Londres.- Amnistía Internacional ha pedido hoy a las autoridades de Belgrado que detengan los planes de destruir un asentamiento romaní mientras aumenta el temor de que podría ser inminente un desalojo forzoso.
Por lo menos 70 familias que viven en un asentamiento informal del barrio de Vidikovac de la capital serbia, muchas de las cuales huyeron hasta ahí tras ser desalojadas forzosamente de otros lugares, podrían quedarse de nuevo sin hogar si el derribo sigue adelante.
“Las autoridades todavía no han encontrado una solución a largo plazo para los romaníes que, tras ver cómo destruían reiteradamente sus viviendas, viven con el constante temor de ser desalojados en cualquier momento sin aviso previo”, ha declarado Sian Jones, experto en Serbia de Amnistía Internacional.
En virtud del derecho internacional, los desalojos sólo pueden llevarse a cabo como último recurso, cuando se han agotado todas las demás alternativas.
Las autoridades de Belgrado no han ofrecido a las familias ningún alojamiento alternativo ni indemnización alguna. Tampoco han consultado a la comunidad, sino que les han entregado dos avisos de desalojo, en abril y a mediados de junio, en el segundo de las cuales se amenazaba al asentamiento con el desalojo a partir de principios de julio.
“Las autoridades municipales no tienen ningún respeto hacia la dignidad y los derechos humanos de los romaníes, que sufren la discriminación en esta sociedad desde hace ya demasiado”, manifestó una activista romaní, que desea permanecer en el anonimato debido al miedo al desalojo, tras su visita a Vidikovac el 30 de julio.
“Los residentes más jóvenes de Vidikovac son los más vulnerables a los desalojos forzosos. Hablamos de niños y niñas que no tienen ninguna oportunidad de vivir normalmente. No pueden aprender, como otros niños, y su salud está en peligro.”
Treinta y cinco de las familias que podrían ser desalojadas se instalaron en el asentamiento de Vidikovac en abril de 2010, cuando las autoridades de Belgrado destruyeron sus viviendas, al otro lado de la calle, sin ofrecerles un alojamiento alternativo, asistencia ni indemnización.
Otras 20 familias llegaron al asentamiento tras ser desalojadas de un área cercana sin previo aviso, por lo que sólo lograron rescatar las pocas pertenencias que pudieron llevar consigo. No se han cumplido las promesas de comida y asistencia que hicieron las autoridades.
“El círculo vicioso de los desalojos forzosos sólo se puede romper mediante el desarrollo de un plan de reasentamiento sostenible que garantice el derecho a una vivienda adecuada a todas las comunidades afectadas”, ha afirmado Sian Jones.
Muchas de las familias romaníes que viven en Vidikovac fueron devueltas a Serbia desde varios países de la Unión Europea entre 2006 y 2008.
Muchas de ellas habían salido del sur de Serbia en la década de 1990 en busca de trabajo y, tras no encontrar una vivienda adecuada o empleo al regresar a sus poblaciones de origen, se instalaron en los asentamientos informales romaníes de Belgrado.
Según los informes, las autoridades de Belgrado han declarado que van a eliminar los asentamientos de la ciudad porque carecen de condiciones de salubridad adecuadas. Sin embargo, no han especificado dónde pueden ser reubicadas las familias que viven en ellos o cómo se van a proteger sus derechos humanos cuando se derriban sus casas.
“Las autoridades actúan como si fuera culpa nuestra vivir en los asentamientos, como si fuera nuestra elección. ¿Qué otra opción tenemos? Si eres romaní, no tienes muchas opciones”, dijo la activista romaní. La campaña Exige Dignidad de Amnistía Internacional tiene por objetivo poner fin a las violaciones de derechos humanos que provocan e intensifican la pobreza mundial. La campaña movilizará a personas de todo el mundo para exigir que los gobiernos, las empresas y otras entidades que tienen poder escuchen las voces de quienes viven en la pobreza y reconozcan y protejan sus derechos. Para más información, véase:
- INFORME "Serbia, stop the forced evictions of Roma settlements", Amnistía Internacional, 10 de junio de 2010
- CAMPAÑA Exige Dignidad de Amnistía Internacional