Las autoridades chinas deben poner en libertad de inmediato a dos practicantes de Falun Gong encarcelados por sus creencias en la provincia de Hebei, ha dicho hoy Amnistía Internacional. Según los informes, ya son casi 3.000 los residentes de la zona que han firmado peticiones para que se ponga fin a su encarcelamiento.
Zhou Xiangyang, de 38 años, quedó en libertad en 2009 tras cumplir seis de los nueve años de una condena de cárcel. Volvió a ser detenido en marzo de este año y actualmente está recluido en la cárcel de Gangbei, situada en la ciudad de Tianjin, al norte del país, donde según los informes ha sido reiteradamente torturado. Su esposa fue detenida el 29 de octubre, después de publicar una carta abierta relatando las penalidades de la pareja.
“En una reacción poco habitual en China, miles de ciudadanos de a pie se han atrevido a expresar públicamente su apoyo a unas personas detenidas injustamente y torturadas bajo custodia. Esto demuestra que la opinión pública china conoce y condena la persecución que sufren las personas por sus creencias espirituales. Ya es hora de que las autoridades chinas escuchen esta petición y pongan fin a su brutal represión del grupo Falun Gong”, ha dicho Catherine Baber, directora adjunta de Amnistía Internacional para Asia.
"Zhou Xiangyang y su esposa Li Shanshan deben quedar en libertad inmediatamente. Dada la habitual práctica de tomar represalias contra quienes muestran cualquier tipo de apoyo hacia los practicantes de Falun Gong, instamos a las autoridades a que no pongan en el punto de mira a las personas que han pedido pacíficamente la puesta en libertad de Zhou Xiangyang", ha añadido Baber.
Las autoridades chinas se han negado a informar a la familia o al abogado de Li Shanshan sobre su paradero, pero el 9 de noviembre el Departamento de Seguridad Pública de Tangshan notificó a su madre y a su abogado que Li había sido condenada a dos años de reeducación por el trabajo y había sido enviada fuera.
Su familia la vio por última vez el 4 de noviembre en el Centro de Educación Jurídica de Tangshan. Estos centros de detención fueron creados especialmente para obligar a los practicantes de Falun Gong a renunciar a sus creencias.
Zhou Xiangyang lleva en huelga de hambre desde su detención en marzo. Este mes, sus familiares han sido reiteradamente interrogados e intimidados por la policía local en relación con la petición.
La cárcel de Gangbei es famosa por los malos tratos a los practicantes de Falun Gong. Según los informes, en julio de este año murió un practicante de este movimiento, Li Xiwang, tras ser torturado.
Falun Gong es un movimiento espiritual que consiguió gran número de adeptos en China durante la década de 1990. Tras una concentración pacífica en la plaza de Tiananmen, en julio de 1999, el gobierno ilegalizó el grupo, calificándolo de “amenaza para la estabilidad social y política”.
Decenas de miles de practicantes de Falun Gong han sido detenidos arbitrariamente como parte de una campaña de intimidación y persecución contra el grupo.
Los practicantes han sido recluidos en hospitales psiquiátricos o centros de reeducación por el trabajo –un tipo de detención administrativa en la que las personas pueden ser privadas de su libertad sin cargos, juicio ni revisión judicial–, o condenados a largas penas de cárcel.