“Las autoridades de Bangladesh deben abandonar los planes de reubicar a más de 100 familias rohinyás en una isla remota de la bahía de Bengala que la ONU no ha declarado aún habitable y adonde muchas personas refugiadas son aún reacias a trasladarse”, ha declarado Amnistía Internacional.
Según los medios de comunicación locales, el gobierno bangladeshí ha ultimado los preparativos para reubicar este mes a entre 300 y 400 personas refugiadas rohinyás en la isla de sedimentos de Bhashan Char “de forma voluntaria”. Algunas personas refugiadas rohinyás a las que entrevistó Amnistía Internacional este mes dijeron que las autoridades a cargo de los campos para personas refugiadas de Cox’s Bazar las han coaccionado para que se inscribieran para la reubicación.
Amnistía Internacional ha obtenido una lista parcial de las familias rohinyás identificadas para ser reubicadas en Bhashan Char, donde ya viven en condiciones precarias alrededor de 300 personas refugiadas rohinyás.
”Aparte del hecho de que la ONU no ha considerado habitable Bhashan Char, este procedimiento de reubicación suscita serias dudas. Muchas de las personas rohinyás con las que hemos hablado no han dado su consentimiento completo e informado a su traslado a una isla de la que no saben nada”, afirmó Omar Waraich, director de Amnistía Internacional para Asia Meridional.
“Todas las decisiones sobre la reubicación de personas refugiadas han de ser transparente e implicar la plena participación de la población rohinyá. Mientras tanto, deben abandonarse los planes para nuevas reubicaciones. Las autoridades bangladeshíes deben permitir que la ONU lleve a cabo una evaluación de Bhashan Char y devolver inmediatamente a los cientos de personas refugiadas rohinyás que están actualmente en la isla a Cox’s Bazar, junto a sus familias”.
Una mujer rohinyá incluida en la lista dijo a Amnistía Internacional que se había inscrito para ir a la isla porque su esposo está allí. Como madre sola con un hijo de corta edad y sin ningún familiar en el campo, se enfrenta a numerosos problemas. “Es muy difícil vivir esta vida de refugiada. No tengo ninguna otra opción. Parece que el gobierno nunca permitirá que mi esposo salga de la isla”, dijo.
Dos familias rohinyás fueron incluidas en la lista para la reubicación después de denunciar daños parciales en sus alojamientos al majhi —líder comunitario rohinyá elegido por las autoridades bangladeshíes en la mayoría de los campos— y a las autoridades a cargo de los campos de refugiados. En lugar de reparar sus alojamientos, les dijeron que debían ser reubicados en Bhashan Char.
“He pedido muchas veces a las ONG y al CIC (autoridad del campo) ayuda para arreglar mi alojamiento. Seguimos teniendo dificultades para estar en el alojamiento. No me están ayudando a reubicarme dentro del campo ni en otros campos”, dijo un cabeza de familia rohinyá. El jefe majhi de su campo le dijo que, si se reubicaba, se le condonarían las deudas en que había incurrido para dar de comer a su familia y pagar el tratamiento médico de su esposa. “Decidí inscribirme para la reubicación porque no tenía otra opción”, dijo.
Otro hombre dijo que se había inscribo para reubicarse en la isla en 2019 después de que el majhi de su campo le dejara sin ayuda humanitaria. “Quise reubicarme en la isla en ese momento para huir de una sociedad en la que algunas personas poderosas discriminaban a los pobres. Los majhis abusaban de su poder conmigo. Pero el problema está resuelto ahora”, dijo el hombre de 33 años, cabeza de una familia de cinco miembros, que cree que el gobierno no reubicará forzosamente a nadie en la isla. Sin embargo, figura en la lista elaborada este mes por el funcionario a cargo del campo de personas refugiadas.
Un jefe majhi dijo a Amnistía Internacional que las autoridades a cargo de los campos los presionan para que faciliten listas de personas refugiadas para ser reubicadas.
“Basándose en las experiencias de las personas con las que ha hablado Amnistía Internacional, muchas de las personas rohinyás que se han inscrito para ser reubicadas en Bhashan Char lo han hecho obligadas y no por decisión propia”, concluyó Omar Waraich.
“Bangladesh ha demostrado una encomiable generosidad al acoger a casi un millón de personas refugiadas rohingyas. En lugar de reubicaciones apresuradas que siguen dejando tanto a Bangladesh como a la población rohinyá en un limbo, lo que esta prolongada situación requiere es que las comunidades local, internacional y rohinyá trabajen juntas para encontrar una solución sostenible”.
Amnistía Internacional también ha pedido el acceso sin trabas a Bhashan Char de las organizaciones de derechos humanos y humanitarias a fin de hacer evaluaciones independientes.
Información complementaria
Amnistía Internacional entrevistó a cinco personas de diferentes familias que representaban a un total de 23 personas refugiadas de la lista para la reubicación.
En septiembre de 2020, Amnistía Internacional publicó el informe ‘Let Us Speak for our Rights’, que expone cómo la exclusión de la toma de decisiones afecta a los derechos humanos de la población refugiada rohinyá. El informe incluye un apartado sobre las condiciones de la población rohinyá en Bhashan Char.
Una evaluación técnica y de protección de la ONU, que está pendiente desde noviembre de 2019, trata de determinar la “seguridad y sostenibilidad” de la isla, la “seguridad” del personal humanitario, la “protección” de los derechos humanos de las personas refugiadas, las oportunidades de “medios de vida sostenibles” y la “logística y la accesibilidad” relativas a alimentos y suministros.