Londres.- La persistente cultura de la impunidad entre los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el personal penitenciario, así como en las fiscalías, fomenta los malos tratos en los centros de detención de Bosnia y Herzegovina, dice un informe de Amnistía Internacional publicado hoy.
“Pese a sus obligaciones en virtud de la legislación internacional y nacional, las autoridades de Bosnia y Herzegovina no impiden los malos tratos que siguen preocupando por su frecuencia en todas partes del país. A menudo las palizas no se denuncian ni se investigan, ya que las víctimas tienen temor a las represalias y, cuando se formula una denuncia, ésta no se investiga”, ha manifestado David Diaz-Jogeix, director adjunto del Programa Regional para Europa y Asia Central.
El informe, Bosnia and Herzegovina: “Better keep quiet”: ill-treatment by the police and in prisons, hace un llamamiento a las autoridades de Bosnia y Herzegovina para que transmitan a todos los sectores el claro mensaje de que los malos tratos infligidos por funcionarios penitenciarios y por agentes de la policía no se tolerarán y serán castigados.
El ciclo de malos tratos puede empezar en el momento de la detención y continuar en la comisaría de policía y, después de la condena, en la cárcel. Como dijo un hombre detenido en Prijedor, en la República Srpska, una de las dos entidades territoriales que componen Bosnia y Herzegovina: “Me detuvieron, me trajeron a la comisaría... Empezaron a darme bofetadas y luego comenzaron a golpearme”.
En un vídeo hecho público en 2007 sobre un suceso acaecido en octubre de 2006, se veía a un hombre uniformado, al parecer miembro de la policía del Cantón de Sarajevo, propinando patadas y golpeando a un hombre joven cerca de un vehículo policial. El joven fue obligado a desnudarse mientras seguía recibiendo golpes y más tarde fue abandonado en estado inconsciente en las calles de Sarajevo.
Uno de los principales obstáculos en la lucha contra los malos tratos es la falta de sistemas eficaces para abordar la conducta indebida de la policía. Según las disposiciones existentes, los fiscales deben iniciar una investigación penal siempre que sospechen que una persona puede haber sido víctima de malos tratos a manos de la policía. Sin embargo, estos procedimientos rara vez tienen lugar. Los sistemas de presentación de denuncias y supervisión interna de la policía a veces son ineficaces y muchas quejas no se abordan adecuadamente debido a que la policía no está dispuesta a “actuar contra sí misma” o es incapaz de hacerlo.
“Las discusiones en curso sobre la reforma de la policía deben abordar la cuestión de la falta de rendición de cuentas policial y las consecuencias que tiene esta situación para los derechos humanos”, ha afirmado David Diaz-Jogeix.
“Las autoridades deben garantizar que los fiscales inician una investigación pronta, independiente, imparcial y exhaustiva siempre que existan motivos para sospechar que la policía ha cometido un acto de tortura o malos tratos”.
Sigue recibiéndose información sobre casos de malos tratos y violencia en las cárceles en ambas entidades territoriales de Bosnia y Herzegovina, en las que el sistema carcelario carece del personal necesario y algunas prisiones están superpobladas y sus condiciones físicas son deficientes. Por ejemplo, las entrevistas de Amnistía Internacional con presos de la cárcel de Zenica (Federación de Bosnia y Herzegovina) indican que existe una preocupante constante de malos tratos a presos. Según informes, los guardias penitenciarios han golpeado con porras a presos recluidos en celdas de aislamiento.
“Parece no existir un sistema que asegure que los presos puedan denunciar los malos tratos sin temor a represalias, especialmente los malos tratos infligidos por los guardias penitenciarios, y que las denuncias sean investigadas”, ha dicho David Diaz-Jogeix.
No resulta sorprendente que, según las cifras oficiales, en los últimos años no se hayan iniciado acciones penales contra los guardias penitenciarios sospechosos de haber infligido malos tratos a los reclusos. Una cultura de impunidad y un clima intimidatorio hacen poco probable que la información sobre los malos tratos llegue a ser conocida más allá de los muros de las cárceles. La delegación de Amnistía Internacional presentó los resultados de sus investigaciones a las autoridades de Bosnia y Herzegovina los días 4 y 5 de febrero de 2008.
“Reconocemos que las autoridades son conscientes de que deben atajar el problema de los malos tratos a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Al mismo tiempo, les instamos a que demuestren voluntad política poniendo en práctica las medidas necesarias sin dilación”, ha afirmado David Diaz-Jogeix.
Amnistía Internacional insta a las autoridades de la Federación de Bosnia y Herzegovina a que tomen medidas urgentes para cumplir su compromiso de:
- mejorar la condiciones penitenciarias y el trato a los reclusos en la unidad psiquiátrica de la cárcel de Zenica;
- nombrar inspectores de prisiones a fin de mejorar la rendición de cuentas.
En relación con las autoridades de la República Srpska, Amnistía Internacional:
- acoge con satisfacción el hecho de que el ministro de Justicia haya puesto en marcha la creación de unidades de máxima seguridad en las prisiones;
- pide que se establezca un mecanismo para garantizar el derecho de los reclusos a presentar denuncias confidencialmente a los directores de prisiones e instancias superiores sin temor a sufrir represalias.
Amnistía Internacional pide a las autoridades de la Federación de Bosnia y Herzegovina y de la República Srpska que instauren la grabación audiovisual de los interrogatorios en las comisarías de policía.
La apertura, transparencia y rendición de cuentas en todas las situaciones lograrán incrementar la confianza pública en que las autoridades pueden combatir los constantes problemas que se producen en este ámbito”, ha declarado David Diaz-Jogeix.