertad de expresión y asociación que, en contra de sus afirmaciones sobre el retorno a la normalidad, está llevando a cabo el gobierno”, ha manifestado Catherine Baber, directora del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional.

“Para el gobierno militar, la palabra ‘normalidad’ puede significar el regreso a violaciones sistemáticas y generalizadas de derechos humanos lejos de la atención de los medios de comunicación, pero la comunidad internacional no debe seguir tolerando esta situación”, ha añadido Catherine Baber.

Amnistía Internacional confirma que, desde principios de noviembre, se han llevado a cabo las siguientes detenciones:

  • el 4 de noviembre, U Gambira, presidente de la Alianza Panbirmana de Monjes y líder de las manifestaciones de septiembre, fue detenido y, según los informes, acusado de traición. Dos de sus familiares detenidos anteriormente como “rehenes” en un intento de obligarlo a salir de su escondite han permanecido recluidos;
  • el 13 de noviembre, el gobierno detuvo a Su Su Nway, miembro de la rama juvenil del principal partido de oposición, la Liga Nacional para la Democracia. Su camarada Bo Bo Win Hlaing fue detenido junto con ella cuando colocaba carteles antigubernamentales;
  • el 14 de noviembre, al menos tres personas fueron detenidas en Yangón por repartir folletos antigubernamentales;
  • el 15 de noviembre, las autoridades asaltaron un monasterio en el oeste del estado de Rajine y detuvieron al monje U Than Rama, buscado por su participación en las protestas de septiembre. Según los informes, durante el asalto el monje fue golpeado, y se desconoce su paradero;
  • el 20 de noviembre se detuvo a Myint Naing, miembro destacado de la Liga Nacional para la Democracia;
  • también el 20 de noviembre, U Tin Ohn, dirigente del grupo étnico arakanés, fue detenido, y se desconoce su paradero;
  • el 20 y 21 de noviembre, otros dirigentes de grupos étnicos, como los arakaneses Cin Sian Thang y U Aye Thar Aung, Naing Ngwe Thein, del Frente Democrático Nacional Mon, y el dirigente político kachin U Hkun Htoo, fueron detenidos, pero quedaron en libertad tras ser interrogados;
  • el 26 de noviembre, Aung Zaw Oo, miembro del grupo Defensores y Promotores de Derechos Humanos, fue detenido en Yangón, probablemente por su participación en la planificación de actos para conmemorar el Día de los Derechos Humanos, que se celebra el 10 de diciembre.
Amnistía Internacional siente una profunda decepción por el hecho de que continúen estas detenciones pese a las promesas gubernamentales en sentido contrario. La semana pasada, sin ir más lejos, el gobierno de Myanmar asistió a la cumbre del 40 aniversario de la ASEAN, donde firmó la nueva Carta de la organización, por la que se comprometía a “promover y proteger los derechos humanos”.

Hasta el momento, hasta 700 personas detenidas durante las protestas de septiembre y después de ellas permanecen recluidas, y tampoco se ha puesto en libertad a 1.150 presos y presas políticos detenidos antes de las protestas.

Amnistía Internacional pide urgentemente al gobierno de Myanmar que ponga en libertad a todas las personas detenidas o encarceladas exclusivamente por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación, entre ellas los presos y presas de conciencia que llevan tiempo recluidos o que han sido detenidos recientemente, y le pide asimismo que no realice nuevas detenciones.

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