Las autoridades de Zimbabue deben garantizar que las fuerzas de seguridad ejercen la moderación y respetan los derechos de quienes protestan contra la subida drástica del precio de los combustibles; así lo ha manifestado Amnistía Internacional el segundo día de “paro” nacional. Debido a las medidas represivas, al menos 8 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad y 200 han sufrido detención arbitraria. Desde los municipios de Harare y Bulawayo han llegado informes sobre el uso de armas de fuego y gas lacrimógeno por las fuerzas de seguridad contra quienes se manifestaban por la subida del 150% en los precios de los combustibles. En Epworth, una mujer resultó gravemente herida por disparos cuando se dirigía a su trabajo y estaba cerca de una comisaría de policía, según información publicada en medios de comunicación. A un muchacho le dispararon en el abdomen en Mbare. “Años de mala gestión política y económica han llevado al descalabro de la economía zimbabuense. Millones de zimbabuenses están aterrorizados ante las repercusiones de la subida de los combustibles en su vida diaria, en particular en la alimentación y la asistencia médica”, ha dicho Muleya Mwananyanda, directora adjunta de Amnistía Internacional para África Austral. “Las autoridades de Zimbabue deben garantizar que la población pueda expresar sus opiniones con libertad y seguridad, y asimismo investigar de forma adecuada, imparcial e independiente las denuncias sobre disparos de la policía contra manifestantes. La policía sólo debe recurrir a la fuerza cuando sea estrictamente necesario. Aun entonces, deberá ejercer la moderación en todo momento y reducir al mínimo necesario la fuerza empleada, y sólo utilizará armas de fuego como último recurso y cuando sea estrictamente necesario para proteger vidas.” Amnistía Internacional ve asimismo con alarma las medidas represivas adoptadas por el gobierno frente a las protestas, incluido el bloqueo del acceso a Internet para impedir que la gente apoye u organice protestas. Según informes, la policía y el ejército también han sometido a palizas y otros malos tratos a personas que se estaban manifestando. El 13 de enero, el portavoz del gobierno, Nick Mangwana, prometió reprimir con dureza a los “elementos empeñados en aprovecharse de la actual escasez de combustible para causar y promover la agitación y la inestabilidad en el país”. Se ha desplegado un gran número de efectivos de seguridad en las calles de las principales ciudades, incluida la capital, Harare. “Las autoridades deben poner fin a la práctica de detener arbitrariamente a quienes participan en las manifestaciones. Las personas detenidas deben ser liberadas si no son acusadas en breve de algún delito reconocible”, ha afirmado MuleyaMwananyanda. El Congreso Sindical de Zimbabue, organización sindical local, convocó un paro nacional, afirmando que la subida de precios de los combustibles era “insensible y una provocación”. Además, el gobierno ha acusado a los organizadores del paro nacional y a las organizaciones de la sociedad civil de actuar deliberadamente para desestabilizar el país y colaborar con “extranjeros” en la consecución de tal fin. Desde entonces, las autoridades han amenazado veladamente a estos organizadores “extranjeros” anónimos, sugiriendo que se les revocará el visado y serán expulsados de Zimbabue. “Los organizadores del paro nacional no representan una amenaza para nadie; lo único que han hecho es pedir a la gente que se quede en casa como medida de protesta pacífica contra la subida de los combustibles”, ha explicado MuleyaMwananyanda. “En lugar de amenazar a quienes critican al gobierno, las autoridades deben centrarse en abordar las causas fundamentales de que la población esté echándose a la calle, y en construir una economía inclusiva para todos los zimbabuenses.” Se han recibido asimismo informes sobre incendios de comisarías, saqueos de comercios, destrucción de propiedad privada y la quema de la sede central del MDC, principal partido de la oposición. Información complementaria El 12 de enero, el presidente Emmerson Mnangagwa anunció la subida del precio de los combustibles, que entró en vigor al día siguiente. Los precios del diésel y la gasolina, combustibles utilizados principalmente para el transporte de personas y mercancías en Zimbabue, han subido un 150%. Zimbabue sufre escasez crónica de dólares estadounidenses, la moneda adoptada oficialmente cuando el país renunció al dólar zimbabuense en 2009 debido a la hiperinflación. Hay escasez de bienes de consumo en el país desde hace varios meses, y algunas tiendas han cerrado sus puertas debido a la falta de dólares estadounidenses.
Zimbabue: Escalada de la represión de las protestas por la subida drástica del precio de los combustibles
- Ocho personas muertas, según informes
- Las autoridades bloquearon el acceso a Internet
- Doscientas personas detenidas arbitrariamente
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