Hemos recibido una noticia fantástica, casi cuando nuestra campaña global de Escribe por los derechos llegaba a su término: Vladimir Akimenkov, uno de los tres de presos de conciencia de Bolotnaya, ha recobrado la libertad.
En los 83 países que han participado en nuestra campaña habrá motivo para celebrar esta fantástica noticia.
A lo largo de las últimas semanas, centenares de miles de simpatizantes de Amnistía Internacional han emprendido acciones en favor de Vladimir y de otras personas que estaban en peligro de sufrir abusos de derechos humanos. Hasta el momento, hemos sumado la increíble cantidad de 1,4 millones de mensajes expresando apoyo a los derechos humanos. En estos momentos, nuestros mensajes empiezan a inundar despachos de autoridades gubernamentales, cárceles y hogares de las familias de los afectados. Nuestra experiencia demuestra que puede ser fácil mirar para otro lado ante un único mensaje, pero que es mucho más difícil hacer oídos sordos si muchas personas alzan su voz reclamando cambios.
Eventos extraños y maravillosos
Escribe por los Derechosempezó una tarde de diciembre de hace 12 años en Polonia, cuando un pequeño grupo de miembros de Amnistía Internacional tuvo la brillante idea de organizar maratones de envío de cartas durante 24 horas en favor de los derechos humanos.La semilla que plantaron germinó como fuerza global, creciendo y ramificándose hasta convertirse en el evento de derechos humanos más grande del mundo.
Este año, activistas de sitios tan dispares como Islandia y Argentina, Corea del Sur y Argelia, o Nueva Zelanda y Burkina Faso, organizaron una impresionante variedad de eventos para transmitir su mensaje: conciertos, proyección de imágenes de personas en situación de riesgo en las fachadas de embajadas, vídeos, reuniones con autoridades y trabajo con los medios de comunicación.
En Chile, los activistas organizaron una maratón ciclista, en el curso de la cual recogieron firmas y a la que se unieron célebres artistas chilenos en lo que acabó siendo un gran festival de los derechos humanos.
En Togo se celebró un concierto organizado por voluntarios y voluntarias en el que se recogieron más de 22.000 firmas.
Desde 70 ciudades alemanas se enviaron más de 84.000 mensajes durante los eventos que se organizaron en ellas.
Guinea y Venezuela se tomaron literalmente la idea de una “maratón de envío de cartas”, y pidieron a diversos atletas que recogieran firmas durante maratones reales.
‘Resurge la llama de la esperanza’
Este inmenso apoyo global no tiene precio para las personas por las que trabajamos en Escribe por los Derechos. Ihar Tsikhanyuk, activista bielorruso de los derechos de las personas gais, a quien la policía propinó una paliza a causa de su orientación sexual, nos contó lo siguiente:“Cuando me siento sin esperanzas para seguir luchando, leo una de vuestras cartas para inspirarme. Entonces resurge la llama de la esperanza y recupero la confianza en mí mismo y en mi capacidad para hacer que las cosas cambien. Agradezco a todo el mundo sus cartas de apoyo y de solidaridad”.
Ihar viajó a Francia en diciembre para entrevistarse con otros activistas y compartir experiencias. También se reunió con representantes del gobierno, con estudiantes de enseñanza secundaria y con medios de comunicación, y nos contó que los mensajes que había recibido de todo el mundo le habían dado esperanzas en su lucha por la justicia.
Y en Honduras, un grupo de defensores y defensoras de los derechos humanos nos informó de que nuestra campaña les había levantado la moral en unos momentos muy difíciles para ellos, envueltos en las sombras de las amenazas y la intimidación: “Estoy muy impresionado por el impacto que está teniendo la campaña. La noticia de la campaña ha llegado a la gente a través de los medios y ahora no paran de llamar para transmitirnos su ánimo. Incluso ha habido gente que ha llamado desde Irlanda”.
Juntos estamos transmitiendo a los gobiernos un mensaje muy poderoso: que no vamos a dejar de presionar hasta que se haga lo correcto, que el mundo está observando.
La campaña de este año de Escribe por los Derechos termina pronto, pero antes queremos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que han participado. Esperamos que todos sigan colaborando con nosotros en 2014, esforzándose por conseguir cambios para las muchas personas que –como los compañeros de prisión de Vladimir Akimenkov– aún siguen esperando justicia.