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María Ramírez. © Private

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Mujeres contra el coronavirus (V)

  • LA GENERACIÓN MILLENNIAL: SIN ACABAR DE SALIR DE UNA CRISIS Y YA ESTAMOS METIDAS EN OTRA
Por María Ramírez, activista de Amnistía Internacional,

Dentro de esta crisis sanitaria estamos viviendo otra: la crisis de quienes cumplen veintimuchos o treinta años, otra crisis más para la tan sonada “generación mejor preparada, la generación perdida”. Y conscientes de que venimos de una crisis muy profunda, la financiera, para meternos en otra más profunda todavía, la sanitaria y la económica.

En mi caso, fue terminar la carrera de trabajo social en 2012, con la gran crisis económica que afectó aún más al tercer sector, porque no sólo se recortó en su financiación, sino también en personal. Así, terminar la carrera y ver que no era nada fácil encontrar trabajo de lo que estudiaste, te suponía más frustración. Yo fui “afortunada” y, mientras me seguí formando, pude encontrar trabajo en el sector de la hostelería donde estoy hasta este momento.

Durante esta crisis sanitaria, nuestra generación, las y los jóvenes, estamos viendo que no tenemos nada seguro, que no hemos podido independizarnos o simplemente conseguir un trabajo, y a esto se añade que siendo mujer sientes una presión aún mayor, porque hoy todavía seguimos escuchando “si a los 30 no estás casada ni has tenido hijos, ¿a qué esperas? Has fracasado”.

Esta época la estoy pasando en casa con mis padres y mi hermana, porque aún no pude independizarme, porque mi situación económica y laboral no me permite poder alquilar un piso por mi cuenta o en compañía. Y te empiezas a plantear que ya tienes una edad, y que aunque estás trabajando en algo que te gusta, quieres trabajar en aquello que el Estado ha invertido en tu formación como trabajadora social. La experiencia laboral que te piden de 2 a 4 años para un puesto de trabajo no la has conseguido, porque es un círculo vicioso o una pescadilla que se muerde la cola: no hay experiencia, no hay contratación; no hay contratación, no hay experiencia para ese puesto en el que estás segura que vas a poner todo tu compromiso.

Ahora, además, me he visto envuelta en un ERTE, que te da cierta estabilidad porque sabes que podrás volver al trabajo, pero con la crisis que se avecina, una se pregunta ¿me recortarán el sueldo, me bajarán las horas?... Y ya ni hablemos de pensar en una jubilación de aquí a 40 años.

Esta crisis nos está diciendo a mi generación: no tenéis nada seguro, no creáis que os podéis independizar. Y si eres mujer, tienes la presión de una sociedad que te demanda, además, en el más conservador sentido de la palabra, que tengas hijos YA, que te tienes que casar o al menos irte a vivir con tu pareja porque si no, “has fracasado como mujer”.

María, activista de Amnistía Internacional

María es activista de Amnistía Internacional. © Private

No es sólo una crisis sanitaria y económica, es social, generacional y de género. Es verte desamparada, frustrada por no poder llegar a ese objetivo que te propusiste con tus veintipocos años, cuando terminaste la carrera y creías que podrías desarrollar esa profesión que tanto te gusta. Pero la crisis de 2008 está aún ahí para recordarte que no, que tus opciones se acaban, y ver como la generación que viene detrás tuya, te está comiendo el terreno, que vienen los más jóvenes y están consiguiendo lo que tú en tu día no pudiste y que ahora te cuesta más porque para la sociedad ya no eres joven, ya eres una mujer adulta.

Por eso, esta crisis sanitaria es también económica, y por tanto laboral, ya que los puestos de trabajo de cualquier sector se verán tocados y en algunos sectores hasta mermados. Es generacional, la generación millennial (nacidos en los años 80 y los 90) estamos viendo que no salimos de una crisis y ya estamos metidas en otra, que nos afectará aún más en el futuro; es de género, a las mujeres se nos exige más, se nos sigue exigiendo el cuidar a los nuestros, el que tienen que formar una familia. Pero ¿por qué a nosotras?, ¿por qué a mis compañeros varones no se les exige? Siempre a la mujer, ese bastón de la sociedad, por lo que al final todas las crisis, sean económicas, sanitarias, sociales, nos afectan siempre más a nosotras de una manera u otra.

Nuestra generación es una generación, como tantas otras, de mujeres fuertes, que luchan por un mundo más justo. Eso es lo que yo entiendo, y eso es lo que esta crisis me está enseñando, me está afianzando todavía más en esa idea de una sociedad más igualitaria.

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