La fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU y las autoridades congolesas deben actuar con urgencia para proteger a la población civil de los ataques esporádicos de los rebeldes armados, que han dejado al menos un centenar de muertos en el último mes, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
Según informes, en el ataque más reciente, perpetrado durante la noche del 30 de octubre de 2014, el grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) mató a 18 civiles e hirió gravemente a otros siete en Kampi ya Chuyi, a unos 75 kilómetros de la localidad de Beni, en el este de la República Democrática del Congo.
“Las ADF y otros grupos armados deben renunciar a su ilícita campaña de violencia contra la población civil. Las autoridades congolesas y la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU deben garantizar la protección de los civiles en peligro”, ha dicho Sarah Jackson, directora adjunta regional para África Oriental.
“Estos homicidios ilegítimos y secuestros de civiles no deben quedar impunes. Las autoridades congolesas deben garantizar que se lleva a cabo sin demora una investigación imparcial e independiente para poner a sus autores a disposición judicial.”
Al parecer, los ataques contra civiles inocentes perpetrados por las ADF y otros grupos armados en el territorio de Beni son en represalia por las operaciones militares lanzadas en enero de 2014 por el ejército congolés con el apoyo de la fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas (MONUSCO).
Si bien la operación Sokola 1 (operación de limpieza) en Lingana obligó a los rebeldes a salir de su base en la selva, al parecer se han reagrupado y han lanzado una serie de ataques, perpetrando homicidios arbitrarios y secuestrando a civiles.
Según informan las organizaciones de la población civil que vigilan la situación, desde principios de octubre de 2014 las ADF al menos han matado a un centenar de civiles (con armas de fuego, machetes, hachas y azadas), herido de gravedad a 27 y secuestrado a 10 en el territorio de Beni.
El 17 de octubre de 2014, en Eringeti, población situada en el territorio de Beni, fueron asesinados al menos 21 civiles y otros dos murieron a consecuencia de las heridas sufridas en un ataque similar. Además, otros seis fueron secuestrados. Según los informes, las ADF llevaron a cabo ataques similares contra la población civil en otras zonas, como Mayimoya, Kisiki, Linzo, Maibo y la ciudad de Beni.
También se han conocido denuncias de destrucción y saqueo de bienes civiles a manos de las ADF.
“La escalada de violencia que viene produciéndose desde principios de mes debe ser una llamada de atención al gobierno congolés y la MONUSCO. No deben escatimarse esfuerzos para evitar que continúe la oleada de ataques”, ha dicho Sarah Jackson.
“Es preciso transmitir claramente a los dirigentes de las ADF el mensaje de que los ataques contra la población civil constituyen una grave infracción del derecho internacional humanitario y que tendrán que responder de cualquier abuso contra los derechos humanos perpetrado por sus miembros.”
Amnistía Internacional pide a las ADF y al ejército congolés que cumplan el derecho internacional humanitario y que tanto ellos como la MONUSCO garanticen la plena protección de la población civil.