Miles de niños y niñas migrantes están siendo separados de sus familias y metidos en jaulas en Texas (Estados Unidos), víctimas de una política inadmisible y cruel que constituye tortura.
En lugar de poder pedir asilo con dignidad, estas familias, que llegan tras huir de la persecución y la violencia en sus países de origen, son tratadas con absoluto desprecio y crueldad. Las niñas y niños son separados de sus madres y padres en la frontera y encerrados en una especie de jaulas creadas con vallas de metal.
Separar a las familias mientras buscan asilo es una violación flagrante de los derechos humanos. Amnistía Internacional pide al gobierno de Donald Trump que ponga fin de inmediato a esta política innecesaria, devastadora e ilegal de separación forzada, y que reúna a las familias que ya han sido separadas lo más rápidamente posible.
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